Esa ecuación de igualdad, aupada por Wikipedia, ha traído como consecuencia desconfianza. Así como podemos encontrar información veraz y objetiva, del mismo modo la podemos hallar dudosa y cargada de inexactitudes.
Por Iván Ottenwalder
El surgimiento de la WWW (World Wide Web), en castellano Red
Informática Mundial, a principios de la década de los 90 del siglo XX y su evolución
a lo largo de este milenio, hizo posible el quiebre de las barreras de la información
y el conocimiento. Actualmente, miles de millones de seres humanos en todo el
mundo pueden acceder a Internet desde distintos lugares y obtener la información
deseada. Esta herramienta, valiosa y útil, le ha simplificado la vida a la
mayor parte de la humanidad.
Con la aparición del Internet nacieron, no solo los
buscadores de información, sino también las redes sociales, los chats, el
correo electrónico, las páginas webs, los blogs, los canales de videos y música,
así como un montón de otras aplicaciones.
El cúmulo de conocimientos en la nube, o ciberespacio, está hoy a tan solo un clic de acceso por parte de los habitantes del planeta. La información se ha democratizado, aquellos que no tenían voz y voto, hoy lo tienen. Ya no solo pueden acceder a la palabra hablada o escrita un selecto grupo de eruditos o voces autorizadas como ocurría antes de los años 90; ahora, cualquiera, desde un computador, tableta o celular puede expresar su punto de vista, su verdad, su lógica.
Así como la WWW le ha abierto grandes posibilidades a la población
común y corriente para opinar, denunciar y darse a conocer, del mismo modo se la
ha dado a las empresas, instituciones estatales, religiones, medios de
comunicación y otros grupos para expandirse, llegar a más personas y fijar también
sus posiciones.
En un mundo ampliamente interconectado si queremos que los
demás sepan quiénes somos, qué hacemos, cuál es nuestro objetivo, obviamente debemos
insertarnos en la Red. Esta situación tan cotidiana en nuestro presente es lo
que ha dado como resultado lo que denominamos Internet de las cosas.
Casi todo en la actualidad gira en torno al Internet. La vida
de las personas se ha vuelto un Internet
mediante.
Ese Internet mediante es un gran generador de ideas y emprendimientos. Lo puede ser en aras del conocimiento, de los negocios y hasta de las causas nobles. Le ha dado muy buenos resultados a muchos, y muy malos a otros. La Web, abre posibilidades, cierto, pero no necesariamente garantiza el éxito del 100% de los emprendedores.
Wikipedia, la enciclopedia libre, fue una gran idea de un grupo
emprendedor y gestor en favor del conocimiento, o sea, de todo el saber
universal. Fue creada en enero del 2001 con el bienintencionado propósito de
transmitir de forma gratuita, a través de su website https://es.wikipedia.org/wiki/Sitio_web, toda la inagotable fuente de información histórica
que se tiene, en todos los ámbitos, tanto del pasado como de nuestro presente. Es
una mina de información, sin dudas. Pero, la pregunta obligada y que por
desgracia muy pocos se están plantando es la siguiente: ¿Es cien por ciento
fiable todo lo publicado en Wikipedia? Desafortunadamente no.
No han sido pocos los eruditos y expertos en las diferentes ramas
del conocimiento que han externado sus críticas contra esta gigantesca
enciclopedia digital. ¿Y eso por qué? ¿Qué ha pasado?
Ha ocurrido lo que quizás nunca previeron los creadores de
Wikipedia. Ellos, cargados talvez de muy buenas intenciones y de un sentido
justiciero de las cosas, crearon un concepto muy democrático basado en la participación
de todos, sin importar credenciales, nivel académico o erudición. En pocas palabras,
permitieron que cualquiera, sin necesidad de ser un experto o pluma autorizada,
pudiese publicar información de cualquier tipo. Quisieron igualarlos a todos y
eso fue un gravísimo error. Todos sabemos que en materia de conocimiento específico
avanzado jamás seremos iguales. No es lo mismo permitir que opine sobre un episodio
histórico determinado un investigador reconocido que un Juan Pérez cualquiera,
por citar un ejemplo. No se le puede conceder el mismo derecho a publicar una
información delicada a una principiante que a un PhD en la materia. Siempre, la
opinión del profesional que se ciñe a los pasos del método científico tendrá mucho
más peso que la del novato.
Esa ecuación de igualdad, aupada por Wikipedia, ha traído
como consecuencia desconfianza. Así como podemos encontrar información veraz y
objetiva, del mismo modo la podemos hallar dudosa y cargada de inexactitudes. Todo
ello nos complica a la hora de determinar la fiabilidad de la información
buscada. Y es que, la igualdad de la Wiki ha provocado, como bien señalé en un
párrafo anterior, que las informaciones puedan ser subidas a la red por
cualquiera, tanto por un intelectual como por un mediocre, por un honesto como
por un deshonesto, por un cronista deportivo como por un fanático, por un
asiduo a la lectura y la hemeroteca como por un inepto y sin criterio de lo que
debe ser una buena investigación. En fin, al darles la misma oportunidad a
todos, crearon tremendo rollo.
Los arquitectos de Wikipedia, quizás movidos por conceptos de justicia, igualdad e inclusión, terminaron engendrando un disparate, tollo mayúsculo. Eso, un TOLLO, con todas sus MAYÚSCULAS. Creyeron que funcionaría, pero terminaron mordiéndose la cola.
Puedo reconocerlo, hay personas anónimas o del montón, bien intencionadas e instruidas, apegadas a la seria investigación en un campo determinado del conocimiento, merecedoras de elogios y aplausos, pero, desafortunadamente, son muy pocas.
Estoy firmemente convencido de algo: el que quiera protagonismo, participación y reconocimiento, que se los gane. Defiendo las oportunidades - que no necesariamente implican igualdad-, siempre y cuando sean bien aprovechadas. El norte ha de ser siempre calidad y profesionalismo, no meras chapuzas.
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