Jueves 9 de junio: Mala actuación
al ser barrido por Odalys. Perdí los cuatro enfrentamientos con ella.
Por Iván Ottenwalder
La mañana
del jueves 9 de junio fue completamente soleada. Tenía comprometido visitar a
Yolanda Soler quien reside por el municipio 10 de Octubre. Ya el año anterior
había hecho tal ruta, de modo que en esta ocasión sabría perfectamente cómo
llegar a su casa. Pero antes que eso me dirigí a la telefónica ETECSA para conectarme a Internet por una hora y
chatear con mi familia. Una vez concluida aquella misión regresé a la pensión y
telefoneé a Yolanda para avisarle que ya saldría. A los pocos minutos tomaba un
auto de esos que los habaneros llaman máquina,
y le pedí al chofer que me dejara en la Plaza Roja.
Próximo a
las doce y cuarto llegué al número 203 de la calle Carmen, situada entre las
rúes José Antonio Saco y Luz Caballero. Toqué la puerta y la misma Yolanda en
persona me abrió. Nos dimos un fuerte abrazo y nos dirigimos a la sala
principal de su morada. Conversamos y al poco rato me invitó a almorzar en una
buena cafetería cercana. “Pide lo que quieras Iván, sin preocupación”, me animó
a elegir. Tranquilamente nos comimos nuestros alimentos y, una vez saciados los
estómagos, nos encaminamos de nuevo a su vivienda. Allá estaba Yataria, una de
sus hijas. Dispuse de un ratito para dialogar con ella, pero solo un ratito,
porque tenía el compromiso de jugar unas partidas de scrabble donde Odalys
Figuerola.
Ya
cuestión de las tres de la tarde estaba en casa de Odalys. Rolando se había
marchado minutos antes, de modo que decidimos que los únicos protagonistas de
las palabras cruzadas en aquella tarde seríamos tan solo ella y yo. Sin pérdida
de tiempo y con tablero desplegado, bolsa de fichas, atriles y reloj
cronometrado, empezamos la primera batalla de la jornada.
El primer match con 4 bonus para ambos fue una contundente
victoria suya. El momento cumbre de la partida fue cuando, luego de acercarme
en la pizarra 411-422 gracias a MENEASEN (64), sus ODIADAS fichas, válidas para
un scrabble de 88 tantos, aumentaron su ventaja 411-510. La tendencia no varió
en lo que quedaba de recta final y ella triunfó 560-470.
Sobre la
segunda partida no hubo mucho que explicar. Ella jugó mejor y dominó de
principio a fin, llevándose la victoria 488-364. En scrabbles, tres contra dos,
también impuso su mando.
La
tercera confrontación también fue suya. Hizo más bonus que yo, 3 – 2, y también más puntos, 428-396. En apenas un
solo instante me vi en ventaja, 183-124, al poco tiempo de iniciar. Después, el
juego fue todo su nombre y apellido.
Y en la
cuarta, la más batallada, los lauros también fueron suyos. Aunque empatados en
bonos comandó donde había que hacerlo, en puntaje, 465-450. La formación más
valiosa fue un ACORAZÓ (97 tantos), de su autoría.
Mis estadísticas:
4
partidas, 4 derrotas, 420 puntos por partida, 2.75 scrabbles por juego
Frente a Odalys:
4
partidas, 4 derrotas, 420 puntos por partida, 2.75 scrabbles por juego
Decidimos
terminar la jornada, mi peor de toda desde mis vacaciones, porque ella tenía
que limpiar la casa, tarea de la que no tuvo tiempo en los últimos días. Nos
despedimos y tomé el autobús P-2 rumbo a El Vedado.
Por la noche
Luego de
mi aseo personal salí a cenar y a caminar por gran parte del malecón habanero. Como
testimonio mis ojos pudieron observar una zona muy alegre donde confluye toda
clase de escenarios: gente tranquila y bullosa, los amigotes de la borrachera,
las parejas de heterosexuales, homosexuales y lesbianas. También seres
aburridos y problemáticos a los cuales mejor evitarlos.
Culminada
mi travesía nocturna me fui a dormir hasta el otro día, 10 de junio. Odalys,
Rolando y yo iríamos a almorzar al restaurante de la Sociedad Canaria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario