viernes, 17 de diciembre de 2010

Estrellas Orientales pueden romper némesis ante Águilas Cibaeñas en serie final



Por Iván Ottenwalder

Las Estrellas Orientales podrían terminar la temporada regular del torneo 2010-11 con su mejor palmarés en victorias y derrotas en muchos años.

Incluso, mejor que el negativo récord de 23-26 con que clasificaron en la estación 2007-08.

Este equipo ha demostrado que puede producir muchas anotaciones en el juego. Su picheo de relevo ha mejorado sustancialmente y un ejemplo digno de admiración ha sido el serpentinero Jesús Colomé.

Cayendo de golpe ahora en el tema central, sobre la rivalidad de las Águilas Cibaeñas y las Estrellas Orientales en series finales, quiero expresar mi punto de vista.

Es cierto que las cuatro veces que las Estrellas se han medido a las Águilas en series finales, todas han sido victorias aguiluchas. No lo discuto.

Es cierto también que tres de esos cuatro campeonatos las Águilas lo conquistaron en el estadio Tetelo Vargas de San Pedro de Macorís. No lo discuto.

También es cierto que en esas cuatro coronas amarillas han ocurrido dramatismos adversos al equipo de San Pedro de Macorís, y porqué no decirlo, hasta golpes de suerte. Las Águilas han tenido varias veces el santo en la espalda. Eso no se discute.

¿Que en esta temporada las Estrellas han jugado mejor pelota que las Águilas, que han tenido mejor bateo colectivo, que un mal arbitraje en Macorís perjudicó a los Orientales en un desafío, que unos errores estúpidos de la defensa verde en un juego en Santiago le negó una eventual victoria? Eso tampoco se discute.

¿Que si las Águilas clasifican al round robin podrían entrar a juego Miguel Tejada, Melky Cabrera y Fausto Carmona? Eso puede ser verdad. Pero, ¿entrarían en plenitud de forma? ¿No necesitarían de dos o tres semanas para ponerse en ritmo? Eso le pasó a Eugenio Vélez cuando entró a juego, que necesitó dos semanas para que su bateo arrancara.

Tejada, Cabrera y Carmona no son dioses inmortales. Es más, la producción ofensiva de los dos primeros en Grandes Ligas ha declinado considerablemente.

Voy a ser honesto. Creo y confío más en un Alex Valdez, Eugenio Vélez, Argenys Reyes, Félix Pie, Michael Martínez, Pablo Ozuna, Radhamés Liz y quizás me falten otros, que sí han contribuido por la causa de su escuadra desde el inicio de la temporada que unos peloteros que vengan dizque a jugar a última hora, que, reitero, les puede llevar tiempo ponerse en forma.

Por todo esto, sostengo que: en caso de producirse un escenario de serie final entre las Águilas Cibaeñas y las Estrellas Orientales, los de San Pedro de Macorís podrían romper de forma convincente su némesis ante los de Santiago.
La historia es una cosa, pero hablemos de la actualidad.

viernes, 3 de diciembre de 2010

A todo Rijo le llega su Pupo Brito

José Rijo.
Por Iván Ottenwalder
 
Desde finales de los ochenta y principio de los noventa los Tigres del Licey tuvieron en su roster de jugadores a uno de los pitchers más sensacionales del béisbol dominicano: José Rijo.

Un lanzador derecho con muy buena mecánica para dominar a la oposición. En su carrera de 14 años en las Grandes Ligas tuvo marca de 116 victorias y 91 derrotas con efectividad de 3.24.

El momento climax de su carrera fue cuando obtuvo el premio de Jugador Más Valioso de la Serie Mundial de 1990 en que los Rojos de Cincinnati vencieron a los Atléticos de Oakland por barrida de 4-0.

En ese playoff final el récord de Rijo fue 2-0, 14 ponches y efectividad de 0.59 en 15.1 entradas lanzadas.

Fue un pitcher de mentalidad ganadora. En la liga dominicana registró marca de 8-16 en 240.1 innings lanzados, 163 ponches, permitió 86 carreras limpias y su efectividad fue 3.22.

Bernardo Brito. Temporada de novato, 1985-86
Rijo fue determinante en dos series finales ganadas por Licey: la de la campaña 1990-91 y la de 1993-94. En ambas ganó un partido para colocar la final 3-1 a favor de los felinos, quienes posteriormente dieron el rematazo final para coronarse campeones. ¿De no haber lanzado Rijo en esas dos series, hubiese perdido el Licey? Nadie lo sabrá, pero hay que reconocer que los Tigres desataron una gran ofensiva en esas finales, de modo que, así como se puede decir una cosa, también la otra.

Así como caen todos los imperios, como a Napoleón le llegó su derrota en Waterloo, a José Rijo también le tocó su día. Su época de esplendor llegaría a su fin cuando en un crucial partido de la serie regular de la temporada 1994-95, escenificado viernes por la tarde en el estadio Quisqueya, y donde Licey se jugaba la vida, el poderoso bateador designado de las Estrellas Orientales, Bernardo “El Pupo” Brito, le conectó un soberbio cuadrangular válido para dos anotaciones en la primera entrada. En ese mismo episodio, pocos minutos después, por discutir el conteo de las bolas y strikes, Rijo fue expulsado del partido por el árbitro de home. El Licey terminó perdiendo ese juego y sus esperanzas clasificatorias se desvanecieron.

A principio de esa temporada el Licey había enviado a Bernardo Brito a las Estrellas Orientales a cambio del receptor Francisco Cabrera. En esa negociación los Orientales salieron ganando, pues “El Pupo”, con su bateo de poder, contribuyó a la clasificación de su equipo, mientras Francisco Cabrera hizo un aporte prácticamente nulo para Licey, que quedó en último lugar de la tabla de posiciones.

El mismo Brito confesó que le afectó bastante y hasta lloró de rabia cuando los Tigres, el equipo de casi toda su vida, lo cambió para las Estrellas, sin embargo, una vez en las filas del conjunto verde, prometió vengarse, y lo cumplió. Descargó fuertes batazos contra el picheo azul y de los otros conjuntos de la liga. Esto le valió para ganarse la ovación de todos los aficionados del equipo Oriental, quienes lo vitoreaban y le hacían sentirse querido en su nueva casa.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Águilas y Licey, el Jason y Freddy Krueger a quienes hay que vencer

Por Iván Ottenwalder

Como una película de espanto, así parecen todas las temporadas de béisbol invernal en la República Dominicana, donde los equipos Águilas Cibaeñas y Tigres del Licey, sean o no los favoritos de los expertos analistas, nunca mueren tan fácil.


Primero sucedió en la década de los setenta cuando estos dos colosos dominaron aplastantemente a sus adversarios: Estrellas Orientales y Leones del Escogido. Aquella vez los terribles verdugos del béisbol criollo, Águilas y Tigres, ganaron 5 campeonatos cada uno.


La pesadilla resurgió durante el período 1996 al 2009, cuando las Águilas se llevaron la copa en 9 ocasiones y los felinos en 5.


Es que estos conjuntos han sido el eterno tormento para los demás de la liga. Las Águilas han sido como el Jason Vorhees, el abominable monstruo que asesina a todos los vacacionistas del Campamento Lago Cristal y el Licey como el Freddy Krueger del guante con cuchillas que mata en el sueño a todos los adolescentes de un pequeño pueblo.


Estos dos personajes, del cine de los ochenta, luego de morir resucitan, continuando así la pesadilla en un próximo capítulo.


Las Águilas y Licey llevan 20 campeonatos cada uno, siguiéndole detrás los Leones con 13, las Estrellas con 2 y los Toros del Este con apenas 1.


En la presente temporada 2010-11 los equipos Toros, Estrellas y Leones ocupan los mejores puestos en la tabla de posiciones en cuanto a juegos ganados y perdidos, sin embargo, las Águilas, el Jason personificado, ya están en la cuarta posición, amenazando con llegar a la postemporada. El Licey, el Freddy Krueger que provoca pesadillas a los demás conjuntos, ocupa el quinto lugar, pero apenas a uno del cuarto.


Podríamos ser testigo, durante el resto de la temporada, de una feroz lucha por el cuarto puesto entre las Águilas y los Tigres, la batalla de Jason contra Freddy enfrentándose cara a cara.


Tengamos en claro una cosa: las Águilas y Tigres no han muerto, aún viven, aunque hayan equipos que actualmente estén jugando mejor pelota que ellos. En pocas palabras, si los demás quieren triunfar tendrán que matarlos, vencer a Jason y a Freddy, las terribles pesadillas de cada año.


De hecho, quiero que los maten. Deseo que otro conjunto, de los que tienen muchos años sin ganar, se coronen campeones. También les desearía éxitos a los Gigantes del Cibao, que nunca han conquistado un título…y el esfuerzo, lo han hecho.


¡Preparémonos!, esta recta final de la serie regular dará mucho miedo por la lucha clasificatoria. De momento no me gusta lo que estoy observando en las Estrellas Orientales, conjunto que comenzó muy bien, pero que se le ha caído el picheo abridor y de relevo. Deben despertar si quieren clasificar.


Los Toros son los que lucen más cómodos en el standing, con sus 18 victorias, pero tampoco pueden dormirse; deben cuidarse de una potencial mala racha, que a cualquiera le puede venir. El Escogido, con un material menos estelar que el de la campaña anterior, deberán ganar los partidos importantes en su afán por llegar al round robin; los Gigantes por salir de la última posición y el resto, como bien señalé anteriormente, podría ser una espeluznante y titánica batalla entre Águilas y Tigres, por la cuarta plaza clasificatoria.


La situación se pone interesante pero al mismo tiempo aumenta el pánico. Le restan 20 partidos a cada equipo y aún hay tiempo de hacer los ajustes necesarios. Pero ¡cuidado con el lobo!

Campeonato Estrellas Orientales 1967-68

Por Iván Ottenwalder
Para quienes recuerdan aquel heroico momento en que las Estrellas Orientales se coronaron campeonas de la temporada 1967-68. Los que aún no habían nacido, que disfruten de las imágenes.


Larry Dierker, Jugador Más Valioso de la serie
final, es vitoreado por los fanáticos

Tony Pacheco, dirigente campeón,
aclamado por la multitud

Ricardo Carty, festeja con fanáticos

Página del periódico Listín Diario


Caricatura del elefante verde,
con la corona de campeón

La Sultana del Este no durmió esa noche

El pueblo gritó a viva voz, "Estrellas Campeón"

Fanaticada oriental se lanzó al terreno de juego
del Tetelo Vargas, luego del último out.

Fánaticos, con ataúd, simulan entierro del león
del Escogido.


Rafael Antún ofrece declaraciones a la prensa

 
Fuentes: Periódicos El Nacional de ¡Ahora! y Listín Diario, febrero de 1968.

Campeonato Estrellas Orientales 1954

Por Iván Ottenwalder

Para aquellos que no habían nacido en esa época. Para los nostálgicos fans de Estrellas Orientales. Acá va una pequeña galería del recuerdo. Me excusan que las imágenes, sobre todo las dos últimas, estén algo borrosas. Pero acá vamos.


Caricatura del elefante verde con trofeo de campeón en 1954. De rodillas el águila y el león. El tigre, parado a un extremo, luce conformista por solo ganar City Champ.



Imagen borrosa del año 1954. Los fanáticos de Estrellas Orientales se tiraron a las calles a festejar su primer título de la era moderna del béisbol dominicano. Los paquidermos derrotaron al Licey en cinco partidos, 4-1.


Imagen borrosa del 1954. Rafael Antún, presidente de Estrellas Orientales recibe trofeo de campeón. Los Orientales fueron una maquinaria devastadora en esa temporada.
















Elefante oriental, campeón de béisbol junto al campeón en gasolina (Esso). Acompañan en el homenaje el león del Escogido, el tigre del Licey y el águila cibaeña.


Fuente: periódico El Caribe de agosto del 1954. Archivo General de la Nación.

Una sugerencia a los Azucareros del Este

Por Iván Ottenwalder

Pongan en el Youtube el video de cuando los Toros se coronaron campeones venciendo a las Águilas del Cibao la noche del 30 de enero de 1995. Señores, eso es historia ...y a mi que nadie me diga que ese video disque no aparece. Alguien lo debe tener.

Fue emocionante cuando Julián Yan recibió el disparo a la inicial para el último out, luego levantando los brazos en señal de triunfo.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Con los Antún las cosas marchaban mejor en las Estrellas Orientales

Por Iván Ottenwalder

La pasada década, correspondiente al 2001-2010, fue la peor de toda su historia para las Estrellas Orientales. En ella no avanzaron a ni una serie final y mordieron el polvo de la descalificación sin visado para el round robin durante las temporadas 2003-2004, 2005-06, 2006-07, 2008-09 y 2009-2010.

Los orientales, aunque en estos últimos diez años han tenido buenos cañones ofensivos, han perdido nivel de estelaridad en su picheo abridor y de relevo. Y obviamente, sin pitcheo no se gana.

Analizando detenidamente las décadas del béisbol dominicano desde 1951 vemos que, en todas, las Estrellas Orientales han estado por lo menos en una serie final. En los años cincuenta fueron finalistas dos veces y campeones en el verano de 1954, en los sesenta finalistas una vez y campeones en la estación 1967-68, en los setenta finalistas tres veces, en los ochenta finalistas tres veces y en los noventa finalistas tres veces. En todo ese tiempo estuvo al frente del equipo la familia Antún, primero Federico “Chichí” Antún y luego, a partir de los ochenta los hermanos Manuel “Tete” Antún y Eddy Antún.


Hoy en día los hermanos Antún ya no son los dueños del equipo verde. La administración de la franquicia pasó a manos de Carlos Juan Musa en el 2001, hasta que se vio ahogada por problemas financieros en el 2004 y fue administrada provisionalmente por la Liga Dominicana de Béisbol (LIDOM). Los propietarios de hoy son otros. Tienen mucho dinero, pero alegan que la carga del combinado oriental es muy pesada ya que prácticamente todos los años les deja déficit o mejor dicho, números rojos.


Manuel Antún y su hermano Eddy están entre la gente que más sabe de béisbol en este país. Ellos, durante su gerencia sabían lo que necesitaba el equipo, qué refuerzos hacían falta, qué lanzadores buscar y, sobre todo, los ponían a competir. Las Estrellas lograban tener buenas series regulares, destacadas actuaciones en las eliminatorias, independientemente de que llegasen a la final o no. Y cuando lograban avanzar a la final, aunque no ganaran, al menos le daban un susto a su adversario. Esto se lo pueden preguntar a las Águilas Cibaeñas y a los Leones del Escogido.


Sabemos que las rachas son así, muy malas. Las Estrellas no ganan la corona desde la temporada 1967-68, de modo que ya cuentan 42 años de agonía y sufrimientos.


Ellos no han sido los únicos en esa situación. Los Medias Rojas de Boston antes de obtener la serie mundial en el 2004 llevaban 86 años sin ganar, los Medias Blancas de Chicago la misma cantidad hasta que se alzaron con la copa en el 2005. Los actuales campeones mundiales, Gigantes de San Francisco, no se titulaban desde 1954, y qué decir de los Cachorros de Chicago que no triunfan desde 1908.


¿Es que eran malos estos equipos?


Claro que no, fueron muchas las veces que lucharon por ganar, pero sin éxito. Hay que analizar que en series finales cortas como la de las Grandes Ligas o la del béisbol dominicano cualquier cosa puede suceder. Son series por lo regular pactadas al mejor de un 7-4 o un 9-5 donde se juega con mucha presión. Es como un examen donde los nervios te pueden comer. En una serie final puede darse el caso que a muchos jugadores de alto calibre, tanto en el picheo como en el bateo, les llegue una racha negativa, siendo esto un factor determinante para que un conjunto pierda. También puede ocurrir que peloteros de pobre nivel o actuación en la serie regular, mejor dicho, de poca monta, se engrandezcan en un play off final y contribuyan a la victoria de su equipo.


Las Estrellas fueron favoritas para ganar la serie final a las Águilas en las temporadas 1974-75 y 1986-87. Estuvieron a un solo partido de ser campeones en la final de 1987-88 ante los Leones del Escogido; pudieron cambiar el rumbo de la final de 1995-96 contra las Águilas de no ser por el error del defensor Víctor Rosario, y no aprovecharon el gran momento o “time” para batir a las Águilas en el séptimo juego en el estadio Cibao en el 1999-2000.


Los Antún no tuvieron la culpa de esas derrotas. Prepararon buenos equipos en esos años para darle alegría a todo el pueblo de San Pedro de Macorís.


Ojalá en esta temporada 2010-11 las Estrellas Orientales puedan clasificar a las eliminatorias. Solo cuatro lugares avanzarán al round robin de los 18 partidos en enero y el equipo petromacorisano puede ser uno de ellos. Las herramientas las tienen: el mejor bateo de la liga, los mejores refuerzos y un aceptable picheo. El gerente de ahora, Eddy Toledo ha demostrado ser un hombre eficiente en los negocios. Ha hecho las adquisiciones de lugar con tal de que los Orientales puedan llegar bien lejos. El primer paso naturalmente debe ser llegar al round robin. Una vez allí todo empezará desde cero, los conjuntos se batirán unos contra otros y solo dos obtendrán el boleto a la gran final. Es cuando a los jugadores, más que jugadores, deben ser fanáticos.


Puntos a considerar en esta temporada

· La defensa: No pueden darse el lujo de seguir cometiendo errores costosos en detrimento del picheo.



· El dirigente Brian Harper, un gran técnico del béisbol, debe tener un ojo clínico y percatarse cuáles son los lanzadores que están sacando más la cara por el equipo y al mismo tiempo sentar en la banca a los que no estén rindiendo.



· Buscar la fórmula para ganar los partidos en los que hay que remontar.



· No desaprovechar cuando tienen una gran ventaja en el marcador. Perder partidos así puede pasar factura al final.



· No subestimar a determinados rivales. Todos son de consideración. La clave es clasificar.



· Se necesita que el coach de bateo, dirigente y su asistente llamen la atención a bateadores que estén haciendo algún swing anormal.



· Solamente darle la participación a jugadores comprometidos con el equipo.