domingo, 24 de febrero de 2019

Amigdalectomía en tiempos de huelga (parte 34)

Ese mismo día les llevé los estudios al especialista quien los encontró dentro del rango. Me reiteró que aquella parotiditis pudo haber sido un proceso viral pero que dentro de poco todo volvería a la normalidad. Y en efecto, tuvo razón, todo volvió a la normalidad. 

Por Iván Ottenwalder 

El inicio del mes de febrero me recibió con una hinchazón cercana a la zona de la mandíbula derecha. Al principio no quise prestarle mucha atención, pero el miércoles 6 de febrero me animé a visitar la sala de urgencias del Centro Médico Real. Una enfermera me observó y pidió la opinión de su superiora. Dijo que mi caso se trataba de un problema en las parótidas. Me refirió a donde un médico internista en el cuarto piso de dicho hospital.  

Al llegar allí mostré mi carnet de seguro a una secretaria, pagué el diferendo por la consulta, hice mi turno y luego entré al consultorio del especialista. Una vez dentro tomé asiento, le expliqué al galeno sobre mi inflamación, solo en el lado derecho de la cara. La palpó y la comprobó para luego decirme que se trataba de una parotiditis. Me prescribió un analgésico de nombre Tylex 750 mg. e indicó unos análisis sanguíneos para realizármelos en ayuna.  
Aquella misma tarde, tras tomar la primera cápsula, empecé a sentir una ligera mejoría. Los análisis me los haría al día siguiente, jueves 7 de febrero. 
¿Y qué son las glándulas parótidas?  

Son las principales glándulas salivales del cuerpo humano situadas a ambos lados de la cara. A la inflamación de las parótidas se les conoce como parotiditis o papera. 

¿Y de dónde me vino esto? 

Para ser honesto no lo sé. Lo único seguro que puedo afirmar es que me pilló solo del lado derecho, lado derecho del cual vengo quejándome desde hace tres años con su escozor molestoso, salivazos hediondos y amargor del agua. No estoy asegurando que esta parotiditis tenga algo que ver con los síntomas antes descritos, pero es mucha la coincidencia que dicha inflamación solo se haya producido en la parótida derecha, mientras la izquierda, sanita como si nada. Lo que sí quizás pueda encajar un poco es aquello de los salivazos hediondos y el amargor del agua. ¡Quién sabe! Hasta la misma secreción nasal que no me ha dejado en paz ha sido más bien salivosa, no mucosa. Es como una mucosidad pero de saliva, no de flema verde o amarillenta. Esto lo he sostenido ya desde hace mucho.  

He podido masticar bien los alimentos, pero, no sé por qué, cada vez que como algo sólido o ingiero líquido, de inmediato se me hincha esa parótida derecha. Luego, al pasar un rato, se me desinflama paulatinamente. Pero es obvio, que estoy bajo analgésicos. Puede resultar increíble, pero el tiempo, aunque sea en lo más mínimo, me concede la razón. Todas mis molestias han venido del lado derecho, y hasta hoy, así se ha demostrado. 

Búsqueda de resultado 

En sentido general todos los análisis estaban muy bien. Los había ido a buscar el viernes 8 de febrero en horas de la tarde. Solo los eosinófilos estaban un poquito elevados, pero mucho más bajitos que en enero de 2018. Ese mismo día les llevé los estudios al especialista quien los encontró dentro del rango. Me reiteró que aquella parotiditis pudo haber sido un proceso viral pero que dentro de poco todo volvería a la normalidad. Y en efecto, tuvo razón, todo volvió a la normalidad. Sin embargo, había durado como 10 días con la secreción nasal controlada, hasta que regresó nuevamente con más fuerza. Pero, mejor prefiero ni tocar ese asunto, pues, tengo mi posición bien clara en ese sentido
  
En otro orden, para mediados de mes recibí mi evaluación de rendimiento en mi lugar de trabajo, la cual fue consensuada junto con la encargada del departamento donde laboro. Luego de analizarla y discutirla por más de 20 minutos recibí mi nota final: 89 de 100. Hubiese sido una calificación más baja de no haber defendido con buenos argumentos un par de puntuaciones en que no estuve de acuerdo. Dichas puntuaciones fueron arregladas a mi favor.  

Y hablando de lo laboral, ¡tremendo desengaño me llevé junto a mis compañeros de trabajo el pasado 22 de febrero! Todos creíamos que nos saldría el aumento salarial del pírrico monto de mil pesos que se nos había prometido en diciembre del año anterior. Cuando revisamos nuestras cuentas del banco chocamos con la dura realidad de que nuestros sueldos no habían variado en lo más mínimo. Sin embargo, ese mismo día, empezaron a sonar rumores que el aumento sería efectivo, con retroactivo incluido, a partir del mes de marzo, contrario a lo que se nos garantizó de que sería a partir de febrero. ¿Cuál será la verdad en todo esto? La desconozco.  

La única vez que me aumentaron el sueldo en mi lugar de trabajo fue en el año 2016, y gracias a una jefa, que ni dominicana era, sino española, la cual me quería como a un hijo y valoraba con justicia mi trabajo. Gracias a sus influencias consiguió que le aumentaran 7 mil pesos a mi salario. Después de ahí, nunca más. 

Por mi parte seguiré viviendo el mismo día a día. Cada final de mes pagaré todas mis cuentas, incluyendo la mensualidad del apartamento de mi madre a Bienes Nacionales; el préstamo que contraje en septiembre de 2017 con un banco dominicano; mi tarjeta de crédito y algunos otros gastos.  

Para marzo no tengo ilusiones, simplemente lo dejaré ser, venga como venga. 


Continuará.