En esa zona Zoimelys
Labrada me colgó un DENIEGA con PIQUEN sepultador.
Por Iván
Ottenwalder
Nunca hay excusas
cuando las cosas se pueden hacer o se pudieron haber hecho, ha sido uno de mis axiomas, aunque
no creo en verdades absolutas, que he sostenido desde hace mucho tiempo. Desde
adolescente también he venido oyendo expresiones, ya convertidas en clichés por
el abuso en su uso, tales como: No llores
como mujer lo que no supiste defender como hombre y Si mi abuela tuviera ruedas fuera bicicleta. En común todas tienen
a explicar prácticamente lo mismo: lo que no se hizo ya no se hará y lo que
pasó, pasó.
Zoimelys Labrada e Iván Ottenwalder en plena acción de juego. |
Lo cierto, que aunque los hechos acaecieran tal
cual, jamás debe restringirse la crítica. Gracias a esta, podemos sacar
conclusiones, frías y analíticas, de las razones por las que se perdió o ganó
en una competición determinada.
La retrospectiva nos ayuda a determinar donde
estuvieron nuestros errores y los aciertos del contrario. Cuando reconocemos el
por qué de nuestros fracasos, no solo aprendemos de ellos, sino también a no
volver a repetirlos.
“Iván, pero ese segundo lugar está bien. ¡Mucho
hiciste tú!”, “pero ¿que tú quieres?, llegaste lejos para ser tu primera vez”.
Todas esas respuestas, que he recibido de conocidos, compañeros de trabajo y
familiares, no dejan de ser ciertas, pero no las interpreto como un aliciente
para el conformismo.
Y precisamente, por no verlas como un
consuelo, me surgió la razón para
escribir este tema.
Zoimelys Labrada ganó y es la campeona de la
categoría Premier del pasado Internacional Cuba Scrabble 2015, eso nadie lo
discute. Que ella jugó mejor, tampoco es objeto de discusión. Para el caso, el
objeto de discusión fueron mis errores cometidos en las dos partidas de aquella
final del sábado 4 de abril del 2015.
Me había clasificado a la final terminando a
todo vapor. Había ganado 12 partidas y perdido solo 2. Obtuve el mejor promedio
de puntos por partida con 469.29, la mayor puntuación en una partida (597) y el
premio Cuquita (90 puntos con AHORQUEN). El desastre me llegó precisamente en
la final pactada al mejor de un 3-2.
En la primera, naturalmente que el miedo
escénico y la guerra de nervios me dominaron. He aquí algunos tropiezos:
-
Unas
siete letras para un scrabble, mal colocadas en el tablero al inicio de la
partida y que me hizo perder un turno.
-
Tres
puntos de una bonificación que no conté.
-
Un
error en la recta final con un GETO que no existe en el diccionario.
-
Y
un tiempo que casi se me agotaba.
A pesar de las pifias y el revés la batalla fue
bien dada. Perdí 447 – 474.
Torneo en su primer día, el jueves 2 de abril de 2015. |
La segunda no fue tanto miedo escénico, más
bien un dominio de principio a fin por parte de mi rival. En un momento dado
Labrada navegaba cómoda en la anotación, 317-161, sin embargo, cuando el duelo
ya estaba bien avanzado, fui capaz de recortar la diferencia y acercarme a 38
puntos (351-389). Fue a partir de ese instante que contemplé la posibilidad de
poner la conjugación OXEO (del verbo oxear) con PIQUEO, (de piquear) en hilera
vertical superior derecha del triple tanto de palabras. Poco después del
comienzo de la partida Zoimelys había colocado PIQUE, quedando una casilla libre
y abierta para cualquier reformación después de la E. Cuando me vi con la
posibilidad, y letras en mi atril, de martillar por ese flanco, me arropó la
duda. Estaba inseguro; esa inseguridad y miedo de que si Zoimelys la
protestara, que habría que llamar al monitor y ver que decía el Lexicon, terminaron
doblegándome. Naturalmente, yo no tenía márgenes para errores, tenía una
partida abajo y debajo en el marcador me hallaba entonces. No jugué por ese
lado y, dos turnos después, mi adversaria me lo hizo pagar bien caro,
colgándome un DENIEGA como bonus en triple de palabra y aprovechando la N para convertir el PIQUE en
PIQUEN. Con el DENIEGA y el marcador 387-532 se me denegaba el trofeo (no había
para segundos lugares) y sentía como el techo se me desplomaba en mi cabeza, lo
mismo que las esperanzas se me esfumaban. Es verdad que no se debe dar perdida
ninguna partida, pero la distancia se me puso a 145 tantos de diferencia y,
para mayor desgracia, el tablero se había cerrado. Ya no había espacio para el
más mínimo scrabble.
Pero, apelando ahora a la reflexión, me
pregunto: ¿de haber colocado el OXEO y PIQUEO hubiese cambiado el curso de la
partida a mi favor? ¿En vez del DENIEGA y PIQUEN hubiese Zoimelys metido un
bonus por otro hueco o se le hubiese complicado la situación? Nada de eso lo
sabré con exactitud, pero, de lo que si estoy seguro, es que la vida te
presenta situaciones en las que debes jugártela, en las que no tienes mañana. Y
esa opción era mi now or never, mi
posibilidad de despertar y, quién sabe, si empatar la serie y provocar un
tercer partido de desempate.
Con mi último AR puesto en el tablero y un
respetuoso felicitaciones campeona hacia la ganadora, terminaba la competición
y el triunfo de Zoimelys, 544 contra 437. La categoría Premier había hecho su
debut en este 2015. Un dominicano, aunque se llevó los mayores lauros estadísticos
y pintaba para ganarla, terminó perdiéndola en suelo cubano ante una mujer,
primera que se ha coronado en el Internacional Cuba Scrabble.
Otras razones a
considerar
1.- No haber conseguido en la República Dominicana
con quien practicar al scrabble, y mucho menos jugándolo con reloj. Esta
modalidad la aprendí en La
Habana tres días antes del torneo en un corre y corre.
2.- No haberme llevado mi tablero de juego a la
capital cubana. Precisamente donde estaba hospedado, en la calle J del sector
Vedado, los dueños de la casa y sus hijos sabían jugar al scrabble. Además, no
tan lejos estaba alojado José Alberto Lima (Pepón), un cubanoestadounidense que
había venido a participar en la categoría Élite del torneo. Él tampoco trajo su
tablero pero, con el mío, hubiésemos jugado perfectamente. Un poco más de
práctica me hubiese dado más seguridad y temple.
3.- No haber repasado vocabulario meses antes
del torneo, a sabiendas de que poseo cuadernos repletos de palabras rebuscadas
del idioma español. Aunque también le atribuyo culpabilidad a la depresión y
ansiedad que estuve pasando por los meses de enero a marzo debido a la bacteria
Helicobacter Pylori y una severa gastritis que había pillado. Esos males me
hicieron perder cerca de 15
libras de peso.
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