miércoles, 31 de enero de 2024

He vencido en 3 de cinco partidas a Guillermo Bodden

Mi gran rival solo pudo ganarme dos


Por Iván Ottenwalder

Primera partida.
El lunes 29 de enero fue no laborable en toda la República Dominicana, una fecha que, unida al sábado y domingo anteriores fue aprovechada por muchos ciudadanos para descansar e irse de viaje a algún pueblo del interior. Eso ocurre casi siempre con todos los asuetos que colindan con los fines de semana. En mi caso preferí tomar el lunes por la tarde para una buena jornada de scrabble con mi entrañable rival Guillermo Bodden contra quien no competía desde el año anterior.

La tanda de Cruzaletras (otro de los tantos sinónimos para el scrabble) inició a las 2:30 pm. La sede fue el apartamento que comparto con mi padre desde hace varios años. Con el espacio ya habilitado (mesa y sillas, tablero de juego más bolsa y atriles) dimos arranque a la primera de las grandes batallas.


Segunda partida.
En el primer match se peleó hasta el final. Se trató de un toma y daca al principio en el cual el comando se alternó varias veces. Con ORÍGENES (65) llegué a liderar 118 -37, pero más tarde NACERÁN (74) lo situó al frente (195-151). Con dos scrabbles pisados (HEREDADAS de 74 y CONSOLAS de 72) viré la anotación (297-227). Poco después unos cortos bien optimizados y de mucho puntaje tales como LLE (25), SIJ (30) y MEABA (49) me acomodaron muy bien. Estuve dominando en ese instante 401 a 304 pero nada estaba decidido aún. Mi adversario asustaría y se acercaría con su FASTIDIO de 78 puntos (382-401). Al final, se tragó la Q sin una U que le ayudara. Gané 456 a 435.

La segunda batalla también fue muy reñida al principio, aunque, a medida que se tornaba adulta las vocales (en su mayoría) estaban siendo acaparadas por mi oponente. Lo intuí al darme cuenta que la bolsa no me estaba siendo muy generosa en par de ocasiones en que cambié muchas letras de mi atril. Buscaba vocales y siempre me tocaban las consonantes. Eso bastó para que Guillermo ganara con anotación de 457-395.

Tercera partida.
Las grandes batallas no son fáciles. La tercera, aunque al principio parecía poder serlo, no lo fue. Colgué dos scrables consecutivos bien temprano. Estos fueron MENEARA (68) y LECTORES (74) que me pusieron al frente (142-18) pero la respuesta de mi adversario no se hizo esperar al meter una CORAJUDA formación que le valió 118 tantos y se acercó 136-142. Respondí con YERRA (28) y alcancé los 170 pero su FAX de 36 lo adelantó en la pizarra (172-170). Fue la última ocasión en que se vio adelante en la anotación pero valga la aclaración de que nunca se rindió y siempre se mantuvo achicando las diferencias que le iba sacando en cada jugada. Finalmente, me llevé la partida, con el score de 457-438.

Cuarta partida.
Hay partidas, de esas que uno va jugando tan pero tan bien que jamás deberían perderse. Una de esas me tocó a mí. Fue un combate donde el tablero se mantuvo prácticamente cerrado casi todo el trayecto. Apliqué buena ofensiva sin abrir el tablero y obligaba a mi oponente a que fuera él quien tomara la iniciativa de abrirlo. Pues era él quien se hallaba debajo en la anotación. En algunas ocasiones en que me salía la letra Q luego la devolvía al bolso en mi próximo turno. Estuve jugando espectacular; además de que anotaba, defendía y dominaba. En la recta final, cuando quedaban pocas letras en la bolsa y la Q aún no se había jugado, aplique la cautela. Jugué conservador; lo mismo hizo mi adversario. Pero el destino suele ser fatal en ocasiones y, al final, me deparó la Q. La última U para mi desgracia la tenía mi rival. De igual manera no era motivo para apelar a las excusas. Estaba dominando en ese preciso instante 391 a 337 para una diferencia de 54 puntos. Es cierto que solo contaba con una vocal (la I), y el resto eran puras consonantes incluyendo la Q. En mi penúltimo turno estuve al frente (396-339), para una distancia sobre mi oponente de 57 tantos. Vino entonces un DICTE (22) y acortó margen (361-396). Ya no tenía vocales, pero aún así podía seguir deshaciéndome de alguna que otra letra. Y quise deshacerme de una D, solo que la ubiqué en el lugar menos indicado y que al final ayudaría a mi adversario a conseguir más puntos que, sumado a los 9 de mi atril restante, le daría la victoria. Coloqué la bendita D bien cercana a la casilla de triple tanto de palabras en la zona céntrica inferior del tablero formando así un ID vertical. ¿Y qué hizo mi oponente? Colocó sus dos últimas fichas (la U y la I) para formar un UCI combinado con DI triplicándole ambas formaciones para un total de 24 tantos. Yo, que estaba ganando 399 a 361, terminé perdiendo 394 a 390. Con los 24 del UCI/DI, Guillermo alcanzó los 385 tantos que, sumado a 9 que se me descontaron de mi acomodador, les fueron suficientes para obtener 394. Mis 399 se vieron reducidos a 390 por dicho descuento.
Quinta partida.

De haber colocado esa D en otro lugar, Guillermo hubiese hecho menos puntos con UCI, tan solo 15, pues la I de esa formación jamás se hubiese topado con la D. La partida hubiese terminado entonces 390-385 a mi favor. Su sumatoria hubiese sido 361 + 15 = 376 + 9 (descuento de mi atril) = 385. Mi resta en cambio 399 – 9 = 390.


Bien dije anteriormente, hay partidas que deben ganarse y jamás perderse. Esa fue una que yo jamás debí haber perdido y Guillermo jamás haberla ganado. ¡Cuánto me hace recordar aquel episodio en que perdí una partida – en una situación algo similar a la descrita – frente a Marcos Araque en el Mundial de Asunción 2017!

La quinta batalla fue la más reñida de todas. El marcador se mantuvo alternativo entre mi rival y yo casi todo el trayecto. Si tomaba la cima de repente mi oponente me la quitaba yéndose arriba y así entre vocablo tras vocablo fuimos alternándonos el timón de la partida. Todo hasta la recta final. Guillermo no suele contar la cantidad de letras colocadas en el tablero durante todo el match; en cambio yo sí. Sabía perfectamente cuántas vocales de cada una quedaban en el tramo final así como las que se habían agotado. Ya cuando restaban pocas en la bolsa, digamos menos de siete, calculé que solo las E no se habían acabado; quedaban apenas tres. Las consonantes de altos valores numéricos también habían sido jugadas; los comodines por igual. Fui paciente y conservador pues sabía que no contaba con ninguna E en mi atril, aunque sí con otras vocales útiles, y una valiosa y siempre peligrosa doble erre (RR).

Tras él realizar un cambio de fichas, tomé la sabia decisión de jugar VIS (16 puntos), y tomar el comando de la pizarra (304-299). Él entonces respondió con CRECES (26) y recuperó el liderato (325-304). Viendo que había jugado dos E determiné colocar mi PIRROL de 42 puntos en la zona céntrica inferior de triple tanto de palabra. Me fui arriba (346-325) y luego vino el empate con HER (21) a 346. Mi última jugada no fue un palazo pero sí la PALA final válida para otros 42 tantos y liquidar las acciones. Con 5 puntos adicionales que se le descontaron de su acomodador de fichas, terminé ganando 393 a 341.

Estadísticas
Palmarés

Guillermo Bodden 2-3
Iván Ottenwalder 3-2
Promedio de puntos por partida
Guillermo Bodden 413
Iván Ottenwalder 418.2
Promedio de scrabbles por partida
Guillermo Bodden 1.6
Iván Ottenwalder 2

martes, 9 de enero de 2024

Mis estadísticas en el Norcenca de Panamá 2023

Culminé con foja de 7 victorias y 6 reveses, un promedio de 419.15 puntos por partida y 2.38 bonos también por partida

Foto del recuerdo del Norcenca de Panamá 2023.


Por Iván Ottenwalder

Durante el fechado del 14 al 16 de julio del año anterior (2023) se disputó el torneo Norcenca de Scrabble en la Ciudad de Panamá. Mi participación, tal como lo expliqué en crónicas anteriores concernientes a aquella competición, brillo por la mediocridad. No fue mi mejor actuación en competición internacional escrablera. Ni espejo del segundo lugar obtenido en el Internacional Cuba Scrabble 2015 ni del primer puesto en el Extraordinario en Asunción (Paraguay) en 2017. En vez de menos a más como otrora, lo ocurrido en el país canalero, fue de más a menos. ¡Una debacle!

Estadísticas (promedios)

Puntos por partida: 419.15
Scrabbles por partidas: 2.38
Victorias: 7
Derrotas: 6