jueves, 20 de diciembre de 2018

Amigdalectomía en tiempos de huelga (parte 32)

Del escozor molestoso en la zona del hueso maxilar y paladar superior derecho no ha habido mejoría. Este ardor ha seguido tal cual todos los días. De mi parte continuaré firmemente relacionando ese problema con las secreciones nasales matutinas, digan lo que digan. 

Por Iván Ottenwalder 

Han transcurrido más de cuatro meses desde mi última consulta al otorrinolaringólogo que labora en el Centro Médico Dominicano. Desde ese tiempo me las he pasado usando aquel aerosol nasal que me indicó, el AVAMYS. El producto, como bien había señalado en una crónica anterior, no es malo, pero lástima propia siento que tenga que depender de éste quizás por el resto de mi vida. Todas las mañanas, al levantarme, suelo moquear demasiado por ambos orificios nasales, razón por la que tengo que recurrir inmediatamente al fármaco. Una vez utilizado los moqueos no desaparecen del todo, sino que van cediendo poco a poco hasta llegar un momento en que puedo sobrellevar el día con algo de tranquilidad. Sin embargo, al levantarme al otro día, se repite la misma cantaleta. Es como un laberinto sin salida; un cuento de nunca acabar.  

Al menos cosas buenas han sucedido en este año del nada a cambio, como yo le he llamado. ¿Cuáles? La alergia de la piel la he tenido muy controlada ...claro, dependiendo de mi eterno compañero el ATARAX de 25 mg. y la crema CLOBETAZOL. Otra buena nueva han sido mis ahorros. Este año, quiérase o no, ha sido el mejor de toda mi vida en el manejo de mis finanzas y el ahorro. Al trabajar día a día he aprendido lo que significa el valor del dinero. Y ese valor debe preservarse. 

Mi anillo de graduación universitaria también apareció, luego de tres años extraviado. Una tarde, buscando otra cosa en una de mis gavetas, me lo encontré. Espero que ya no lo vuelva a perder.  

También me he trazado metas para el 2019. Quiero volver a La Habana para la competición del internacional cubano de scrabble. Si la plata me alcanza, también deseo volar a Panamá para el Mundial de Scrabble que, probablemente, se celebrado en octubre o noviembre del citado año. Son mis anhelos, pero no me los tomaré tan a pecho.  

Del escozor molestoso en la zona del hueso maxilar y paladar superior derecho no ha habido mejoría. Este ardor ha seguido tal cual todos los días. De mi parte continuaré firmemente relacionando ese problema con las secreciones nasales matutinas, digan lo que digan. ¿Que los médicos y los aparatos de mierdas no lo descubran? Pues no daré mi brazo a torcer. La ciencia médica ha tenido varios casos complejos de difícil solución que, en ocasiones, han venido a ser descubiertos tras un largo tiempo de duración. No seré yo el primero ni tampoco el último. Pero de que mantengo mi posición, la mantengo. Tampoco esperaré una disculpa de la clase médica si algún día el asunto detona o se descubre. Será el tiempo quien me la ofrezca. Esa sería mi mayor indemnización moral.  

Diciembre es el último mes del año, una época para la reflexión, la esperanza y para pensar en metas futuras. De momento sigo comprometido en saldar poco a poco la deuda del apartamento de mi madre y, cuando se pueda, realizar algún viaje al extranjero. 

Qué cada quien luche por sus sueños, los abrace y anhele, siempre y cuando no se perjudique a terceros inocentes. Siempre he creído que algo puede suceder. 

Continuará...

sábado, 24 de noviembre de 2018

Scrabble: continúa mi mala racha; perdí tres de cuatro ante Guillermo Bodden

Una de las derrotas se debió a un error estratégico en la recta final. Apenas gané un desafío 


Por Iván Ottenwalder 

El domingo 18 de noviembre el reloj marcaba las siete de la tarde cuando Guillermo Bodden, viejo compañero en el pasatiempo del scrabble, acababa de llegar a mi casa. Ya habíamos acordado previamente lo del encuentro una hora antes, vía telefónica. Lo pactado fue jugar al menos cuatro partidas. “Tengo tiempo para quedarme antes las once u once y media, ¿qué te parece?”, me preguntó. Acepté que fuese hasta las once de la noche pues tenía que levantarme temprano para laborar el lunes. De modo que, con tablero de por medio, atriles, fichas, bolsa y hoja de anotar, arrancamos la primera partida. 
 
En el primero de los matches él atacó rápidamente y se vio al frente, 174 – 146, sin embargo, par de bingos consecutivos, DIRECTA (70) y REBAJARA (68), me pusieron por delante 284 – 244. Durante las siguientes jugadas me mantuve arriba, en parte gracias a buenas opciones defensivas aplicadas. Con un contundente SEGUNDA de 63 tantos llegué a liderar la pizarra 453 a 311, ya en la curva final. Pero mi oponente no se sentía listo y servido, pues gracias a un valioso y magistral DECIMOS (105), se acercó peligrosamente 416 – 453. Voy a reconocer que me confié demasiado. En vista de que ya se habían agotado los comodines y sabiendo que mi adversario no contaba con aes ni oes ni letras duras (yo tenía la RR), pensé que éste ya estaba liquidado. A pesar de que quedaba un hueco por cerrar, preferí deshacerme de una Q que bien me la pude haber tragado, pero en lugar de eso formé un QUI (7) por otro espacio, dejando el mencionado hueco intacto. Ni siquiera me tomé el tiempo para descifrar las letras de las que disponía mi rival, cosa que no hubiese sido tan difícil, pues en ese instante la bolsa estaba vacía.  

La partida iba a mi favor 460 – 416 antes de que Guillermo colgara su dramático bonus que puso fin a todo. El score se viró a su favor, 502 – 460, sumó 17 puntos por el descuento de mis fichas, de modo que, la definición quedó 519 contra 443. 

El ganador colgó tres scrabbles: PAGANTES (74), DECIMOS (105) y UNCIESE (86). Los míos fueron ALEONAD (70), DIRECTA (70), REBAJARA (68) y SEGUNDA (63). Las palabras cortas más valiosas de Bodden fueron AÑICO (66), AX (52), RUJO (34) y MAZO (52). Las mías FALLAR (45) y YES (27). 

La segunda partida de la jornada fue una victoria mía. La necesitaba, pues ya hilvanaba una mala racha de cinco reveses consecutivos, contando todas mis partidas jugadas de octubre y noviembre. Dicha victoria la logré con abultado marcador, 538 – 414 y de nada le sirvieron a Bodden sus cinco bonus: CLAVARON (66), REDIESES (70), DATEASE (74), LIGEROS (69) y UNCIERAS (73). De todos ellos REDIESES era inválido, pero, al no objetar la jugada, quedó validado. Mis bingos fueron tres:  COCIEREN (78), BOJEAIS (98) y MANOTEA (77). En vocablos cortos pude superar a mi oponente. Palabras como ZOCO (30), ÑOR (39), AY (37), FAGO (36) y ESPIGA (32) fueron las que más me puntuaron. Las mejor corta de Guillermo fue un simple HACHO, de 29 puntos. 

El tercer match de la jornada fue de principio a fin para Guillermo. ¿El score? 477 contra 299. Las bonificaciones fueron tres para mi oponente (LOCUELA de 62, ASIDERO de 74 y un EXTRAÑE de 94, que resultó ser la jugada que más puntuó) y dos para mí: CAMIONES (66) y ALEONES (63). Mi vencedor también destacó en las jugadas cortas de mayores puntuaciones: un inválido LUJEO (37) no objetado en el momento, ZALLES (41) y AFEO (32). De mi parte la mejor fue PIDA, de 30 tantos. 

Y para terminar la serie jugamos una cuarta partida, la cual también fue victoria para mi rival. El único instante en que me vi delante fue en la primera jugada, cuando colgué CULOS, de 20 tantos. Sin embargo, hice un gran esfuerzo por remontar en la recta final, pero me quedé corto. Luego de padecer una RECAÍDA (86) por parte de las fichas de Bodden, que lo aventajó más en la pizarra, 407-276, mis letras encontraron unas PALABRAS (64) que me acercaron a 67 tantos, 340 – 407, pero tuvo que aparecer la Z, desalentadora para mí, pero halagadora para el adversario, la cual inteligente optimizó con un ZA que le generó 44 puntos y lo acomodó nuevamente, 451- 340. Después aposté a un cambio de fichas, lo que fue aprovechado por el oponente para jugar TEMÍ (35) y alejarse aún más, 486 – 340. Pero seguía sin rendirme, y una vez más fui capaz de contestar, metiendo SACONEAD (74), que achicó la diferencia, 414- 486. Guillermo tuvo SIGA (7) y lo puso 493 – 414. Tuve la Ñ, con espacio para ponerla pero no para optimizarla en alto puntaje. Escribí AÑO (7) y finalizaron las angustias. Sumé siete puntos por el descuento de mi adversario, llegando a 431, muy lejano de los 486 del ganador. 

Ambos colgamos cuatros scrabbles.  Los del vencedor fueron ABOLIESE (67), INGRESOS (80), NOVIASE (62) y RECAÍDA (86). Los míos, COREANA (80), RELAMES (63), PALABRAS (64) y SACONEAD (74).  Las jugadas cortas más mortíferas fueron las de Bodden: JE (31), ZA (44) y TEMÍ (35). 

Sin discusión alguna, el Guillermo Bodden de esta jornada recordó mucho al de la década pasada, cuando llegó a convertirse en el más demoledor de las palabras cruzadas en República Dominicana. 

Estadísticas finales: 
Partidas ganadas 
Bodden 03, Ottenwalder 01 
Promedio de puntos por partidas 
Bodden 474, Ottenwalder 427.75 
Promedio de scrabbles por partida 
Bodden 3.75, Ottenwalder 3.25 

lunes, 19 de noviembre de 2018

San Carlos eliminó a Los Mina en semifinal de baloncesto de 1988

La semifinal B del baloncesto distrital entre los conjuntos de San Carlos y Los Mina fue bastante reñida. Esta se tuvo que definir en un decisivo y accidentado quinto partido, que finalmente fue ganado por el combinado de San Carlos. Los Universales, como se les llamaba al equipo de Los Mina, era una gran maquinaria que contaba con jugadores de altos calibres como Antonio - Chicho - Sibilio, Silvestre Charles, José - Maíta - Mercedes y Jesús - Chu - Mercedes. Esta escuadra, que había sucumbido en la serie final de 1987 ante el mismo team de San Carlos, llegó a despertar grandes pasiones en la zona oriental  de Santo Domingo. En la otra cara de la moneda San Carlos también contada con una sólida  escuadra, compuesta por jugadores estelares como Evaristo Pérez, Mauricio Espinal, Héctor Báez, Mario Regús y el imponente refuerzo Donald Royal. Aquella serie de playoff será recordada como la que tuvo el desenlace más violento registrado en el último lustro de los años 80 del pasado siglo XX.

 Por Iván Ottenwalder

Primer juego
4 de agosto 1988

San Carlos gana 100 contra 85.


Pelea por el balón en el primer partido de la serie semifinal














Evaristo Pérez y Silvestre Charles luchan por el balón.

























Segundo juego
5 de agosto 1988

Los Mina vence, 89-85, y empata la serie.


Antonio - Chicho - Sibilio avanza con el balón ante la defensiva de SC.






















Tercer juego
7 de agosto 1988
Los Mina derrota a San Carlos otra vez y toma comando de la serie. El marcador fue 88-87











































Cuarto juego
8 de agosto

San Carlos empató la serie al ganar un disputado cuarto partido, 83-79.




Evaristo Pérez detiene la ofensiva de Maíta Mercedes
 























Quinto juego
9 de agosto 1988

¡San Carlos clasifica para la gran final! Vence a Los Mina con pizarra de 103 - 77. 

En el encuentro se produjeron desórdenes por parte de la hinchada derrotada, que fue la de los Universales. 





































































Donald Royal, refuerzo de SC, en plena acción ofensiva


























Fuentes: Periódicos El Nacional y Última Hora, agosto de 1988.
Agradecimiento: Área de hemeroteca de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña.