domingo, 23 de febrero de 2014

Chicos del fútbol americano ¡estoy con ustedes!


Hay que romper con la cultura obsoleta de República Dominicana.

Por Iván Ottenwalder


Los Oriental Steeler.
Este domingo 23 de febrero, alrededor de las nueve y treinta de la mañana, le comentaba a mi padre sobre mi deseo de que un deporte como el fútbol americano penetrase en la República Dominicana y ganase seguidores.



Le expresaba lo divertido que sería que algunos chicos dominico-estadounidenses viniesen a este país y trajeran ese rudo deporte; que lo insertaran en colegios bilingües y en varias comunidades.



La respuesta de mi padre: “¡Oh, pero tú no lees periódicos! En Santo Domingo Este ya tienen hasta un equipo. Y si no lo sabías, hay una Liga Dominicana de Fútbol Americano (LDFA) que lleva tres años haciendo torneos”.



Minutos más tarde, mi progenitor me enseñaba en una página web, www.acento.com.do, una nota informativa del 28 de noviembre titulada “El fútbol americano ya es una realidad en la República Dominicana”. No lo pude creer. Me puse a investigar por cuenta propia y era cierto: ya el fútbol americano estaba insertado en la República Dominicana. Hasta en Santiago de los Caballeros tienen un torneo de verano y algunos conjuntos: el mejor de ellos, Santiago Eagles.



La idea de esos muchachos ha sido maravillosa. Desafortunadamente no han recibido el apoyo del Ministerio de Deporte y Recreación de nuestro país. Los Oriental Steelers, equipo campeón dominicano, no ha podido viajar a competir en la Copa Internacional por falta de dinero. El Ministerio de Deportes les hace promesas de auparlos, pero todo se queda ahí, en promesas.



Santiago Eagles los desautoriza



Para los muchachos del Santiago Eagles, campeones de Santiago de los Caballeros, los Oriental Steelers no son unos verdaderos campeones nacionales, ya que rehúyen constantemente al reto que les han hecho en varias ocasiones.



A juicio de los santiaguenses amantes del fútbol americano la LDFA es una liga privada y no una federación nacional y que los Steelers solo son campeones de la Capital, pero no del país.



Considero necesario que ambas escuadras se vean las caras y que los cibaeños tengan, al menos, la oportunidad de demostrar si las cosas son así como ellos dicen. Eso le sentaría bien a esta disciplina y crearía un ambiente de opinión pública.



El pleito parece irá para largo. Como de costumbre, la rivalidad Santiago-Santo Domingo continuará jugando un papel protagónico en cualquier escenario, sea deportivo, profesional o cultural. Una quiere ser la sombra y fantasma de la otra. Si Santo Domingo es bueno en esto, Santiago quiere mostrar que es mejor; si Santiago consiguió aquello, Santo Domingo los querrá superar.



En lo que respecta al fútbol americano, al menos ya se ha conseguido una victoria modesta. La fanaticada actual en este rudimentario deporte, escasa; mañana podría llegar a ser representativa.



La cultura deportiva en República Dominicana debe evolucionar hacia otros estadios de desarrollo, jamás involucionar y quedarse estática en el tiempo. Deben emerger nuevos actores en la prensa deportiva nacional y en la conciencia de la gente.



Chicos del fútbol americano, ¡a no desmayar en sus propósitos! Pido un fuerte aplauso para vosotros.

domingo, 16 de febrero de 2014

Final Águilas - Licey 2001-2002, la de las apuestas millonarias

Para el séptimo y decisivo partido se apostaron fincas, mansiones, grandes solares y apartamentos. También vehículos lujosos, desde jeeps últimos modelos hasta Mercedes Benz.

Por Iván Ottenwalder

Era el otoño del año 2001 y empezaba una nueva temporada de béisbol profesional dominicano. Las Águilas Cibaeñas, equipo de la ciudad de Santiago de los Caballeros, había ganado la copa en el torneo anterior y empatado con sus rivales históricos, Tigres del Licey, en la lista de coronas de todos los tiempos, con 16.

Muchas expectativas se tejieron previo a la campaña 2001-2002. Para los fanáticos aguiluchos y liceístas el asunto era cuestión de honor. La pregunta de los simpatizantes, de unos y otros, por cualquier parte, giraba en torno a quién iba a ganar ese año entre Águilas o Licey. Por donde quiera que el ciudadano de estos equipos se movía: en la calle, el trabajo, colmadones, billares y bares se hablaba del mismo tema. Los aficionados de los demás conjuntos no lucían tan entusiasmados y parecían más bien resignados a perder.

El torneo arrancó como se esperaba. Para beneplácito de aguiluchos y liceístas sus escuadras iniciaron ganando. Ya para noviembre y diciembre comenzarían las apuestas de dinero y cajas de cervezas. Las más cuantiosas vendrían más tarde, para la serie final, en caso de que azules y amarillos se enfrentasen.

Todo marchaba viento en popa, ambos equipos culminaron en primera y segunda posición en la fase regular y, por consiguiente, se clasificaron a la postemporada.

En un Round Robin (playoff de 18 partidos) las Águilas lograron su boleto a la final  finalizando en la primera posición, mientras que Licey, debió sufrir para clasificar en segunda.

El conjunto capitalino estuvo a punto de ser eliminado en el penúltimo juego de las eliminatorias por las Águilas, sin embargo, pudo remontar un marcador adverso, ganar y mantenerse con vida. En la noche del día siguiente, las Estrellas Orientales, equipo que lucía llegaría a las finales, solo necesitaba ganar su choque ante las Águilas, sin importar lo que ocurriese en el encuentro de La Romana entre los descartados Toros del Este y los aún esperanzados Tigres del Licey. La combinación, que muchos creyeron difícil, le salió a la perfección al equipo felino: las Estrellas perdieron en San Pedro de Macorís ante las Águilas (8-3) y los Tigres, en condiciones precarias y con un gran susto, vencieron a los Toros 5-4.

En la final los ánimos se caldearon. El combate por la corona beisbolera se extendió hasta un séptimo y decisivo partido. Este se disputó en el Estadio Cibao, de Santiago.

Las apuestas, que primero iniciaron con cajas de cervezas y miles de pesos, trascendieron a otros niveles. Para ese último choque se apostaron fincas, mansiones, grandes solares y apartamentos. También vehículos lujosos, desde jeeps de último modelo hasta Mercedes Benz.

Las pasiones habían sobrepasado el límite, la República Dominicana se parecía en ese momento a la ciudad de Las Vegas y a Londres, en cuanto a grandes apuestas se refiere.

Licey ganó aquel juego, por consiguiente, sus fanáticos, que apostaron fortunas, las aumentaron con creces; los de las Águilas, las perdieron. Muchos de ellos hoy están pobres y llevando un estilo de vida lamentable.

Al día, en pleno 2014, en cualquier colmadón, billar, discoteca o bar del país, se pueden escuchar anécdotas de personas, haciendo referencia a antiguos millonarios que lo perdieron todo con la derrota de las Águilas en esa memorable final.

sábado, 15 de febrero de 2014

Galería de fotos presentación scrabble para niños

Actividad fue desarrollada en marzo del 2013 en la Biblioteca Infantil y Juvenil República Dominicana.

Por Iván Ottenwalder