domingo, 20 de octubre de 2013

Expectativas fallidas y proezas en el Mundial de Scrabble 2013


Por Iván Ottenwalder
 

Del 22 al 28 de septiembre de este año se disputó en Buenos Aires, Argentina, el XVII Mundial de Scrabble en Español. El evento contó con la mayoría de las figuras estelares de años anteriores y algunas caras nuevas.



Previo a este certamen de las letras hubo muchas expectativas: jugadores que tuvieron brillantísimas actuaciones en los torneos de sus respectivos países ni siquiera quedaron entre los mejores diez lugares. Carlos García por Venezuela; Horacio Moavro y Luis Picciochi por Argentina, para citar algunos casos notables.



Rocco Lagucci, campeón contundente del año 2012, quedó en el puesto número 32°; Juan Carlos Ayala, campeón nacional español 2013 y que durante los dos primeros días del mundial mantuvo una dura batalla por el primer puesto, culminó en la décima posición. La profesora Claudia Amaral, campeona del 2004 y ubicada entre las mejores cinco en el certamen mundialista del 2012, esta vez ocupó el lugar 39°.



Carlos García y Horacio Moavro llegaron con grandes credenciales al mundial de Buenos Aires. El primero, flamante campeón venezolano y el segundo, campeón argentino y del Torneo Austral, disputado en Asunción este año. Ambos se quedaron con las posiciones 22° y 15°, respectivamente.



Benjamín Olaizola, (Venezuela) y Diego González (Argentina), quienes disputaron la finalísima del mundial de 2011, en México, tuvieron una buena actuación, pero se quedaron cortos,  al obtener 14 puntos durante el torneo. Airan Pérez, a la postre campeón, logró clasificar con 15.



El francés Serge Emig, que juega mejor scrabble que muchos españoles y latinos, había quedado en 7° lugar en el 2012 (Top Ten) y ahora bajó al 13°.



Sorpresas agradables



Macarena Piccioci, hija del excampeón Luis Piccioci, en su debut en el mundial alcanzó la posición 19° con 12 puntos. Brianda Prof, española, también en su primer mundial, aunque estuvo en un distante 62°, consiguió 10 tantos y el joven paraguayo Matías González, campeón infantil en su país,  ocupó el 86° con 7 puntos de victoria.



 Cubanos Guadalupe y Morris mejoraron sus actuaciones del año anterior



Rolando Guadalupe, cuádruple campeón del Internacional Cuba Scrabble (2010, 2011, 2012 y 2013) y Enma Morris, modelo cubana-mexicana y destacada jugadora de progreso en el scrabble internacional, obtuvieron avances muy notables en el mundial de Buenos Aires, comparado con sus actuaciones en España 2012.



Guadalupe, 40° lugar con 11 puntos en el 2012 ascendió al puesto 11° con 13 puntos en la cita mundial del 2013. Morris, por su parte, subió del 15° con 13 puntos en el 2012 a la posición 12 con 13 puntos. Un detalle que hay que destacar es, que aunque Enma Morris obtuvo la misma cantidad de puntos victorias (13) con relación al año pasado, en el mundial del 2013 mejoró su BERG. Mientras en 2012 fue de 142, en 2013 lo fue de 151.



Tanto Guadalupe como Morris tendrán que sortear duras pruebas de fuego, ante adversarios muy competentes y poderosos en sus venideras participaciones, si uno de los dos aspira a titularse campeón y llevar la copa a Cuba.



Un campeón accidental



Durante las primeras tres jornadas en la modalidad clásica del mundial de scrabble de este año, tres españoles ocupaban los primeros puestos: Enric Hernández, Juan Carlos Ayala y Antonio Álvarez. En los últimos dos días del evento Ayala y Álvarez decayeron y terminaron en 10° y 6° puestos, respectivamente. Hernández ganaba cómodamente en primero, por lo que obtuvo su pase a la finalísima.



Airan Pérez, campeón de la Carrera Venezolana este mismo año, se envalentonó y se metió en la pelea, logrando clasificar en segundo lugar con 15 puntos. Una vez más se mediría ante el rival que lo derrotó en el mundial del 2008.



La suerte estaba echada. Enric, que terminó con 17 puntos de victoria, dos por encima de Pérez (15), solo necesitaba ganar un juego para coronarse campeón. En cambio, su rival tendría que hacer un milagro y ganar dos. La ventaja deportiva beneficiaba al español sobre el venezolano.



En horas de la tarde en un salón del Hotel Etoile empezaba la gran final. En una primera partida que Airan Pérez comandaba por una cómoda ventaja, Enric Hernández supo presionar en la recta final, pero se quedó corto. Cometió dos errores: No supo capitalizar la Q muerta que se le había quedado a Pérez en su atril, desaprovechando posibilidades de hacer mejores puntajes con sus letras, que eran mejores que las de su oponente y, lo peor de todo, algo con lo cual el ibérico tendrá que cargar la vida entera: un error de sumatoria en su última formación (AYO) que le daba 12 puntos, pero él lo anotó en su planilla como si fueran 10. Airan hizo lo mismo en la suya. Finalmente, el resultado quedó 547-545, a favor del venezolano.



De Enric haber calculado bien su puntaje, la partida resultaría en un empate a 547 tantos, lo que dejaría las cosas como estaban: Enric seguiría luchando por una sola victoria y Airan por dos. Pero el daño estaba hecho. El mal cálculo, avalado por la firma de planillas de ambos jugadores, consagraba al venezolano como ganador del primer choque.



En el segundo desafío la batalla fue digna de dos titanes probados en las lides escrableras. Airan estuvo arriba la mayor parte del encuentro, pero cuando la partida llegaba a su etapa de desenlace, fue como una reedición de la anterior. Enric volvió a presionar y remontó para colocarse delante en la pizarra. Para su desgracia, esta vez no lo acompañaría un mal conteo de sus últimos puntos, sino haberle salido, de entre las últimas fichas que quedaban en la bolsa, la letra Q.



Con el bolso de las letras vacío y sin opciones en el tablero, no pudo colocar la Q. Tuvo que conformarse con pasar dos veces seguidas cuando ya le quedaba esa sola. Airan, con las últimas siete fichas de su atril, remontó el escaso margen que lo separaba de español y ganó el encuentro  y, por consiguiente, el campeonato mundial, con resultado 490-452.



Sin lugar a discusión esta final será recordada para toda la vida. En la primera partida, el mal aprovechamiento de las fichas para conseguir los puntos ganadores sumado a un error de anotación final, será como un San Benito que pesará en la espalda de Enric Hernández por el resto de sus días. De ganar ESA SOLA, hubiese sido campeón del mundo.