viernes, 31 de enero de 2014

Y después que lo consiga ¿qué?



Por Iván Ottenwalder

Una de los planteamientos que todo ser humano con anhelos y metas en la vida suele hacerse es el siguiente: “una vez logre lo que ando buscando, ¿qué pasará luego? ¿Y después qué?”

Traigo este tema a mi blog porque también soy uno de esos que anda tras un sueño, fantasía o meta a concretizar. Todo el que lee “Scrabble del bueno …béisbol del bueno” sabe que mi anhelo más enfermizo en este momento es lograr mi objetivo de viajar a una nación donde se juegue scrabble a nivel profesional, competir ante los mejores y luego contar todas esas vivencias. Es cierto que también aspiro ganar mi primera medalla o trofeo en este deporte gramatical, pero para ello necesitaría un ambiente donde, constantemente, pueda jugar a este pasatiempo de las letras y desarrollar un mayor nivel.
Pocos minutos antes de empezar a escribir sobre esta temática estuve meditando con sosiego y filosofía acerca de qué pasará cuando logre viajar a Cuba o cualquier otro país y competir en scrabble, ¿qué ocurrirá una vez gane mi deseada medalla o trofeo? ¿Me sentiré realizado? ¿Me cansaré? Realizado me sentiré, pero no cansado. Creo que mi fiebre se acrecentará y me animaré a seguir jugando, como hacen todos los grandes y valiosos deportistas.

No soy la única persona en el mundo que ha enloquecido por este juego. Casos han habido mucho. Millones de personas lo juegan, ya sea a nivel familiar o competitivo (en clubes). Lo único que tengo como desventaja es vivir en un entorno social poco dado a las actividades culturales y educativas, y eso en realidad me afecta en la consecución de  mi objetivo.

Por eso, de momento lo único que me queda es mantener la esperanza, mi sueño, poder, a partir del 2015, viajar una vez al año a La Habana a jugar con los genios del scrabble cubano. Ellos saben lo mucho que los admiro como jugadores y como núcleo promotor del juego de palabras cruzadas.

Sé que no me ha resultado fácil viajar: alguna adversidad termina finalmente persiguiéndome. Lo penoso para mi es que el 2014 empezó hace poco y va para largo. Tampoco podré asistir, como lo deseaba, al mundial de La Habana, en octubre. Iba a ser mi primera participación en un mundial de scrabble.

De momento tendré que conformarme con la misma rutina, trabajo en el día y aburrimiento en las noches. El estilo de vida social de la media dominicana: dominó en las esquinas, colmadones, billares, discusiones sobre béisbol y política, liquore stores, salsa y bachata, no es para mí. No me adapto a ese sistema de diversión.

Una exnovia que tuve en 2013, Yani, me dijo una vez que no regresaría conmigo, ya que estábamos en “sintonías diferentes”. Fue una realidad: yo le gustaba mucho, pero ella deseaba casarse y tener una familia; yo, viajar y ser uno de los mejores del mundo en scrabble. No solo con Yani, ni con el entorno sintonizo; entorno que, como expliqué antes, no es muy dado a la lectura ni a las actividades educativas.

Podría visitar a un psicólogo y ponerme en tratamiento, con tal de sobrellevar la situación, pero desde que me diga “deja el scrabble”, no le volveré más a una consulta.

jueves, 30 de enero de 2014

Un torneo derrotado por la mala asistencia de fanáticos



La concurrencia a los estadios de béisbol dominicano fue penosa.


Por Iván Ottenwalder

Una de las preguntas que muchos aficionados al béisbol dominicano, no importa cual sea su equipo, se hicieron durante la pasada temporada otoño-invernal 2013-14 fue: “¿por qué está yendo muy poca gente al play?”. La respuesta para una persona inteligente promedio estuvo más clara que el agua: los altos costos de la boletas, sobre todo para presenciar los partidos de Águilas-Licey, Licey-Escogido y Escogido-Águilas.

En el verano pasado, meses antes de que se iniciara la temporada, la Liga Dominicana de Béisbol (LIDOM) anunció por todos los medios de comunicación un incremento en el precio de las boletas entre un 80 y 133 por ciento para presenciar los encuentros entre los conjuntos citados en el párrafo anterior, que son los que poseen la mayor fanaticada beisbolera de la República Dominicana. Sin embargo, otra de las indelicadezas cometidas por LIDOM fue la nomenclatura que establecieron denominadas “juegos económicos” y “juegos Premium”; los primeros para definir los partidos en el estadio de Santo Domingo donde el Licey o el Escogido jugasen ante los equipos Toros del Este, Estrellas Orientales y Gigantes del Cibao (estos tres que no concitan tanto público). En cambio, cuando el match  fuese Licey-Escogido, o uno de estos dos contra las Águilas del Cibao, la denominación sería Premiun. Todo esto representaba una discriminación flagrante. Si yo hubiese sido propietario de uno de los conjuntos de la región Este o de los Gigantes del Cibao, me sentiría completamente ofendido y hasta retiraría mi escuadra antes de empezar el campeonato.

Ese tipo de definiciones suena como a los tiempos en que se diferenciaban a gente de primera y gente de segunda, a tripulantes de primera clase y  de tercera clase a bordo del Titanic.

Pero si analizamos solamente lo del aumento desproporcionado en el precio de las boletas, la razón del fracaso en asistencia a los estadios sería más que obvia. A una población trabajadora, que ha perdido su poder adquisitivo, que no le han aumentado su salario desde hace varios años, no se le debe aumentar el precio de las taquillas de manera tan abusiva. Es cierto que el béisbol es el deporte rey de los dominicanos, pero también es una verdad que esa gente que siempre ha pagado por ir al play está comprando la comida más cara, está pagando más caro el alquiler, la gasolina, el gas, el colegio de los hijos, las medicinas, etc.

El resultado del torneo 2013-14 fue contundente: los partidos entre Licey y Águilas no se llenaron (quizás tan solo uno en toda la campaña), los del Escogido-Águilas, menos todavía y los de Licey-Escogido, apenas dos durante la serie final. Es cierto que la asistencia mejoró en la final, pero el Quisqueya no se llenó como en años anteriores. En la serie quedaron muchos asientos vacíos, incluyendo el octavo partido, en que Licey se coronó campeón.

No tengo las cifras estadísticas de asistencia, pero si la sabiduría del hombre que sabe ver. Observé en la televisión la mayoría de los encuentros y mejor prueba no hay que dármela.

La última vez que recuerde una temporada tan penosa en asistencia a los estadios fue la de 1990-91, cuando yo tenía 15 años de edad.

Hace mucho que LIDOM no publica en la prensa los registros de concurrencia a los estadios, algo que se hacía durante décadas muy lejanas.

Mi sano consejo para LIDOM: aprender de los errores de la campaña recién finalizada y no repetirlos. En caso contrario, a la pelota nuestra le pasará lo mismo que le ha ocurrido a la de Puerto Rico, donde la ciudadanía prácticamente no va a los estadios.

¡Y cuidado con el fútbol!, que empieza a ganar terreno en Quisqueya la bella.

viernes, 24 de enero de 2014

Frustraciones, frustraciones y frustraciones



Los planes han cambiado y tendré que desistir del mundial de scrabble.

Por Iván Ottenwalder

La alegría fue inmensa en el año 2013. La ilusión y seguridad de que viajaría a La Habana en 2014, primero para jugar en el Internacional Cuba Scrabble y luego, mi cambio de parecer, motivado por el expresidente de la Federación Internacional de Scrabble en Español (FISE), Santiago Rosales, para que mejor pensara en el Mundial, también a disputarse en La Habana, me provocaba una euforia interna y externa jamás experimentada en mi vida. Se trataba, nada más y menos, de la segura posibilidad de competir en el evento más importante de mi pasatiempo favorito, al cual defiendo con uñas y dientes.

Llegó el mes de diciembre. La visita al otorrino. Todo para un chequeo general. El galeno me indicó aquella tarde varios análisis, entre ellos la prueba alérgica de la IGE. Me las hice todas. Mis eosinófilos arrojaron niveles altísimos; la IGE, peor aún: espantosa. Cuando volví al doctor días después, a llevarle los resultados, los miró. Solo atinó a preguntarme: “¿Iván, no has pensado alguna vez visitar a un alergista?”. Fui honesto al responderle. Le dije que lo había contemplado varias veces pero que no me decidía ya que estos especialistas no aceptaban seguros médicos y los tratamientos eran costosísimos. Me dijo que me diera una oportunidad, pues valía la pena hacer un esfuerzo. “Tú eres joven, Iván, no me gustaría verte así”, me instó.

Después de meditarlo en casa, lo acepte. Era preciso tratarme. Fui al alergólogo y me hicieron las pruebas. Resultados: alergia a humedad, polvo, ácaros, filtraciones, pelos de gatos, perros y a las aves. En el instante me puso un tratamiento en base a un antialérgico de amplio espectro y un desparasitante. He tenido mejorías, pero no al cien por ciento. Debo mudarme cuanto antes a otra casa. Ya consulté con mi padre y es lo que me conviene. Viviré en su apartamento.

Si el problema alérgico no cede entonces tendría que recurrir a la inmunoterapia, un tratamiento de vacunas (a base de anticuerpos) elaboradas especialmente para mitigar mis síntomas. La medicación, según me comentó el doctor, tendría una duración de cuatro años.

Con el inicio de esta, mi participación en Cuba quedaría totalmente descartada. Solo me quedaría pensar en el 2015, y no para un mundial, sino para un torneo regional o internacional. La Habana, por mis posibilidades de pago, es lo que más me convendría.

Estoy frustrado y no lo niego. Frustrado por muchas razones y sé que la angustia me arropará. No llegaré a conocer a mi gran amigo del scrabble cubano, Rolando Guadalupe. No conoceré en persona a Santiago Rosales, expresidente de la FISE, que tanto me aprecia. Frustrado por no poder darle un efusivo abrazo a Horacio Moavro, Darío Moscoso,  Benjamín Olaizola, al profesor Alejandro Terrenzani, a Dirsia Mejías y a Juan Carlos Ayala (mi favorito del mundial pasado).

Frustrado por no llegar a vivir la experiencia de jugar partidas con reloj, de sentir la adrenalina, de conocer a mi rival y de inspirarme en el juego.

Me siento frustrado, impotente, por no llegar a sentar el precedente que quería, que hubiese servido para marcar un antes y después y, en lo posible, cambiar el curso de la historia a favor del scrabble en la República Dominicana.

Soy un revolucionario frustrado y tendré que resignarme un año más. Este 2014 será largo, apenas orita empezó. El día que vaya a un mundial de scrabble tendrá que esperar. El fantasma de no poder jugar en un torneo aún me perseguirá. Mi cerebro estará pensando constantemente en palabras cruzadas: mañana, tarde y noche.

lunes, 2 de diciembre de 2013

El dominó y el ajedrez no son para mí; el scrabble sí.


Por Iván Ottenwalder


En mi familia, como en casi todas las familias dominicanas, el dominó es el juego insignia de los hogares. Es una cultura muy ancestral que se ha transmitido por los siglos de los siglos dominicanos, de padres a hijos. Es raro quien no lo juegue en la acera de una avenida, en la esquina de una calle, en un barrio y colmadón. En fin, hasta en el lugar más recóndito de la República Dominicana, se escuchará el bullicio de la gente, que rabiosamente en la sangre, llevan este pasatiempo.

Pareciera que el dominó, que en este siglo XXI camina lerdo, haya resistido en este país a las inclemencias de los tiempos modernos. En otras sociedades del planeta juegos como el ajedrez, scrabble y rummikub acaparan una atención espectacular, mientras el dominó va en declive. La explicación por la que diferentes juegos educativos no proliferan satisfactoriamente en la República Dominicana debe circunscribirse, no solo a lo cultural, sino también a otros factores, entre ellos: poca promoción y estrategia de mercado, escasa integración de los padres, que son los que deben transmitirle la enseñanza de estos pasatiempos a sus hijos y, sobre todo, la pobreza cultural que arropa hoy día a este pueblo.

El ajedrez, hay que reconocerlo, es en la actualidad, el que más avance ha logrado entre los juegos educativos, y esto gracias a la buena labor difusiva y de propaganda llevada a cabo por la Federación Dominicana de Ajedrez. Hace alrededor de cinco años, no se veían tantos ajedrecistas en las calles, escuelas y centros comerciales de la República Dominicana; hoy sí.

Sobre mí, puedo afirmar lo siguiente: soy un perfecto imbécil en el dominó y un tonto sin estrategia en el ajedrez. De lo primero pueden dar testimonio cientos y miles de compatriotas a los cuales he hecho perder como frente, y de lo segundo, mi primo Luis Emilio, quien, durante un par de partidas de ajedrez que sostuvimos, se dio cuenta de lo penoso de mis movidas de fichas, al punto de hacer una pausa, mirarme fijamente a los ojos y preguntarme “Iván, ¿tú sabías que en el ajedrez hay que anticipar la jugada del contrario?” Él tuvo razón. Le contesté que en verdad el ajedrez no me gustaba tanto. “No lo vivo, no lo siento, primo”, admití.

Por las razones explicadas anteriormente, me quedo con mi juego favorito, ese que conocí por accidente en el verano del 2005, a ese que siempre le he puesto ganas: mi único e indiscutible scrabble. Gracias a este maravilloso juego gramatical, hoy día puedo decir ‘llevo una disciplina de competición en la sangre’.

Sin dudas, los comentarios que la gente tiene de mí en el scrabble no son los mismos que en el dominó y ajedrez. Mayoría absoluta reconoce mi buen nivel estratégico y entrega total por el juego de palabras cruzadas. A decir verdad, solo me importa que me recuerden como el Iván estrella del scrabble, no como el fracasado del dominó y ajedrez.

En octubre del 2014 tengo una cita con el destino. Viajaré al XVIII Mundial de Scrabble que se efectuará en La Habana, Cuba. Jugaré en el torneo Extraordinario y espero, asimismo, animarme a competir en la Copa FISE. Iré con todo lo que tengo, a dejar mi pellejo y cerebro en el tablero.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Giraré al mundial de scrabble; es hora de actuar



Por Iván Ottenwalder


A partir del pasado verano de este 2013 me comprometí plenamente a una meta: viajar hacia La Habana, al Torneo Internacional Cuba Scrabble, para el verano del 2014.

Ahora, que finaliza noviembre, mis planes han cambiado. Ya no será para el torneo Internacional que volaré, sino para uno de más importancia y trascendencia, y que igualmente será celebrado en la capital cubana, durante el mes de octubre del 2014: el XVIII Mundial de Scrabble.

La razón de mi cambio es muy sencilla y ya está explicada en el párrafo anterior: el peso de la importancia. Mi presencia en un torneo mundial sería mucho más sonora y relevante a que si participase en un evento inferior. Esto, claro está, sin demeritar los demás torneos regionales e internacionales de scrabble que se juegan todos los años en otras naciones.

A los mundiales asisten, usualmente, los mejores representantes de cada nación, para ser más precisos, los campeones, subcampeones y demás clasificados de los torneos nacionales de cada país.

Asimismo, la cantidad de participantes que compiten en el mundial es mayor que en otros torneos. Este evento ofrece, además, la posibilidad de jugar en el torneo Extraordinario y en la Copa de Naciones. El primero es una alternativa para que, algunos jugadores que no clasificaron al torneo mayor (mundial individual), puedan conseguirlo. Dependiendo de la media de participantes en el Extraordinario se definirían los clasificados al mundial individual. Esto se hace basado en una proporción de 1 por cada 8 jugadores, es decir, si en el Extraordinario compitieron 32 personas, los mejores 4 puestos avanzarán al mundial individual; si compitieron 40, se clasificarán los mejores 5. Mientras que, la Copa de Naciones, es una disputa donde, los representantes de cada país, buscan el campeonato por equipo, por su patria. En el mundial individual, como su nombre lo indica, los jugadores batallan por el título individual.

Si alguien me pregunta en cuál de los torneos caeré, le responderé que en el Extraordinario. Esto así debido a que en la República Dominicana no existe una asociación de scrabble que me permita competir y clasificarme. Obviamente, en este torneo extra, tendría la posibilidad de lograr una proeza y avanzar al mundial individual. ¿Cuán factibles serían mis posibilidades? Es cuestión de jugar fuerte, con determinación y tendré la respuesta.

En el XVIII Mundial de Scrabble, Cuba 2014, tendré la deseada posibilidad, de conocer en la vida real, a todos mis amigos virtuales con los que suelo compartir en el Facebook y jugar en ReDeLetras. Será una maravillosa experiencia, no solo de juego, sino también de abrazos, fotos, conversaciones, alegrías y lágrimas. Una crónica para jamás olvidar.

Es hora de actuar con responsabilidad y mantener una posición firme: llevar a cabo la meta. Nunca cejar.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Daliana Medina e Iván Ottenwalder, enfrentamiento digno de ver



Nunca se han enfrentado en partidas de scrabble presencial.


Por Iván Ottenwalder
  
Antes de mudarse para Argentina, a principios de la década pasada, Daliana Medina tuvo el sueño de crear una asociación de scrabble en la República Dominicana. Aquella vez no lo consiguió y tuvo que conformarse en jugar a este pasatiempo gramatical en su lugar de trabajo, nada más y menos que con su jefa, otra apasionada del juego.

Cuenta Medina que, finalizada la hora de trabajo, ella y su superiora se quedaban en la oficina hasta casi entrada la noche, batiéndose en el scrabble.

Yo, que conocí el scrabble en condiciones accidentales durante el verano del 2005, tuve la idea, a finales del 2007, de crear un club para jugarlo. En esa ocasión encontré a unos pocos dominicanos que solían jugar scrabble online en el portal www.redeletras.com, y pudimos cohesionarnos y dar el salto al juego presencial o, mejor dicho, cara a cara.

Aunque la idea intelectual fue mía, quien la pudo llevar a la práctica fue Guillermo Bodden, pues gracias a su carisma con los demás miembros en ReDeLetras, pudo tomar el liderazgo y aglutinarnos a todos. Con un primer encuentro, una noche de invierno, en el Club Deportivo Naco, había nacido Scrabble Dominicana, nombre con el que bautizamos a la naciente asociación, con el consenso de todos.

Esta asociación, que con gran empuje había nacido y mantenido por año y medio, se desplomó en el verano del 2009. Sus miembros, nosotros, nos dispersamos y desanimamos.

Volviendo un poco más atrás, esta vez al 2006, se me ocurrió una tarde de verano navegar por la Web, con la finalizad de encontrar algún contacto dominicano vinculado al scrabble. Encontré apenas una referencia de una mujer de nombre Daliana Medina. Copié su mail y le escribí. Ella me respondió un día después, explicándome que ya no residía en la República Dominicana, sino en Buenos Aires, Argentina. Me contó también que solía jugar scrabble online en el sitio de ReDeLetras y que había visitado en par de ocasiones el club de Buenos Aires, pero que hacía poco se había retirado de las lides escrableras.

Fue a principios de otoño del 2013, mediante la red social de Facebook, que nos reencontramos …aunque apenas todavía nos conocemos como ciberamigos. Más bien fue Daliana que me buscó. Chateamos, nos dimos los números telefónicos y acordamos una fecha para un encuentro presencial.

La jornada en vivo no se ha dado aún. Lo más que hemos llegado es a jugar 11 partidas virtuales en ReDeLetras, en las que aventajo cerradamente 6 a 5. Honestamente admito que Daliana me ha ofrecido una batalla valerosa, pero para ser sincero,  no me conformo, y prefiero que el enfrentamiento sea cara a cara y voz a voz. Hago una apuesta a que ella me demostrará inteligencia y determinación en la cantidad de partidas que juguemos.

El horizonte de momento no pinta brillante para el scrabble en la República Dominicana. Guillermo Bodden reside en la comunidad de Punta Canta; Wagner Méndez, integrado a su iglesia evangélica, vive en Santiago de los Caballeros; Luchy Botello se desanimó; Roan desanimado; López desanimado; Lumis, quien llegó a darse el gusto de viajar a Buenos Aires, solamente a jugar scrabble, me comentó que su fiebre se apagó. El resto, los demás integrantes de la Web, apenas se conforman con divertirse en el formato online.

Con todo y la penosa situación, alguien tiene o tendrá en un futuro cercano, mediano o lejano que tomar las decisiones. La historia la hacen los seres humanos, hombres y mujeres decididos, no los nobles y conformistas.

Tengo un compromiso moral con La Habana, Cuba y he de cumplirlo. Por eso el deber me llama a que asista al próximo mundial de scrabble, en su versión XVIII, que se efectuará en la capital cubana, en el mes de octubre del 2014. Pero antes quiero invitar a Daliana Medina a que juguemos varias partidas de scrabble en vivo y directo, persona a persona, ya que con estos encuentros ambos saldremos ganando: ella, porque retomará nuevamente la pasión por su juego predilecto, que sé que es así y, en mi caso, porque me servirá de fogueo y duro entrenamiento antes de tomar el aeroplano hacia La Habana. Pero sobre todo, conseguiremos la mejor de todas las victorias, el fortalecimiento de nuestra amistad. Esta dejará de ser virtual para convertirse en más humana y real.

¡Anímate Daliana! Espero que con la misma valentía en que me desafiabas a jugar en ReDeLetras lo hagas en el mundo de la realidad.

Leones del Escogido, únicos en campeonar tras quedar cuarto lugar


Único equipo en la historia del béisbol dominicano con tamaña proeza.


Por Iván Ottenwalder



Con el surgimiento de la expansión en el béisbol otoño-invernal dominicano en la temporada 1983-84, se incrementó la cantidad de equipos participantes de 4 a 6 y, por consiguiente, el número de clasificados a la postemporada de 3 a 4.


Hasta el torneo de 1982-83 el conjunto que ganaba la serie regular (primer lugar) obtenía su pase directo a la serie final, mientras los que terminaban en la segunda y tercera posición se batían en una eliminatoria pactada al mejor de un 5-3. El que la ganaba conseguía el otro boleto. En aquella época el cuarto puesto en la serie regular  correspondía al último lugar, que era lo mismo decir, la descalificación.

Fue a partir de la mencionada expansión a nuestro béisbol que, el equipo de la cuarta posición, comienza a adquirir derechos de clasificación hacia la postemporada.

Para muchos fanáticos y sabedores del béisbol sería algo sorprendente imaginarse que, un conjunto clasificado en cuarto lugar, logre envalentonarse en los playoffs y, finalmente, conquistar el título de campeonato. Para los que no lo creen, esto ha sucedido en tres ocasiones. ¿Quién lo ha conseguido? Los Leones del Escogido. ¿En cuáles temporadas? En la 1987-88 con récord de 32-28; 1991-92 con 23-25 y la 2012-13 con 23-28.

Provoca más asombro saber en qué condiciones tan complejas y adversas los melenudos se clasificaron al Round Robin en esas tres campañas. El mito comenzó en la de 1987-88 cuando los Leones tuvieron que remontar, y lo hicieron de manera espectacular entrada la recta final, para arrebatarle el cuarto puesto a los Toros del Este, quienes se desmoronaron espantosamente en la última semana del calendario regular.

Una vez en las eliminatorias el equipo rojo se llenó de grandeza y clasificó a la gran final. En esta, que enfrentarían a las Estrellas Orientales, realizaron el milagro jamás visto en el historia de nuestro béisbol: estando de bajo en la serie, 1-3, ganaron sus tres últimos desafíos y se titularon campeones.

Cuatro años más tarde, el Escogido pudo resistir la embestida de las Águilas Cibaeñas, quienes amagaron con desplazarlos del cuarto puesto y dejarlos fuera de competencia al final de la regular. Los Leones no cedieron su brazo a torcer y, el último día del calendario, vencieron a las ya clasificadas Estrellas Orientales, para avanzar a los playoffs.

Los rojos jugaron un excelente Round Robin y, aprovechando unas cuantas victorias por forfeits, que les facilitaron los Tigres del Licey, llegaron a la final. En ella derrotaron a las  Estrellas Orientales, por barrida de 4-0.

El mayor de los hitos ocurriría en la pasada temporada 2012-13. Faltando menos de una semana para culminar la serie regular, los Leones consiguieron con loor lo que parecía un imposible. Si hubo algún otro hecho mágico en deporte alguno parecido a este, debió haber sido pura coincidencia.

Salvársele a la muerte y vencerla

‘Salvársele a la muerte’ es la mejor explicación que se le puede dar al regreso milagroso llevado a cabo por el Escogido …y efectivamente, fue así.

En un juego nocturno en La Romana el conjunto capitalino pasó por una terrible situación de peligro. Con el marcador empatado a 5 vueltas el equipo local, los Toros del Este, llenó las bases sin outs en el cierre de la novena entrada. En caso de anotar no solo se llevaban la victoria, sino que descalificaban a los Leones. No sucedió así. El pitcheo de relevo de los escarlatas se sobrepuso y retiró a los bateadores de los romaneases, provocando así, que el partido se extendiera a entradas extras.

En la entrada once los melenudos realizaron una anotación, la cual fue suficiente para la victoria (6-5), ya que en el cierre de ese mismo episodio, los Toros no pudieron hacer nada.

Una noche después, en San Pedro de Macorís, y jugando ante las clasificadas Estrellas Orientales, los Leones revivieron la magia. En la octava entrada el partido se hallaba igualado a cero anotaciones, pero en el cierre de esta los Orientales llenaron las bases sin outs.

Para los que creen que un rayo no puede caer dos veces en un mismo lugar, tendrán que replantearse ese creencia, pues los melenudos, nuevamente salvándose del peligro, demostraron que si es posible que el rayo cayera dos veces en el mismo lugar. Retiraron a los tres siguientes bateadores del equipo verde, evitando así que les tomaran ventaja y, posteriormente, los eliminaran.

El escenario y oponente fueron distintos, pero la situación idéntica a la noche anterior: la muerte acechándolos con bases llenas sin outs y el pitcheo de relevo reponiéndose con gallardía para evitarla.

El Escogido triunfó esa noche y venció por segunda vez a la muerte, pero aún tendría que salvarse de otra: el último día de la temporada.

Dos días después, en Santo Domingo, los Leones se enfrentarían al Licey por la sobrevivencia. El que perdiera se despediría del torneo, mientras el ganador, tendría que depender de lo que sucediera en el choque entre los Gigantes del Cibao y las clasificadas Águilas  Cibaeñas, en Santiago de los Caballeros.

Si los Gigantes derrotaban a las Águilas, se clasificaban a la postemporada y ambos conjuntos capitalinos, Licey y Escogido, quedaban eliminados. Pero el destino una vez más estuvo del lado de los Leones ya que estos, no solo vencieron al Licey, sino que contaron con el beneplácito de las Águilas, que se impusieron ante los Gigantes en el Estadio Cibao.

Lo ocurrido produjo un empate en la cuarta posición entre Leones y Gigantes y, por consiguiente, ambos equipos tendrían que batirse al día siguiente, en un decisivo encuentro, para definir quién avanzaba a los playoffs y quién se quedaba fuera.

En el Estadio Quisqueya el Escogido ganó el desafío, gracias a su ofensiva y sobresaliente pitcheo de relevo. De esta manera, derrotaron por tercera vez a la muerte y clasificaron para la postemporada.

El Todos contra Todos fue dominado por las Águilas (primero) y los Leones (segundo), adjudicándose estos colosos su pase a la serie final, pactada al mejor de 9-5.

Sin ser los favoritos, pero defendiendo su condición de campeón de la temporada anterior (2011-2012), los capitalinos se llevaron la corona, al vencer en cinco juegos (5-0) a los cibaeños.

Y así finaliza este capítulo de la historia beisbolera, mágico y único por su naturaleza, cuyo protagonista principal, hasta el momento, tiene un solo nombre.