domingo, 19 de febrero de 2023

El 55% de las finales del béisbol dominicano se ha jugado bajo un formato de 9-5.

Esta cifra, corresponde a 38 series finales de un total de 69 que se han disputado en la pelota local.

En el formato 7-4 se han disputado 30 finales, equivalente a un 43.48% y, una sola (1.44%), escenificada en la contienda 1970-71 entre Licey y Escogido, se contendió al mejor de un 11-6.


Por Iván Ottenwalder

Las series finales del béisbol profesional dominicano se han desarrollado, desde 1951 hasta al presente, de forma continua, exceptuando los casos de las temporadas 1961-62 (torneo inconcluso), 1962-63 y 1965-66 (no hubo campeonato), lo que muestra la solidez y estabilidad de esta competición deportiva. Muy distinto, obviamente, a aquella época de los años 20 y 30 del siglo XX, en que los torneos no se disputaban con una regularidad anual, sino discontinua (véase los casos de los torneos de 1922, 1923, 1924, 1929, 1936 y 1937). Los largos intervalos entre las contiendas, eran la norma.
La final de 2022-23 se estructuró a un 7-4.


Aunque post 1951 – excepto los capítulos de la década del 60 ya citados en el párrafo anterior – las series finales se han realizado con una periodicidad anual e invariable. Lo que no ha sido invariable es el formato de dichas finales. Solo hay que echar un vistazo al listado de campeonatos, año por año, para caer en la cuenta.

Desde los primeros campeonatos de verano (1951 al 1954) e inclusive el primero de la era otoño – invernal (1955-56) sus series finales se disputaron al mejor de un 7 – 4. El formato varió a la modalidad de 9-5 desde la final 1956-57 hasta la de 1969-70. En la de 1970-71, una exageración a juicio de muchos expertos, se contendió al ganador de un 11-6. Aquella final se efectuó entre Tigres del Licey y Leones del Escogido. Se retomó nuevamente el 9-5 desde los torneos 1971-72 al 1982-83. Para la estación de 1983-84 cuando surgen los equipos de expansión Caimanes del Sur y Azucareros del Este, se regresa al antiguo esquema del 7-4 para las series finales. Así se mantuvo hasta la final de 2004-05, salvo la de 1998-99, que se disputó a un 9-5. Desde 2005-06 se revive nuevamente esta [última] variante hasta 2016-17. Para 2017-18 se regresa al 7-4 y, para las finalísimas de 2018-19 como 2019-20 se vuelve al mejor de 9-5. Ya a partir de la gran final de 2020-21 se retrocede al 7-4. Así se ha mantenido hasta ahora.
Final de 1970-71, única jugada al máximo de 11-6.


En términos numéricos, de un total de 69 series finales disputadas en el béisbol de la República Dominicana, 38 se han estructurado bajo el formato de un 9-5, correspondiente a un 55.08%; 30, el equivalente a un 43.48% al mejor de un 7-4 y, tan solo una (1.44%), la de 1970-71 al ganador de un 11-6.

¿Volverá a cambiar otro día el formato de serie final?

Difícil saberlo. Lo cierto es que, basado en la historia beisbolera dominicana, es un hecho probado que las reglas de juego que imparte la Liga Dominicana de Béisbol Profesional (Lidom) han cambiado constantemente. Pero no solamente en el béisbol de acá; también en el de los Estados Unidos. En las Grandes Ligas los formatos de series mundiales también han sufrido el efecto de la variabilidad. En la primera (1903) entre los Medias Rojas de Boston y los Piratas de Pittsburgh, se jugó al mejor de un 9-5; luego entre 1904 hasta 1918 se adoptó la modalidad del 7-4. Se retornó al mejor de 9-5 entre los años 1919 al 1921. En 1922, se regresó al ganador del 7-4 y así se ha mantenido hasta el presente.


La final de 2019-20, última con formato de 9-5

Así como los caminos de Dios pueden ser inescrutables, del mismo modo lo pueden ser las decisiones de los organismos deportivos. Las reglas de juego pueden estabilizarse como cambiar cada cierto ciclo.








Fuentes:

· https://www.baseball-reference.com/postseason/
· Béisbol invernal dominicano. Anuario de Héctor J. Cruz. Edición 2010-11
· 5 décadas de béisbol en RD. Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana (Lidom)
· Los Grandes Finales. Tony Piña Cámpora.

jueves, 2 de febrero de 2023

Scrabble: retomé el ritmo ganador, y le he vencido en seis de siete partidas

Por Iván Ottenwalder

El mal momento pudo llegar a su fin. Si el sábado 28 de enero, perdí la serie ante un Guillermo Bodden que, en las últimas semanas, se había convertido en un dolor de cabeza, pues el día 29 [domingo] conseguí vencerle a lo grande, en seis de siete desafíos, aunque, para ser honesto, cinco de ellos muy cerrados. Un error de cálculo de última hora, en el primer match, en el que se tragó, precisamente por no calcular, la letra Q, al tomarla de la bolsa, le hizo perder una duela, en la que se había lucido a la ofensiva y defensiva, incluso, matándome dos opciones de bonificación en momentos apremiantes. Pero no lo fue en la curva final, al no sacar cuentas de las vocales y consonantes que faltaban por jugar, y, entre las consonantes, la nefasta – aunque no siempre lo es – Q. Tras ese revés, que no debió serlo para él, vinieron dos más también cerrados. Después dos palizas humillantes. Perdió la sexta – ya llevaba seis fracasos al hilo -, pero, finalmente pudo ganar la última, que fue la séptima, por apenas un punto.

A continuación, los resultados de esas siete partidas disputadas.

Domingo 29 de enero de 2023

Primera partida: victoria para Iván 449 -432


Primera partida.























Segunda partida: victoria para Iván 478 - 473


Segunda partida.
























Tercera partida: victoria para Iván 431 - 423


Tercera partida.
























Cuarta partida: victoria para Iván 530 - 331

Cuarta partida.
























Quinta partida: victoria para Iván 559 – 407


Quinta partida.

























Sexta partida: victoria para Iván 473 - 441

Sexta partida.

























Séptima partida: victoria para Guillermo 462 - 461


Séptima partida.























Estadísticas:
Promedio de puntos por partidas

Guillermo Bodden, 424.14
Iván Ottenwalder, 484.14

Promedio de scrabbles por partidas
Guillermo Bodden, 3.28
Iván Ottenwalder, 2.85

miércoles, 1 de febrero de 2023

Leones del Escogido campeones del torneo de béisbol 1955-56

Ganaron su primer campeonato en la era moderna del béisbol dominicano al disponer de las Águilas Cibaeñas en el séptimo y decisivo partido de una serie final bien reñida y en la que todos los juegos fueron escenificados en el nuevo Estadio Trujillo, inaugurado por el Generalísimo Rafael Leónidas Trujillo en octubre de 1955.


Por Iván Ottenwalder

Los Leones del Escogido se titularon campeones en la contienda 1955-56, primera en la historia del calendario otoño – invernal y quinta de la era moderna del béisbol local, iniciada en 1951.

En aquella gran final se disputaron todos los partidos en el Estadio Trujillo, el primero dotado de iluminación eléctrica en la República Dominicana. La ecuación era simple: en varios juegos los rojos fueron homeclub; en otros, les tocó a los amarillos.

Atrás había quedado aquella época del verano en que los juegos se disputaban los fines de semana y en horarios matutinos y vespertinos [bien temprano]. En lo adelante, los desafíos serían diarios con un día de descanso. En el caso de los domingos, empezarían a las cuatro de la tarde; y no a eso de la una o dos como en la etapa veraniega.

Cómo quedaron los scores de la final de 1955-56

Primer juego, 28 de enero de 1956
Águilas 5
Escogido 11

Segundo juego, 29 de enero de 1956
Águilas 0
Escogido 1

Tercer juego, 30 de enero de 1956
Águilas 3
Escogido 0

Cuarto juego, 31 de enero de 1956
Águilas 0
Escogido 4


Quinto juego, 2 de febrero de 1956
Escogido 3
Águilas 5

Sexto juego, 3 de febrero de 1956
Escogido 2
Águilas 7

Séptimo juego, 5 de febrero de 1956
Águilas 4
Escogido 9

Escogido CAMPEÓN
















Willie Kirkland (E) recibido por sus compañeros tras pegar cuadrangular.















































































Celebración de los campeones



















Una bella bailarina escarlata


























Dedicatoria al Jefe y a varios de sus familiares


























Aunque el león ganador, de la caricatura, confiesa que le gustaría jugar  en la Serie del Caribe, en aquel entonces la República Dominicana no competía en el clásico caribeño.




















Fuentes:
Periódico La Nación, enero y febrero de 1956
Los Grandes Finales, libro de Tony Piña Cámpora, cronista deportivo

Agradecimiento:
Área de hemeroteca de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña.

Nota: El autor de esta galería solo pudo encontrar imágenes del séptimo partido, amén de todos los intentos posibles por hallar fotos de los encuentros anteriores.