Por Iván Ottenwalder
Una superstición que muchos creen infalible es aquella que reza “la tercera es la vencida”. Ciertamente que muchas veces el tercer intento suele ser como la redención, el fin de una pesadilla tras dos fracasos anteriores, aunque en vastas ocasiones no siempre es así. En muchas también se ha fracasado en el tercer intento.
Para buena nueva, en mi caso la tercera oportunidad prosperó. Fue finalmente en julio de 2023 cuando por vez primera pude lograr viajar a Panamá para competir en unos de sus exitosos torneos internacionales.
La memoria no me falla. Primero fue en 2016 cuando Rubén Falconett vía la plataforma de Facebook me hacía la invitación al torneo Norcenca en julio de ese año. No fui, pues me había comprometido en junio para participar en un nacional cubano efectuado en La Habana, Cuba. La segunda vez en 2019 cuando Panamá montó el mundial de scrabble. Tuve todo el deseo y hasta el dinero sobrado para acceder a esa magna competición. ¿El impedimento? Problemas para la obtención del visado panameño. Tampoco tenía la visa americana de los Estados Unidos de Norteamérica, que de igual manera me hubiese servido para el objetivo.
Cómo se logró el objetivo
La organización escrablista de Panamá cuyo nombre es Asociación Panameña de Scrabble obtuvo la sede para el montaje del Norcenca 2023 desde el año anterior (2022) y, para ser honesto, no tenía planificado competir en torneo escrablero alguno durante el presente año. Más bien tenía como norte viajar a los Estados Unidos de Norteamérica por dos semanas, hospedarme en casa de algún familiar y, de paso, visitar a mis entrañables amigos escrablistas Reisel Murgadas y José Lima (Pepón), jugar con ellos una infinidad de partidas, hasta quemar el vicio.
Pero, ¿qué pasó para que mis planes cambiaran? Durante el mes de marzo del año en curso la asociación panameña organizó un taller virtual de scrabble, cuyo exponente sería el venezolano y experimentado jugador Benjamín Olaizola. Escuché aquel webinario con atención y de verdad que fue de mucho provecho en cuanto a los niveles estratégicos de juego. Al final de este le agradecí a Rubén Falconett, presidente de la Asociación de Scrabble de Panamá, aquella invitación online. De repente me suelta una pregunta tipo invitación: “¿No te gustaría venir a Panamá a competir en el torneo Norcenca del mes de julio?” Al principio le dije que ya tenía planes de ir a Florida por dos semanas, pero que me diera unos días para pensármelo porque quizás la plata (dinero) me alcanzara para Panamá.
Independientemente de la decisión que fuera a tomar, él me envió el programa del torneo por vía whatsapp, incluyendo los precios de las habitaciones en el hotel sede, el Hampton by Hilton en Ciudad Panamá.
Recuerdo que aquella noche empecé a sacar cuentas, obviamente revisando mis ahorros bancarios. Todo cuadraba a la perfección; el dinero alcanzaba y sobraba para mi estadía panameña durante los días del 13 al 17 de julio. Aunque el torneo se efectuaría del 14 al 16 lo calculé en base a llegar un día antes y marcharme uno después de terminado el evento. Esto, naturalmente porque las horas de competición serían entre las 9 de la mañana y las 6 de la tarde. Era lógico que, si llegaba a Panamá el mismo viernes, día de inicio del torneo, me perdería una buena tajada de las partidas. Las perdería por ausencia. Si me regresaba a Santo Domingo el mismo domingo 16, también perdería por descalificación otros cuantos matches.
Le comenté a Rubén, un día después, que sí, que iría al torneo, que los números me cuadraban. Además, ya poseía la visa americana desde 2020, de modo que, nada que perder ahora, me dije a mí mismo.
Iván Ottenwalder (izq), Reisel Murgadas y Pepón (der) en Fort Lauderdale. |
Hice un viaje corto y estratégico a Fort Lauderdale (EUA) durante los días 29 y 30 de abril y 1ro de mayo. Solo dos noches en las que me hospedé en casa de mi prima Emilia y su esposo Sagi. ¡Resuelto el asunto!
Continuará…
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