La
anfitriona Morris tampoco quiso jugar para la próxima ronda ya que
prefirió seguir platicando con su entrañable amiga, que también es
su vecina. Liuba estaba terminando de realizarle una manicura.
Por
Iván Ottenwalder
Me
levanto temprano el jueves 12 de septiembre. Tras el cepillado de
dientes me visto y tomo un vaso de yogur y otro de jugo de guayaba.
Salgo a la calle y me encamino al cafetín cercano a 17 y M. Sí, ese
mismo donde suelo tomar los batidos y platicar con las dos chicas
preciosas que laboran allí. Durante esa mañana estuvo Amalia, la
jevita de pelo negro que me gustaba. Hablamos un poquito mientras
tomaba mis batidas. Le conté que me regresaría a Santo Domingo el
domingo 15 y ella me preguntó cuándo volvería a La Habana. “El
año próximo seguro, para el mes de julio”, le dije. “Tráigale
algo de allá la próxima vez”, intervino un tipo fortachón de los
que atendía el local. “De veras que sí, a ver si le traigo un
perfume de Santo Domingo la próxima vez que venga”, le respondí.
La chica se sonrojó, se arregló un poco el pelo y fue a servir
otros pedidos. Finalmente, después de un “chau chica”, me tuve
que ir, ya que Enma y Arturo me esperarían en Playa para jugar unas
cuantas de scrabble. “Adiós, cuídese, espero que regrese pronto”,
se despidió Amalia.
Tomé
una máquina hasta Playa, quedándome en 3ra y 62. Finalmente caminé
unas cuantas cuadras hasta llegar a casa de Enma. Tomamos café y
esperamos a que llegara Arturo Alonso. No tardó en hacerlo, pues, en
pocos minutos, hizo presencia. “¿Qué lo que pasa con este hombre,
está becao en esta casa? Ya él ni sale de aquí Enma”, fueron sus
palabras jocosas a modo de saludo. Todos nos reímos.
Al
poco rato Alonso y yo dimos arranque a la primera de nuestras
partidas. Esta, una zurra propinada por mi rival, llevándose holgada
victoria 523 – 378. COSCARÁN (98), COREASE (83), FONDEEN (68) y
HULASÉIS (68) fueron sus cuatro bonos. Entre sus cortas asesinas que
más me lastimaron estuvieron JI (52), ZÚA (32) y CHOYA (38). Lo
mejor de mi repertorio fueron mis tres bonus: PATEADA (76), DETALLADA
(69) y LAMINÁIS (64). Los vocablos cortos que más me puntuaron
fueron SEXI (30) y BOLLEMOS (38).
Enma
Morris, la dueña de casa, prefirió seguir conversando con su amiga
Liuba y permitir que Arturo y yo volviésemos a la guerra. Y esta
guerra fue bien batallada. Al principio mi oponente se vio comandando
97-14, gracias a DESEARE (67) y CHALE (30). Más tarde, dos bingos
consecutivos, ALIAMOS (70) y CATEÉIS (108), me pusieron al frente,
192-151. Cuatro turnos después aún lideraba, 225-185, pero la
historia dio un viraje y, gracias a palabras como AFGANOS (71), YEN
(24), ACOGERÁN (62) y BARRIO (31), Alonso recuperó el timón,
373-309, para jamás perderlo. Al final, se llevó los máximos
honores con una victoria de 459-416.
Lo
mejor que pude hacer durante la partida fueron dos bonus: ALIAMOS
(70) y CATEÉIS (108) y algunas cortas de buen valor como HEDÍ (32),
VAGARÉ (32) y ÑOS (30). El vencedor se destacó por sus tres
bingos: DESEARÉ (67), AFGANOS (71) y ACOGERÁN (62). Sus cortos
asesinos fueron CHALE (30), ZA (46) y BARRIO (31).
La
anfitriona Morris tampoco quiso jugar para la próxima ronda ya que
prefirió seguir platicando con su entrañable amiga, que también es
su vecina. Liuba estaba terminando de realizarle una manicura. De
modo que mi adversario y yo decidimos jugar la última partida en
vista, no solo por el agotamiento de las dos anteriores, sino porque
el almuerzo estaba a punto de ser servido.
En
este match me vi al frente durante casi todo el trayecto con
marcadores de 149-100, 239-189 y 323-268. Todo esto hasta entrada la
recta final. Con ASOLABAS Arturo llegó a tomar el comando 340-337.
Esta pequeña ventaja la perdió con mi GIRO de 15 tantos (352-340).
FUER (14) lo puso al frente 354-352, pero TOP (24) me devolvió la
cima (376-354). Un QUI (17) lo acercó (371-376) y ARREO (20) me
alejó un poco (396-371). Él cambió fichas, lo que aproveché para
jugar TAS (03) y aumentar un poco (399-371). Su próxima jugada fue
ARAD (07) y acortó distancia (378-399). Había desde hace rato un
espacio abierto para triple de palabras en la zona superior céntrica
derecha, con una letra G colocada en A-8. En lugar de cerrar ese
espacio me decidí por un insignificante PAL de 6 tantos para colocar
las acciones 405-378. Ya no quedaban fichas en la bolsa y era el
turno de mi oponente. No haber cerrado aquel espacio mencionado me
hizo pagar el precio ...y con la derrota. Arturo contaba con un
precioso atril (O L E A R O N) cual aprovechó en la zona triplera
que yo había descuidado y, valiéndose de la G como trampolín, pudo
colgar todas sus letras para un soberbio GOLEARON de 80 puntos,
llegando a 458. Estos, sumados a 9 tantos por el descuento en mi
atril, totalizaron 467. Así de simple, 467 – 396 terminó el
desafío con triunfo para Arturo.
El
ganador sobresalió con tres bonus: CRENCHES (89), ASOLABAS (72) y su
ganador GOLEARON (80). Entre sus pequeñas gigantes destacaron JARDÍN
(33), BOY (42) y ZOCO (38). De mi parte solo bonifiqué dos veces:
ANEXADA (98) y HACINADO (82). Mis cortas que más puntuaron fueron
VICIES (40) y TESEN (34).
Ya
el almuerzo estaba listo. ¡Hora de comer!
Una
vez saciados los apetitos nos dispusimos a descansar y tomar café.
Enma y Arturo como buenos fumadores fumaron. Ya a eso de las 4:30 de
la tarde nos alistamos para irnos al bar El Tun Tun. Allí nos
encontramos con Miguel Stevens y Liuba, quienes fueron a pasar el
buen momento con nosotros. Nos fuimos como a las ocho de la noche.
Stevens se fue solo mientras que Enma, Liuba y yo en el vehículo de
Arturo. Dejamos a Liuba en su casa y nos dirigimos a la de Enma. Nos
quedamos un hora allí. Finalmente, Arturo y yo nos fuimos. Dimos un
pequeño recorrido y nos detuvimos en la Casa de la Bombilla Verde,
un centro nocturno donde se mezclan jóvenes y adultos a tomar tragos
y escuchar a algún artista nativo. Había chicas muy atractivas,
algunas, con sus parejas; otras, andaban solas. Me fije en una flaca
mulata de pelo corto. Era mulata clara, algo así como del color café
con leche. La vi sola fumando afuera del local y me le acerqué.
“Buenas noches”, la saludé. “Buenas noches, ¿cómo la está
pasando?”, me contestó y preguntó. Le dije que la noche era
agradable y la estaba pasando chévere. Le pregunté si andaba sola y
me dijo que no. Pocos segundos después se marchó. Me quedé solito
y con la cara larga, de modo que, entré de nuevo al bar. Le comenté
a Arturo que me gustaba la flaca mulata y de pelo corto, “pero anda
acompañada”. Me dijo que no era verdad. “Te lo dijo a ti. Esa
jevita anda sola, lo que pasa que tú no le gusta”, se sinceró
conmigo. “Tienes que hacerte otro corte de pelo, ese que tú tienes
te hace ver como un mediocre, y ponte en un gimnasio cuando regreses
a Santo Domingo”, me dijo sin rodeos. “Tú verá que la voy a
saludá”, se animó. Fue a donde la jeva, la saludó, la abrazó y
ella le correspondió al abrazo. Conversaron un ratito nomás. Luego,
regresó a donde yo estaba y me dijo: “ella no está tan buena
como antes; tú no tienes buen gusto”. Al poco rato nos fuimos. Él
me dejó en la pensión y se marchó a su casa. La próxima contienda
escrablera sería el sábado 14 en la Casa de la Amistad. Allí
celebraríamos un torneo desde temprano en la mañana. En cuanto al
viernes 13, lo tomaríamos para descansar.
ESTADÍSTICAS,
12 de
septiembre 2019
Ganadas
0, perdidas 3
Contra
Arturo Alonso: 0-3
Promedio
de puntos por partida: 396.66
Promedio
de scrabbles por partida: 2.33