miércoles, 1 de julio de 2020

De vuelta a La Habana. Por el scrabble, TODO (capítulo 10)

Al día siguiente la Casa de la Amistad esperaría por mí para competir en un torneo a seis rondas. Atrás quedaría mi fracasada actuación en las 58 partidas de fogueos en las cuales tuve un cómico palmarés de 21 – 37. 


Por Iván Ottenwalder
 
Partida frente a Richard Velázquez.
El viernes de 13 septiembre fue un día sin jornada escrablera. Aproveché la mañana para desayunar, chatear por whatssap, caminar hasta la Casa de la Amistad, lugar donde se efectuaría el torneo del día siguiente, sábado 14; tomarme par de batidos en el cafetín cercano a 17 y M. Pregunté por Amalia pero no estaba, ese día no le tocaba trabajo ...tampoco a la preciosa rubia. “Ella no trabaja los viernes pero yo le digo que usted preguntó por ella. Dígame su nombre”, me respondió otra chica. Luego de darle mi nombre conversamos cerca de un minuto, poca cosa. “¿Y usted se va el domingo? ¡Hay qué pena porque entonces no la volverá a ver!”, se lamentó la empleada.

Entre otras de las actividades que realicé aquel día en que no hubo atriles, letras, tablero y cronómetro, estaban: almorzar, comer helado en Copelia, leer, cenar en la noche en un negocio de pizzas caseras, realizar una caminata nocturna y, por último, regresarme a la pensión a dormir.

Al día siguiente la Casa de la Amistad esperaría por mí para competir en un torneo a seis rondas. Atrás quedaría mi fracasada actuación en las 58 partidas de fogueos en las cuales tuve un cómico palmarés de 21 – 37. A continuación detallo los números generales de aquel inolvidable adefesio: 


ESTADÍSTICAS totales de partidas de fogueos

Total partidas jugadas: 58

Ganadas 21, perdidas 37

Contra Rolando Guadalupe: 2 – 5 (una botada)

Contra Odalys Figuerola: 3 – 2 (una botada)

Contra Juan Luis Izquierdo: 1-0

Contra Raúl Báez: 3 - 0

Contra Tony Catalá: 2 - 0

Contra Luar Báez: 1 - 0

Contra Juan Luis Toral: 0 - 1

Contra Richard Velázquez: 0- 2

Contra Enma Morris: 2 – 10 (dos botadas)

Contra Arturo Alonso: 1 – 8 (tres botadas)

Contra Miguel Stevens: 1 – 9 (una botada)

Contra Charlie Castillo: 4 - 0

Contra Alejandro Beníitez: 1 -0

Promedio de puntos por partida: 444.32

Promedio de scrabbles por partida: 3.12

 
Día del torneo 
 
Me levanté temprano a desayunar el sábado 14. Caminé buen trecho por la calle 17 hasta llegar a la avenida Paseo y divisar el local número 406, donde está situada la Casa de la Amistad. La puerta abierta de par en par. Entro y hablo con un empleado. Le pregunto por el torneo de scrabble. “Si señor, es aquí, camine al fondo y luego a la izquierda, por donde está la cafetería”, me explica brevemente. 

Sigo las instrucciones, llego a un patio y allí me encuentro con Tony Catalá, sentado en un banco. Nos saludamos con un abrazo y platicamos un rato. Al poco rato iban llegando los otros. Primero Rolando y Odalys, luego René Meza y su esposa (personas a quienes deseaba conocer desde hacía más de ocho años), Raúl Báez y su hijo Luar, Richard, Charlie, Alejandro, Arturo, Enma, Toral, Stevens, Jorge Real, Alejandro Porto, Melissa Padrón (no la conocía), Juan Luis Izquierdo, Diosbel y, la sorpresa de la mañana, Jamil Rivero, campeón del Cuba Scrabble 2015 en la categoría superior. Con toda esa gente, y ante unas palabras de bienvenida por parte de Richard Velázquez, se dio arranque a nuestro torneo. Armando Pérez, anotador estadístico oficial, estaría a cargo de la tabulación de los datos de todas las partidas a disputar. 

Mi primer adversario, según el sistema computarizado de pareos aleatorios, fue Rolando Guadalupe. Frente a ese gigante empezó la primera de mis batallas. 

Odalys Figuerola e Iván Ottenwalder.

Como una fiera demoledora picó delante el mejor de los jugadores cubanos. Todo el trayecto se vio cómodamente al frente con marcadores de 174- 74, 226- 82, 252-113, 297-183, 372-237, 411- 257. Ya en la curva final amagué con un susto de 40 tantos, con el que me le acerqué peligrosamente (405-432). De nada me valió el empuje pues, mi adversario, me lanzó un balde de agua fría con REDICES (79), que lo acomodó 511-405. La tendencia no varió y, finalmente, se llevó la victoria 518-433. 


El ganador colocó cuatro bonus: SONOCHAR (72), REPIQUEN (102), APEDREE (75) y REDICES (79). De mi parte solo hubo dos: LIDIANDO (60) e INTUBAD (94). Sus duras letales AX (52), LARRAS (26), TALLAD (29) e HIZO (27). Las mías CAY (31), FOCA (50), COJEARE (54) y BAÑO (40). 

En la segunda ronda me tocó Tony Catalá. Le vencí de principio a fin con pizarra de 466-400. MOCEARAS (89), TARDONAS (86), PUTEEMOS (72) y PROTONES (70) fueron mis cuatro bonificaciones. De su lado solo BOVINOS (75). El derrotado tuvo algunas cortas asesinas de valor, entre las cuales destacaron COXIS (34), JA (34), CAZARE (34), CHIRREN (75) y ENCARA (35). 

Jamil Rivero fue mi próximo oponente. 

El match se mantuvo reñido cuando iba hasta la mitad. Llegué a verme liderándolo con marcadores de 134-108, 197-151 y 310-295. Pero AHIJASES (84) y luego sus TRANVÍAS (82) viraron la pizarra, 377-319 y, por último, vinieron unas ALOCADAS (86) que me sacaron de competencia. Se llevó el triunfo 502-417. TURBADO (74), TRANVÍAS (82) y ALOCADAS (86) fueron sus tres bingos. Los míos solo dos: MANEÁIS (77) y DESTELLO (100). Entre sus cortas mortíferas caben citar DURES (37) y HEZ (28). Las mías YIRA (33), FÍA (30) y LLENO (33).
  Terminadas las tres primeras rondas nos dirijimos todos a comer. Dos horas después volvimos al campo de batalla. 

Para la cuarta ronda me tocó Richard Velázquez, rival que ya me había vencido dos veces el 7 de septiembre en casa de Ñico Catalá. 

La partida fue al principio un toma y daca donde en varias ocasiones nos alternamos la ventaja. Ya en la curva final, cuando el bolso estaba vacío, mi rival aventajaba 450 – 366. Era mi turno y mi atril tenía esto: B E L A S E N. En un espacio horizontal del tablero la palabra DE podía servir de puente para cualquier otra formación. Pensé en la posibilidad de un DEBELASEN con el cual acabaría la partida y sumaría los puntos de descuentos de Richard, que eran como 20. Lo repensé por unos instantes, pero la duda me derrotó. Terminé colocando una B sobre una U para un mísero BU de siete tantos. Richard respondió con PIQUEN (22), yo con POBLÉ (24), él con VER (26), yo con NEA (20) y, finalmente, su MACH de 14 que puso fin al desafío. La victoria toda suya, 510 – 419. 

Dos bingos para Richard (SITUABAN de 64 y LETALES de 77); tres para mí (TARJETA de 84, HACINES de 88 y AMONASE de 62). Sus cortas de mayor puntaje fueron LLEGAD (44), LUXO (32), UÑO (32), CURRO (49), AY (35), OCIAD (30), DEDO (40) y COSEN (45); las mías DUZ (33) y ZIS (38). 

Diosbel Sarduy, un pequeñín del batallón infantil cubano, de la nueva generación, no mejor que Luar Báez, fue mi próximo adversario. Lo derroté con holgado marcador de 694 -170. Pena me dio, pues como todo un hidalgo y batallador de las palabras cruzadas, no me es agradable, claro que no, ganar ante rivales de poca consideración, que solo exhiben mediocridad en su nivel juego. El chico jugaba como desganado, sin entusiasmo alguno, nulo de garras. 

BOCETAS (78), COMPONEN (72), USTEARE (76), DOPARAN (87) y RASARON (68) fueron mis cinco bonificaciones, mientras que, FRUNCÍ (33), UÑÍ (34), YUDOS (34), MACEE (40) y VITE (42) mis pequeñas gigantes. Por Diosbel lo mejor fueron tres jugaditas cortas de 20 tantos: JE (20), ARRE (20) y EH (20). 

Por último, Jorge Luis Toral, el hombre que me había desafiado por las redes sociales y jurado que me vencería, cosa que hizo el 7 de septiembre en la morada de Ñico Catalá, fue mi último oponente de la jornada. Le vencí con fácil pizarra de 560 – 314. 

OTEADOS (64), ENCUARTÓ (90) y un inexistente HOTEABA de 83 tantos que mi rival no objetó a tiempo, junto a los mortíferos DUX (37), ZEN (40), ÑO (52), CU (30) y MIES (48), le propinaron un fulminante knockout lexical a mi contendor. 

Toral pegó un solo bonus (CALMASE de 77) y algunas pequeñas de buen valor. Entre estas FIANDO (33), LEYES (33) y JI (36). 

Pocos minutos más tarde se procedió a la entrega de los diplomas, solo hasta el tercer lugar. Armando Núñez se ocupó de ello. También anunció los premios estadísticos de mejor promedio de puntos por partida, de scrabble, partida con mayor puntaje, palabra con más alta puntuación y premio cuquita, en honor a la malquerida letra Q. El ganador del certamen fue Jorge Real (5 victorias y un solo revés), superando a Miguel Stevens (5-1) en el criterio de gol average; Enma Morris tercer puesto (4-2), aventajando en promedio global a Rolando Guadalupe (4-2), Odalys Figuerola (4-2), Juan Luis Izquierdo (4-2) y Richard Velázquez (4-2), cuarto, quinto, sexto y séptimo respectivamente. Raúl Báez (3-3), octavo; Charlie Castillo (3-3), noveno; Jamil Rivero (3-3), décimo; Iván Ottenwalder, el autor de esta crónica, 3-3 en undécimo. Arturo Alonso, René Mesa y Jorge Luis Toral duodécimo, décimo tercero y décimo cuarto también con fojas de 3-3. 
Posiciones finales del torneo.
La gran decepción fue la pobre actuación del estelar Alejandro Porto, un jugador de altos calibres y con un progreso ascendente durante los últimos cuatro años. No las tuvo consigo y apenas pudo pescar dos victorias, ocupando la posición 15. Tony Catalá (2-4) y Luar Báez (2-4) fueron 16to y 17mo de forma respectiva. Y ya en la penosa cola quedaron Diosbel Sarduy (1-5), Alejandro Benítez (1-5) y la señorita Melissa Padrón (1-5), 18vo, 19no y 20mo sucesivamente. Un largo camino por aprender les espera a estos chicos. 

Odalys Figuerola no ganó pero fue la que más puntuó. Con un soberbio de 565.50 puntos por partida se llevó ese difícil encasillado. 

Finalizado el reparto de los certificados y, sin romperse ninguna taza, cada quien cogió para su casa. 

ESTADÍSTICAS del torneo en Casa de la Amistad 
   
Partidas jugadas: 6

Ganadas 3, perdidas 3

Contra Rolando Guadalupe: 0-1

Contra Tony Catalá: 1-0

Contra Jamil Rivero: 0-1

Contra Richard Velázquez: 0-1

Contra Diosbel Sarduy: 1-0

Contra Jorge Luis Toral: 1-0

Promedio de puntos por partida: 498.16

Promedio de scrabbles por partida: 3.16

 

El adiós a la ciudad

Al igual que en 2015 aquella última noche del sábado 14 de septiembre salí a caminar por El Vedado, a conversar con la ciudad, con La Habana, a despedirme de ella hasta una próxima visita que no sé cuando vuelva a ocurrir. A la mañana siguiente un avión esperaría por mí para regresar a Santo Domingo. 


Durante mi tercer viaje habanero pude conocer el teatro cubano, tarea inconclusa en el año 2016. Visité los municipios de Playa y Cojímar, degusté helados de otras heladerías, de capital privado por cierto; presencié dos shows en el bar El Tun Tun y conocí la Casa de la Amistad. También hubo una lección aprendida: tengo mucho por mejorar en mi nivel de juego. Aquel desastroso récord de 21 – 37 en los fogueos y 3-3 en el torneo, me lo hicieron saber. 

Y con la entrega de este último capítulo, concluye esta serie.

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