sábado, 11 de abril de 2015

Internacional Cuba Scrabble 2015. El viaje de nunca olvidar (Quinta parte)



Tres últimas rondas y mi avance a la final.

Por Iván Ottenwalder

Más temprano que los dos días anteriores tomé el autobús hacia La Habana Vieja camino hacia la biblioteca. Era el día de las tres últimas rondas. Tenía como meta avanzar a la final, fuese contra quien fuese. En primera instancia imaginé que me enfrentaría a Catalá, pero el señor destino, tan indescifrable como siempre, tenía reservadas algunas sorpresas.

Mi primera oponente en la mesa 8 sería Zoimelys Labrada, jugadora a la que había vencido dos días antes por 222 puntos de ventaja. Minutos antes de la partida ella se me acerca muy alegremente y me azuza: “contigo es que me quiero quitar la picazón”. Mi respuesta, también bromista, “te voy a eliminar de la competición en esta partida”. Su devolución, muy cortés, aunque dudo si muy sincera del todo: “yo juego para divertirme, no para ganar”. Al poco rato arrancó nuestro desafío.

Desde el inicio me mantuve arriba en el marcador (80-28, 95-73, 169-144, 212-166, 247-177). En efecto, parecía apocalíptico aquello de que la eliminaría de la competición. En un momento dado Jorge Fernández, quien se acercó a ver nuestro desafío, puso su mano en la espalda a Zoimelys, en señal de algo parecido a un te acompaño en tus sentimientos.

“Tú como que tienes a la gente de aquí comprada”, bromeó mi rival. “¿Tú crees?”, le pregunté a manera de chanza. Pero ella, como zorra valiente y experta probada en juegos presenciales, jamás se amilanó y demostró un carácter digno de competidores que saben manejarse en la adversidad y momentos de presión. El imperativo ENCARAD (bonus de 78 puntos) la puso delante en la anotación 272-247. Mi respuesta fue el gerundio CARGANDO, de 65 tantos, y retomé la delantera, 312-272. Cuando el puntaje se hallaba 339-290, favoreciéndome, se deshizo de algunas letras de su atril y las cambió por otras de la bolsa. Entonces jugué VASA, que tan solo me aportó 10 puntos. Con la anotación 349-290 el reloj casi se me estaba agotando. ¡Tamaño problema en ese momento! Para acelerar aún mis nervios me colgó un soberano bonus (IDEARIOS, de 80 puntos en zona triple de palabras) que le dio la delantera, 370-349. Con el crono ya corriéndome en negativo metí HAN y retuve el mando, 372-370. Ella contestó con PE (10 tantos y nuevamente arriba 380-372). Puse un FO de 13 y otra vez me fui delante, 385-380. Ella BE (8 y 388-385). Yo SET (5 y 390-388). Ella pasó y yo anoté GE (393-388). Ella PI (4 y 393-392). En los siguientes tres turnos ambos pasamos y se acabó. Zoimelys descontó 3 puntos de su atril y yo 8 más 30 de penalidad por jugar tres minutos debajo del 00:00. El resultado fue una victoria y todo el crédito para mi mortificadora adversaria: 389-355.

Con este revés Zoimelys empataba conmigo en la segunda posición y Antonio Catalá subía al primer lugar.

En el próximo pareo (ronda 14) me topé con Raúl Báez. En esta partida padecí tremendo susto. Par de bonus consecutivos de Báez casi a mitad del desafío lo puso en ventaja 295-192. LOMEANDO me dio respiro y acercó, 264-295. Un elemento vital que en este match se conjugó de mi lado fue el siguiente: la gran mayoría de las vocales ya estaban jugadas en el tablero mientras yo acaparaba de la bolsa, cada vez que me recargaba, del resto de ellas. En esta partida llegué a tener mi atril lleno de puras vocales. En los próximos 8 turnos él mantenía la delantera, aunque de manera precaria. En la cuesta final intenté un CUITARA. Báez la protestó y tuvo razón. Retiré mis siete fichas y pasé. Él colocó PI (12 tantos y 406-375 la anotación a su favor). Ya no quedaba fichas en la bolsa y Báez se había tragado la Q. Su atril era de puras consonantes. Su PI fue una jugada tonta, pues me dejó el camino abierto para bonificar en zona de triple de palabras, lo que eventualmente hice. Esta vez con ACUITAR en vertical unido a PIA horizontal le exclamé: ¡Eureka, esta si existe! De todos modos, la objetó. La monitora llegó y buscó en el LEXICON y existía. Gané la partida de manera dramática. Ese bonus me otorgó 82 puntos más 14 que se me sumaron del atril del derrotado. Final: 471-392. Gané una partida de las apremiantes, de esas que jamás se deben perder.

En el otro interesante match Zoimelys Labrada había vencido a Antonio Catalá, lo que produjo un triple empate en la primera posición. Catalá, Zoimelys y yo nos encontrábamos con 11 victorias y solo 2 reveses.

Y mi último desafío, tan necesario como el anterior para mis aspiraciones clasificatorias, fue ante Cecilia Dávalos. Una de mis reglas de oro consistía en no subestimar a ningún rival. Me impuse 473 a 339.

Por otro lado Zoimelys ganó su próxima partida y Antonio Catalá se hallaba disputando un cerrado desafío ante Raúl Báez. Decidí bajar a la cafetería y tomar algún batido.

Treinta minutos después regreso al salón de juego. Era tiempo de receso. Me entero que Raúl Báez, que ya estaba descartado, se le había colado en el camino a Catalá, eliminándolo del torneo y que mi adversaria en la final sería Zoimelys. La final, pactada a un 3-2, iniciaría a las 3 de la tarde.

Bajé de nuevo a caminar. Volví a tomar líquido en la cafetería. Pensé, medité sobre lo cerca que estaba el primer trofeo de mi vida. De cualquier modo, aunque quería ser campeón, me sentía orgulloso conmigo mismo. El Internacional Cuba Scrabble 2015 se había convertido en uno de los capítulos más lindo de todo mi historia ¡Cuidado si el más!

Estaba muy pensativo y algo ansioso. Nunca había llegado a una final en competición alguna.

A las 3:00 p.m. Arturo Alonso, organizador del evento, convocó a los finalistas de la Élite y la Premier a ocupar sus respectivas mesas. Reisel Murgadas y Jamil Rivero disputarían la final de la Élite mientras en la Premier me batiría ante Zoimelys. La mesa sería la número 2.

La caída en la final. Zoimelys campeona

Primera partida de la final.
La guerra de los sexos o los nervios arrancó. Zoimelys cambió fichas en su primer turno y yo hice lo mismo. Ella me colgó SANEADA (68 tantos). Le respondí colocando mis siete fichas del atril en el tablero, pero ¡Oh, error! El miedo escénico empezaba a traicionarme. Me había equivocado y ella objetó a tiempo y con justa razón. La partida se mantuvo pegada hasta que DISCARE me puso en ventaja. Esta formación me valió 75 puntos mal contados, pues, cuando ya era tarde, caí en la cuenta que al vocablo paralelo AD no le había contado los puntos (3). ¡Hubiesen sido 78! Estando en ventaja 305-273, un JO 42 de puntos y posteriormente un MEZCLA de 66 (también mal contados porque sumaban 69), en zona triple de tanto de palabras, viraron la anotación 381-305 a favor de Zoimelys. No me acobardé, aunque a mi crono le quedaban menos de 3 minutos. Gracias a LANUDAS y después BINADO tomé el timón 406-381. Con el partido favoreciéndome, 424-399, un valiosísimo PULLA, en doble tanto de palabras, adelantó a la aguerrida genio, 435-424. Un cortito VA en triple de palabras me aventajó 439-435, pero ella contestó con CULPA (18 tantos) y volvió a la delantera (453-439). Erre en mi próximo turno. ¡Uf, en qué momento! Luego BLE para mi oponente (458-439). GEL para mí y me acercaba (458-451); TECHE para ella y aumentaba (466-451). Mis últimas letras no hallé dónde colocarlas y pasé. Ella con DOS (4 puntos) y se acabó. 474-447 fue su victoria.

Con la serie 1-0 a su favor, Zoimelys solo necesitaba ganar una partida más para obtener el trofeo, ese que yo también anhelaba y por el cual estaba dejando mi pellejo y cerebro en el tablero. No tenía de otra que intentar al menos empatar la serie y provocar una partida de desempate. La guerra psicológica la estaba ganando ella.

Descansamos 10 minutos.

Segunda partida de la final.
Retornamos a la guerra. Al igual que la partida anterior nuestros primeros turnos fueron cambios de letras. Zoimelys juega un letal ARRIMASE de 92 puntos. Poco después pongo CONTIENE (de cuádruple) que me otorga 90 y me pego, 105-106. Después de ella cambiar dos turnos seguidos un FRESADOS, superior al centro en triple tanto de palabras, la ubica en ventaja 201-115. Poco después me tortura con OSEARES (77 puntos) y se me aleja más, 278-133. Con su REZO (39) la tuve aún peor (317-161). Aún creía en mí y, paulatinamente, gracias a unos buenos puntajes sucesivos (ACODARE, BUZAS y CAY que entre todos me sumaron 153 puntos), me acerqué 351-389. Fue en ese momento clímax que pude habérmela jugado, en que lo pensé y repensé, pero lo dudé. A la letra E de la palabra PIQUE, colocada horizontalmente, se le podía reformar, ya que después había una casilla vacía, la cual podía ser perfectamente aprovechada jugando otro vocablo que atravesara verticalmente en zona de triple de palabras. Pensé colgar un OXEO en vertical (esquina derecha superior del tablero) que enlazara con PIQUEO, del verbo PIQUEAR. Vacilé. Dudé si el término existía. Tuve miedo a la posible objeción de mi adversaria. ¿Y si no existía? ¡Pero existía! Esa inseguridad, imperdonable, me viene persiguiendo desde que perdí la final. Posiblemente será mi fantasma torturador hasta que vida tenga.

Una CAÑA de 28 puntos incrementó su ventaja 417-351. Posteriormente un EH, potenciando la H en triple de letras, me las empeoró, 443-351. Jugué OX con EX, válido para 36 (todavía debajo, 387-443). Luego, la casa se me vino encima: un DENIEGA sepultador de 89 tantos, en zona triple de palabras, conectado con PIQUEN, me denegaba el trofeo del campeonato. Zoimelys fue más lista y jugó donde yo debí haberlo hecho antes. El marcador se despegó, 532-387. MOJOS me otorgó 18 (532-405). Ya lo que quedaba en nuestros atriles no cambiaría en nada la tendencia. El resto fue un MAL para ella (¡jamás se lo deseo!) de 5, un ABUZASEN de 19 para mí, VA suyo de 5, una RED de 10 mía, GE de 3 por ella y, al realizar mi último turno (AR de 2 tantos), un  felicitaciones campeona dio por terminada la final. Sumé un punto y ella descontó lo mismo. La anotación del desafío, 544-437.

Zoimelys fue arropada en felicitaciones; yo también recibí las mías. No recuerdo a cual de los jugadores le expresé el trofeo tendrá que esperar. Claro, el mío tendrá que ser en otro momento. ¿En cuál? Padre Tiempo sabrá.

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