martes, 7 de abril de 2020

De vuelta a La Habana. Por el scrabble, TODO (capítulo 9)

La anfitriona Morris tampoco quiso jugar para la próxima ronda ya que prefirió seguir platicando con su entrañable amiga, que también es su vecina. Liuba estaba terminando de realizarle una manicura. 


Por Iván Ottenwalder



Me levanto temprano el jueves 12 de septiembre. Tras el cepillado de dientes me visto y tomo un vaso de yogur y otro de jugo de guayaba. Salgo a la calle y me encamino al cafetín cercano a 17 y M. Sí, ese mismo donde suelo tomar los batidos y platicar con las dos chicas preciosas que laboran allí. Durante esa mañana estuvo Amalia, la jevita de pelo negro que me gustaba. Hablamos un poquito mientras tomaba mis batidas. Le conté que me regresaría a Santo Domingo el domingo 15 y ella me preguntó cuándo volvería a La Habana. “El año próximo seguro, para el mes de julio”, le dije. “Tráigale algo de allá la próxima vez”, intervino un tipo fortachón de los que atendía el local. “De veras que sí, a ver si le traigo un perfume de Santo Domingo la próxima vez que venga”, le respondí. La chica se sonrojó, se arregló un poco el pelo y fue a servir otros pedidos. Finalmente, después de un “chau chica”, me tuve que ir, ya que Enma y Arturo me esperarían en Playa para jugar unas cuantas de scrabble. “Adiós, cuídese, espero que regrese pronto”, se despidió Amalia.



Tomé una máquina hasta Playa, quedándome en 3ra y 62. Finalmente caminé unas cuantas cuadras hasta llegar a casa de Enma. Tomamos café y esperamos a que llegara Arturo Alonso. No tardó en hacerlo, pues, en pocos minutos, hizo presencia. “¿Qué lo que pasa con este hombre, está becao en esta casa? Ya él ni sale de aquí Enma”, fueron sus palabras jocosas a modo de saludo. Todos nos reímos.



Al poco rato Alonso y yo dimos arranque a la primera de nuestras partidas. Esta, una zurra propinada por mi rival, llevándose holgada victoria 523 – 378. COSCARÁN (98), COREASE (83), FONDEEN (68) y HULASÉIS (68) fueron sus cuatro bonos. Entre sus cortas asesinas que más me lastimaron estuvieron JI (52), ZÚA (32) y CHOYA (38). Lo mejor de mi repertorio fueron mis tres bonus: PATEADA (76), DETALLADA (69) y LAMINÁIS (64). Los vocablos cortos que más me puntuaron fueron SEXI (30) y BOLLEMOS (38).



Enma Morris, la dueña de casa, prefirió seguir conversando con su amiga Liuba y permitir que Arturo y yo volviésemos a la guerra. Y esta guerra fue bien batallada. Al principio mi oponente se vio comandando 97-14, gracias a DESEARE (67) y CHALE (30). Más tarde, dos bingos consecutivos, ALIAMOS (70) y CATEÉIS (108), me pusieron al frente, 192-151. Cuatro turnos después aún lideraba, 225-185, pero la historia dio un viraje y, gracias a palabras como AFGANOS (71), YEN (24), ACOGERÁN (62) y BARRIO (31), Alonso recuperó el timón, 373-309, para jamás perderlo. Al final, se llevó los máximos honores con una victoria de 459-416.



Lo mejor que pude hacer durante la partida fueron dos bonus: ALIAMOS (70) y CATEÉIS (108) y algunas cortas de buen valor como HEDÍ (32), VAGARÉ (32) y ÑOS (30). El vencedor se destacó por sus tres bingos: DESEARÉ (67), AFGANOS (71) y ACOGERÁN (62). Sus cortos asesinos fueron CHALE (30), ZA (46) y BARRIO (31).



La anfitriona Morris tampoco quiso jugar para la próxima ronda ya que prefirió seguir platicando con su entrañable amiga, que también es su vecina. Liuba estaba terminando de realizarle una manicura. De modo que mi adversario y yo decidimos jugar la última partida en vista, no solo por el agotamiento de las dos anteriores, sino porque el almuerzo estaba a punto de ser servido.



En este match me vi al frente durante casi todo el trayecto con marcadores de 149-100, 239-189 y 323-268. Todo esto hasta entrada la recta final. Con ASOLABAS Arturo llegó a tomar el comando 340-337. Esta pequeña ventaja la perdió con mi GIRO de 15 tantos (352-340). FUER (14) lo puso al frente 354-352, pero TOP (24) me devolvió la cima (376-354). Un QUI (17) lo acercó (371-376) y ARREO (20) me alejó un poco (396-371). Él cambió fichas, lo que aproveché para jugar TAS (03) y aumentar un poco (399-371). Su próxima jugada fue ARAD (07) y acortó distancia (378-399). Había desde hace rato un espacio abierto para triple de palabras en la zona superior céntrica derecha, con una letra G colocada en A-8. En lugar de cerrar ese espacio me decidí por un insignificante PAL de 6 tantos para colocar las acciones 405-378. Ya no quedaban fichas en la bolsa y era el turno de mi oponente. No haber cerrado aquel espacio mencionado me hizo pagar el precio ...y con la derrota. Arturo contaba con un precioso atril (O L E A R O N) cual aprovechó en la zona triplera que yo había descuidado y, valiéndose de la G como trampolín, pudo colgar todas sus letras para un soberbio GOLEARON de 80 puntos, llegando a 458. Estos, sumados a 9 tantos por el descuento en mi atril, totalizaron 467. Así de simple, 467 – 396 terminó el desafío con triunfo para Arturo.



El ganador sobresalió con tres bonus: CRENCHES (89), ASOLABAS (72) y su ganador GOLEARON (80). Entre sus pequeñas gigantes destacaron JARDÍN (33), BOY (42) y ZOCO (38). De mi parte solo bonifiqué dos veces: ANEXADA (98) y HACINADO (82). Mis cortas que más puntuaron fueron VICIES (40) y TESEN (34).



Ya el almuerzo estaba listo. ¡Hora de comer!



Una vez saciados los apetitos nos dispusimos a descansar y tomar café. Enma y Arturo como buenos fumadores fumaron. Ya a eso de las 4:30 de la tarde nos alistamos para irnos al bar El Tun Tun. Allí nos encontramos con Miguel Stevens y Liuba, quienes fueron a pasar el buen momento con nosotros. Nos fuimos como a las ocho de la noche. Stevens se fue solo mientras que Enma, Liuba y yo en el vehículo de Arturo. Dejamos a Liuba en su casa y nos dirigimos a la de Enma. Nos quedamos un hora allí. Finalmente, Arturo y yo nos fuimos. Dimos un pequeño recorrido y nos detuvimos en la Casa de la Bombilla Verde, un centro nocturno donde se mezclan jóvenes y adultos a tomar tragos y escuchar a algún artista nativo. Había chicas muy atractivas, algunas, con sus parejas; otras, andaban solas. Me fije en una flaca mulata de pelo corto. Era mulata clara, algo así como del color café con leche. La vi sola fumando afuera del local y me le acerqué. “Buenas noches”, la saludé. “Buenas noches, ¿cómo la está pasando?”, me contestó y preguntó. Le dije que la noche era agradable y la estaba pasando chévere. Le pregunté si andaba sola y me dijo que no. Pocos segundos después se marchó. Me quedé solito y con la cara larga, de modo que, entré de nuevo al bar. Le comenté a Arturo que me gustaba la flaca mulata y de pelo corto, “pero anda acompañada”. Me dijo que no era verdad. “Te lo dijo a ti. Esa jevita anda sola, lo que pasa que tú no le gusta”, se sinceró conmigo. “Tienes que hacerte otro corte de pelo, ese que tú tienes te hace ver como un mediocre, y ponte en un gimnasio cuando regreses a Santo Domingo”, me dijo sin rodeos. “Tú verá que la voy a saludá”, se animó. Fue a donde la jeva, la saludó, la abrazó y ella le correspondió al abrazo. Conversaron un ratito nomás. Luego, regresó a donde yo estaba y me dijo: “ella no está tan buena como antes; tú no tienes buen gusto”. Al poco rato nos fuimos. Él me dejó en la pensión y se marchó a su casa. La próxima contienda escrablera sería el sábado 14 en la Casa de la Amistad. Allí celebraríamos un torneo desde temprano en la mañana. En cuanto al viernes 13, lo tomaríamos para descansar.



ESTADÍSTICAS, 12 de septiembre 2019



Ganadas 0, perdidas 3

Contra Arturo Alonso: 0-3

Promedio de puntos por partida: 396.66

Promedio de scrabbles por partida: 2.33