sábado, 16 de junio de 2012

No siempre quedarse con la Q implica revés


Por Iván Ottenwalder
Se ha demostrado muchas veces que hay situaciones en que la voz de la mayoría no necesariamente implica razón absoluta. En el scrabble también sucede lo mismo.

Lo menos que desea un jugador, cuando ya no quedan fichas en la bolsa, es que se le quede la letra Q muerta en su atril. 

Ella ha sido la gran condenada, despotricada y malquerida. Quizás haya razón para ese tipo de juicio, pues en varias ocasiones quedarnos con la Q en el atril, sin posibilidad mínima de colocarla en el tablero, nos acarrea una derrota. ¡Pero cuidado, que no siempre es así!

Puedo dar testimonio que he sabido vencer a mi rival cuando tengo la Q muerta. ¿Cómo es eso? ¿Se puede? Si, claro que se puede. Todo dependerá de varias circunstancias, las cuales cito a continuación:

- Si se me cuelga la Q, pero estoy arriba en la pizarra con una buena ventaja, lo primero que debo hacer es contar, para determinar cuales letras le quedan a mi adversario y cual o cuales de ellas le puedo matar, de modo, obviamente, que no tenga posibilidad gramatical para ponerla(s) en el tablero. En ese caso el descuento al final va para los dos: a mi se me bajarán los 5 puntos de la Q y a mi oponente los puntos de su letra muerta. De ser así puedo conservar la victoria.

- Si la diferencia contra mi opositor es amplísima, algo así como más de 150 puntos de ventaja, sencillamente no debo preocuparme mucho, simplemente colocar las letras que pueda en espacios donde, naturalmente, pueda conseguir buen puntaje. Se trata de lograr buena anotación con palabras cortas. La Q matada no me afectaría en lo más mínimo.

- Puede producirse un escenario en que al final tenga dos opciones: o sacrificar una letra de gran valor numérico (ej. Z, J, X, LL, RR, Ñ) o la Q, tomando en cuenta que pueda colocar esta última por contar con una U que me sirva de puente en el tablero. En ese caso debemos pensar con buen tino lo que más convenga. Si estamos arriba en el marcador pero sabemos que una de las dos se nos morirá en el atril, lo correcto podría ser ejecutar una jugada de mucha anotación con la ficha de alto valor y que se nos quede la Q. Probablemente sea mejor obtener 35 o 40 puntos en una formación usando la ficha que dijimos y no 10 o 15 empleado la Q.

- Un caso muy simple es que tengamos la Q conjuntamente con una U y la E. En esta situación todo está claro … a colocar esas tres.

- También se nos puede presentar situaciones en que podemos ganar por la incapacidad de nuestro oponente de matarnos la Q. Pero no debemos fiarnos siempre de ello.

- Y por último, a pesar de tener la Q liquidada, nos puedan quedar letras maravillosas, incluyendo varias S que nos ayuden a pluralizar palabras que nos aporten puntos importantes.

Solo analicen con cuidado el tema expuesto y seguramente les llegara al recuerdo situaciones parecidas que se les ha presentado en su historial como jugador de scrabble.

Por eso, siempre recuerden: hay que contar, contarlo todo hasta el final.

jueves, 14 de junio de 2012

Si algún día voy a un mundial de scrabble


Por Iván Ottenwalder

Si algún día voy a un mundial de scrabble quizás no sea el primer dominicano en lograrlo, pues unos pocos paisanos, escrableros como yo, tienen una mejor posición económica para lograr ese objetivo; pero de algo si estoy seguro, y es que sentiré que la espera ha valido la pena y de que los sueños en cualquier momento se pueden hacer realidad.

Si algún día asisto a un mundial de scrabble llegaré con la convicción de que tendré que medirme ante participantes con más experiencia que yo, contra los grandes zorros de este fascinante juego. Pero de algo estaré consciente: será una de las experiencias más inolvidables de mi vida.

Si algún día llegó al mundial me tiraré todas las fotos que sea posible y las colgaré en mi blog, en las redes sociales y las enmarcaré y clavaré en las paredes de mi casa.

Si algún día participo en el mundial de scrabble viviré en carne propia lo que es el miedo escénico y aprenderé más de mis fortalezas y debilidades en el juego.

Si algún día voy al mundial de scrabble me enamoraría tanto de esa experiencia que de seguro voy a querer volver al evento mundialista del año siguiente.

Si algún día juego en un mundial de scrabble, cuando finalice el torneo y vuelva a casa, será muy duro aterrizar con la realidad de que vivo en un país donde casi nunca encuentro con quien jugar y donde la mayoría de gente me dicen: “no conozco ese juego”.

Pero si de algo estoy seguro es que, aunque no sepa cómo ni cuándo, estará latente en mis deseos, primero, asistir a algunos de los mejores clubes escrableros del mundo y, por último, al mundial.

martes, 24 de abril de 2012

Elpidio Mañón, jardinero y jugador de scrabble

Conoció el juego hace poco y ya juega frente a los mejores de España.



Elpidio Mañón
Por Iván Ottenwalder

Hace cinco años (2007) Elpidio Mañón tomó la decisión de dejar su país, la República Dominicana, y establecerse en la Madre Patria, España. No veía futuro acá, pero si grandes horizontes en tierra europea, de modo que partió con sus pertenencias a buscar mejor vida.

Mañón vive hoy en Alcázar de San Juan, Ciudad Real. Ha laborado en el oficio de jardinería durante los últimos años, aunque ahora se haya sin empleo, producto de la crisis de trabajo que afecta a España.

Ya casi finalizado el 2011 lo más lejos que tenía en su mente era conocer el scrabble, un pasatiempo que le era totalmente desconocido. Unos amigos del Club Letrado de la Mancha se lo mostraron. 

Le hablaron de este maravilloso juego. Y lo convencieron.

Comenta que Jimmy, el coordinador de este club, le explicó como se jugaba. Por eso, hoy Mañón es tan aficionado al scrabble como cualquier ciudadano español que lo haya practicado desde niño, como cualquiera que lo lleve en la sangre.

“Primero lo jugaba de forma particular, sin pertenecer al club, pero luego me hicieron la propuesta de entrar y me sentí encantado de participar. En la actualidad saco tiempo tres veces al mes para jugar”, confiesa el dominicano.

En el mes de marzo Mañón escribió la historia al ser el primer dominicano en torneo de scrabble alguno que gana un premio como Mejor Debutante. Lo consiguió en el Torneo Don Quijote de la Mancha, con mucho sacrificio, ya que tuvo que enfrentar a rivales de mucha consideración que llevan toda una vida practicando este pasatiempo.

“Fue un triunfo y orgullo inmenso que me llenó de alegría, pues en eventos así debes enfrentarte ante campeones muy reconocidos. Es un gran honor tener de contrincantes a estos personajes de bastante experiencia en el juego”, manifiesta.

Aunque ha adquirido experiencia jugando contra los mejores de la ciudad, Mañón tiene mucho que superar. En lo adelante tendrá que dedicarle más tiempo al enriquecimiento de vocabulario, aprendiendo palabras raras y complicadas. Esto deberá tomarlo en cuenta si algún día quiere llegar a ser como los grandes maestros categorías negras.

Cree el scrabble no es todo suerte

Cuando se le pregunta qué piensa en torno a lo que dicen muchos jugadores de que el scrabble es todo suerte, este disiente de forma total, aunque reconoce “hay situaciones en que te tocan fichas con lasque  no puedes llegar a sumar buenos puntos”.

A su juicio todo gran escrablero debe tener buena vista, conocimiento de palabras, estrategias y saber como colocar las fichas.

Sobre República Dominicana

Tiene la convicción de que el poco conocimiento del scrabble en la República Dominicana es por la poca difusión que se le da.

“Es también un juego que requiere de mucha serenidad y nosotros los dominicanos somos muy inquietos. De todos modos hay que buscar la manera de fomentarlo y motivar a las personas a que lo jueguen”, asegura.

Su exhortación a los dominicanos es que se animen a jugar scrabble por ser este un gran entretenimiento en el cual se aprenden muchas palabras que antes no se tenía la idea de que existiesen y a la vez porque ofrece la posibilidad de conocer muchas personas.

lunes, 9 de abril de 2012

Ángel Zambrano, escrablero desde los 10 años

Confiesa que su padre lo motivó

Por Iván Ottenwalder
Hace aproximadamente un lustro Ángel Eduardo Zambrano tenía diez años de edad. Fue para ese tiempo que su padre, también llamado Ángel Eduardo, lo introdujo al mundo del scrabble. Le habló de una website llamada www.redeletras.com la cual le fascinó y desde entonces es un enamorado del juego de las palabras cruzadas.

Hoy, con 15 años, cursa el cuarto de bachillerato, Mención Informática, en la Escuela Técnica Simón Rodríguez, de la ciudad de Mérida, Venezuela. Una vez a la semana practica en el club de la Asociación de Profesores de la Universidad de Los Andes (APULA), compitiendo con miembros de mayor edad.

“Me apasiona tanto este pasatiempo, pues es una forma de relajarme, quitarme el estrés y pasarla genial. Me desarrolla la inteligencia, lo que me sirve de ayuda para mi rendimiento en el colegio”, comenta Ángel, quien ha participado en varios torneos en su comunidad, llevándose premios como jugador novato, en segundo y tercer puesto.

Gracias a su desempeño actualmente juega en la Liga B del citado club. Ha recibido premios por formar bonus mayor de 120 puntos y por escenificar la partida más reñida.

Considera como fortaleza su capacidad para la conjugación de verbos y como debilidad “que quizá no tengo un diccionario tan amplio como el de muchas personas que llevan gran parte de su vida en este juego”. Confiesa que es algo que espera superar con el pasar del tiempo.

A su juicio no todo es azar en el scrabble, la estrategia y el vocabulario también cuentan. Explica que de nada sirve el azar si no sabemos qué hacer con las fichas. “Sin estrategia no hay scrabble”, enfatiza.

Su paso por Redeletras

Ser una industria creadora de escrableros es el principal atributo del portal www.redeletras.com. Ángel Eduardo es uno de sus productos, al igual que más de 300 mil miembros que actualmente visitan ese website para jugar scrabble.

Desde que inició en la red ha tenido muchas experiencias gratas: información sobre el juego y sus reglamentos, partidas muy reñidas y amistades online de distintos países.

“Tuve también una memoria desagradable. Hace poco tiempo un usuario empezó a alardear que yo usaba anagramador, y esto representó para mí una falta de respeto. La verdad, que jamás lo he usado ni pienso hacerlo, porque ese aparato no te ayuda a pensar; lo único que hace es contribuir al facilismo”.

Ángel Eduardo tiene a su padre como su jugador favorito. Cuenta que su mayor deseo es asistir a un mundial de scrabble y que “con mucha perseverancia y entusiasmo” lo conseguirá.

jueves, 9 de febrero de 2012

Como fracasó el scrabble en la República Dominicana

Por Iván Ottenwalder


En el verano del 2006 visité por primera vez www.redeletras.com. En la primavera del 2007 empecé a jugar de forma consistente en esa website. Allí me enteré de la presencia de unos pocos dominicanos cuyos nicknames eran doggy, lumis39, bolitadeluz, papolopez, nataliaf y roan. Más tarde conocería a wmendez.


Conozco los nombres de pila de todos ellos, pero por una cuestión de ética no los revelaré. Hoy, en el 2012, solo juegan en redeletras: uniko (antiguo doggy), lumis39, roan, wmendez, rosinagonell y un servidor.


Para invierno del 2007 y, por sugerencia mía, nos reunimos en el Club Deportivo Naco para jugar. Por primera vez nos vimos la cara. El interés de seguirnos reuniendo se hizo más latente. De ahí nació la idea de Scrabble Dominicana, nuestra federación.


De Naco nuestro punto de reunión pasó a ser la casa de lumis39. Ya para el primer trimestre del 2008 organizamos un pequeño torneo nacional que fue ganado por doggy.


Confieso que había mucho interés de promover el scrabble, pero con una orientación equivocada. La mayoría de los integrantes entendían que lo principal era promocionar al site de redeletras para llegar a la gente. Yo no estuve de acuerdo.


Redeletras es una página virtual donde juega gente que conoce el scrabble, que lo ha jugado con anterioridad. En tal sentido, mi tesis era la promoción de este pasatiempo orientado primero a su enseñanza. ¿Cómo? Mediante visitas a escuelas, colegios, plazas comerciales y bibliotecas.


Mi voz murió en el desierto. Otro punto negativo fue la desunión. Unos cuantos miembros dejaron de asistir a los encuentros programados y la mecha se fue apagando.


Voy a reconocer que durante mediados del 2008 doggy visitó medios de comunicación como Listín Diario y Hoy, y la librería Thesaurus. Todo esto con la sana intención de dar a conocer mejor, en el país, el juego de palabras cruzadas. Amén de ello faltó la cohesión.


A mi juicio los conformantes de una asociación de scrabble deben ser no solamente jugadores, sino fanáticos de corazón. Esto es lo que le da vida a una organización, su mística.


La situación actual del scrabble en la República Dominicana no es muy halagüeña. Sus antiguos integrantes están dispersos, a la mayoría solo le importa jugar online y no reunirse jamás.


El scrabble, por el momento, sigue siendo una causa perdida en este país. Más aún, sabiendo que los practicantes de este juego por lo regular son gente dada a la lectura y, el poco hábito o enemistad con ella, por parte de la mayoría dominicana, hacen la situación todavía peor.


Por mi parte, apostaré al tiempo, que según sabios es una gran herramienta para la consecución del éxito. No me queda más que soñar y saber cómo aprovechar la situación cuando llegue el momento de actuar.

viernes, 3 de febrero de 2012

Se puede cambiar letras, pero no exagerar

Por Iván Ottenwalder

Todo el que juega scrabble busca la victoria. De una forma u otra ese es el deber de cada jugador. Para tales fines debe apelar a todos los conocimientos estratégicos adquiridos con los años: uso del vocabulario, destreza como anagramador para bonificar, colocación de palabras cortas de mucha puntuación y saber en que momento cambiar. Exacto, saber en que momento.

En mi vida como escrablero he visto jugadores cuyo objetivo es la consecución del bonus a toda costa, y para ello dependen en demasía del cambio de letras, siempre contando que la bolsa les dará las letras cómodas para lograr ese fin. Esto puede ser un arma de doble filo, pues no siempre contaremos con la generosidad de la bolsa para obtener las fichas necesarias para la bonificación. He dado con personas que cambian ocho, diez y hasta doce veces durante toda la partida, para al final perderla.

En un atril donde solo una ficha (letra) estorbe, no hay porqué cambiarla si se puede colocar en algún espacio del tablero; en caso contrario, si. Pero lo mismo se podría decir en situaciones que las letras indeseadas sean dos o tres. Cuando menos dependemos del cambio estamos aprovechando la ocasión para sumar puntos, que pocos o muchos, adicionan.

Supongamos un atril con estas letras: A, A, E, D, S, Y, I. Aparentemente no vemos posibilidades de jugarlas todas en un turno. Las que molestan son la Y e I. Lo que debemos hacer es ver primero si existe alguna posibilidad de poner esas dos letras en alguna parte del tablero. Si solo hay espacio para una de las dos lo ideal sería colocar la Y, si es que se puede. De ser así nos quedaría A, A, E, D, S, I, y en el recargo de la bolsa puede que salga la consonante idónea para bonificar en el siguiente turno, como también puede que no. Si se da este último caso, sugeriría volver a retomar el mismo proceso anterior. Las posibilidades de que en el recargo de fichas salgan las adecuadas para mejorar nuestro atril son mayores a que nos caigan las incómodas por una sencilla razón: en el scrabble letras como la A, E, O, I, C, D, N, R, S, muy frecuentes para bonificar, son más numerosas en cantidades que el resto de las demás. Por ejemplo, de la CH, Q, X y Y, letras que suelen ser difíciles para formar bonus, apenas hay una de cada una en el juego, mientras que, de la A y la E existen doce, de la O, ocho y de la S, seis.

Cambiar de manera exagerada puede tener un efecto boomerang, muy negativo, ya que la partida se nos podría ir de las manos, nuestro oponente aumentaría paulatinamente su ventaja y a la hora de abrir los ojos habría muy poco que hacer, sería demasiado tarde y prácticamente imposible para remontar.

Tampoco concibo que si alguien está ganando, digamos 285-123 dejé de aprovechar letras de altos valores numéricos como la J, X, Ñ y las deposite en la bolsa con la obsesión o compulsión de buscar un bonus en la siguiente oportunidad. Si hay alguna casilla de doble o triple tanto de letra para colgar par de monosílabos que aporten 38 o 52 puntos, ¿por qué no aprovechar eso?

Por eso prefiero el tipo de jugador que cambia cuando ya no le quedan más opciones, en caso de emergencia o como último recurso estratégico para acercarse en el marcador o conseguir la victoria en la recta final, quedando pocas letras en la bolsa.

Puede que una partida se me vaya de las manos quedando más de 50 letras en la bolsa, ya sea porque mi rival haya colocado cinco bonus en forma consecutiva al inicio, pero jamás porque a este servidor se le haya ocurrido cambiar fichas de manera obsesionada.

sábado, 31 de diciembre de 2011

El scrabble femenino tendrá que revisarse

Por Iván Ottenwalder


Pocas son las competiciones deportivas o de entretenimiento donde varones y hembras compiten en igualdad de condiciones. El Scrabble es una de ellas.


En Palabras Cruzadas la fuerza física no existe, solo la destreza mental, cosa que viene a justificar lo ya explicado en el párrafo anterior.


La trinidad conocimiento de vocabulario, estrategia de juego y suerte están bien marcadas en este juego. Yo diría que en un 33% cada una.


Lo otro (1%) corresponde a intangibles como el espíritu de guerra, mística y dominio psicológico que posea cada jugador. A esto se le llama la parte emocional.


Entonces ¿cómo es posible que en un pasatiempo donde solo domina la fuerza intelectual, donde hombres y mujeres juegan muy bien, donde no existen las divisiones de género por competición, la supremacía de los primeros (los hombres) sea más fuerte?


Cuando analizamos el historial de los campeonatos de Scrabble en español, iniciados en 1997, vemos que apenas DOS MUJERES se han coronado campeonas, mientras que 13 hombres se han llevado el título. Esto es una diferencia muy abismal.


Esas dos coronas mundiales del género femenino recayeron en la argentina Amanda Gauna en 1999 y Claudia Amaral en el 2004.

Scrabbleras de altos niveles (muy buenos ELO) como Graciela González, Claudia Lahaye, Irene Abadi, la profesora Anabela y Victoria Merdinger tienen el potencial necesario para provocar un despertar y mejor desempeño femenino en los mundiales.

También la uruguaya Selene Delgado y la mexicana Enma Morris, quienes realizaron un digno papel en el pasado mundial de México, son otras piezas notables.


Otros nombres que no deben quedarse sin mencionar son Roxana Martínez, Claudia Espósito y Susana Curaba.


Se podrá alegar que en el fútbol, béisbol, boxeo, tenis y baloncesto, competencias que requieren de grandes habilidades físico-musculares la superioridad masculina sobre la femenina tenga razón de ser, pero en scrabble, que no hay nada de eso, ¿qué es lo que sucede? ¿Piensa mejor el cerebro del hombre que el de la mujer?


Esa explicación, honestamente, no la tengo. Un buen psicólogo o conocedor de la condición del cerebro humano quizás tenga la respuesta en sus manos. Aún así, no deja de sorprender la realidad compleja de este caso.