Sábado 11 de junio: La partida
inconclusa y mi primera participación en un torneo de duplicadas.
Por Iván Ottenwalder
Después
de todas las que pasé el día anterior, el sábado 11 de junio me levanté con energías
renovadas. Sería mi última jornada de scrabble en suelo habanero. En la
biblioteca Rubén Martínez Villena se llevaría a cabo el torneo nacional de
duplicadas correspondiente a junio. Nunca en mi vida había jugado en esa
modalidad y fue Raúl Báez el miércoles 8 en casa de Odalys quien me había
explicado con un tablero en manos, y en pocas palabras, como se jugaba ese
estilo.
Anotación de la partida inconclusa jugada con Odalys. |
Asimilé
rápidamente aquello de señalar las coordenadas en cada una de las jugadas y encerrar entre paréntesis la letra comodín que
se haya utilizado. Para cada jugaba había que anotar por escrito en un blog
(papelito) la palabra jugada, las coordenadas y la letra usada de comodín. Para
esta modalidad cada jugador debe tener sobre su mesa varios blogs de notas agrupados
y con el número de rondas correspondientes (1, 2, 2 ,4…)
Sin duda
alguna que Raúl, el mismo al que vencí dos veces en el internacional cubano de
2015, que me derrotó en el nacional de junio del 16 pero que luego barrí par de
veces donde Odalys, resultó ser un gran profesor para mí, explicándome y
enseñando una versión de juego en la que nunca había competido.
Aquella
mañana del sábado, luego del desayuno, tomé el P-5 rumbo a la biblioteca. Tres
o cuatro paradas después abordó el autobús Rolando. ¡Coincidencias de la vida! ¡Ni
me lo iba a imaginar! Conversamos un poco en el trayecto hasta que llegamos a
nuestro destino. Cuando entramos al salón de juego solo estaban Arturo Alonso y
como dos personas más. Nos pusimos a organizar las mesas y buscar sillas, y al
ratito empezaban a llegar los demás. Solo faltaba Raúl quien telefoneó para
decir que ya estaba en camino. Odalys Figuerola me propuso que jugáramos una
partida en lo que llegaba nuestro amigo. ¡Pues a la carga! Acepté y nos
preparamos para un match.
La partida inconclusa
Oda y yo
iniciamos nuestro desafío. Desde el jueves no le ganaba y ya iban 5 derrotas
consecutivas ante ella. En esta ocasión la historia empezó a cambiar. Cuando ya
íbamos por mitad de juego le aventajaba 370-250 para una diferencia de 120
puntos. En ese instante llegó Raúl y tuvimos que suspender nuestra partida y
dejarla como inconclusa o, mejor dicho, inválida. Había colocado 3 scrabbles
(SONRÍAN de 67, SANEEIS de 76 y EXPEDÍAS de 90) contra solo una de ella (AFONÍAS
de 91). Aproveché muy bien el dígrafo LL, optimizándolo en casilla de triple
con LLE más otra formación, que me valió para 63 tantos.
Mi primera partida de duplicadas. |
Pude
haberla ganado dado lo bien que estaba jugando, pero esta vez no valió lo que
pudo ser, sino lo que fue.
El torneo de duplicadas
La
competición de duplicadas estaba prevista a jugarse a dos partidas a bolsa
llena. Ya con mi hoja de anotación lista me preparé para un nuevo desafío en mi
vida de escrablero.
En la
primera ronda, al igual que varios competidores, acerté con HOZAIS y en la
segunda con un difícil RIACHUELO que apenas vadeamos Miguel Stevens y yo.
Después de ese maravilloso arranque me llegó la debacle. Además de mis
desaciertos apenas formaba palabras de escasos puntajes, mientras Rolando,
Stevens y Arturo conectaban con los vocablos de mayores puntuaciones.
La
partida culminó siendo ganada por Rolando Guadalupe (698 puntos), seguido bien de
cerca por Miguel Stevens (688) y en tercero se ubicó Arturo (601). Mi posición
fue la séptima, con un escaso 318.
A
continuación las posiciones:
MÁSTER, 808 puntos
1 - Rolando Guadalupe, 698
2 - Miguel Stevens, 688
3 - Arturo Alonso, 601
4 - Roberto Rubio, 452
5 - Odalys Figuerola, 408
6 - Raúl Báez, 401
7 - Iván Ottenwalder, 318
8 - Juan “Chori”, 270
En la
segunda partida tuve un buen despertar, que no sirvió para ganar pero sí para
mostrarme que se puede mejorar. Gané en seguridad y reducción de errores. Un
quinto lugar de 819 tantos nada despreciable.
Rolando,
esta vez con 900 puntos, volvió a vencer. Stevens mejoró a 882 y repitió en
segundo y Arturo con 873 se ubicó en tercero. La posiciones detalladas a
seguidas:
MÁSTER, 967 puntos
1 - Rolando Guadalupe, 900
2 - Miguel Stevens, 882
3 - Arturo Alonso, 873
4 - Raúl Báez, 832
5 - Iván Ottenwalder, 819
6 - Roberto Rubio, 512
7 - Odalys Figuerola, 508
8 - Juan “Chori”, 491
Los
mejores porcentajes del torneo fueron: Rolando Guadalupe, quien señoreó con un
90%; Miguel Stevens con un 88% y Arturo Alonso 83%. El mío fue de 64%. Para una
primera vez no estuvo mal.
Terminada
la competición me encaminé a tomar el P-5 rumbo a El Vedado.
Aproveché
lo que me restaba de la tarde para almorzar, conectarme en la sala de
navegación de ETECSA, ducharme y visitar a mi apreciada amiga Diamela, quien
también reside en El Vedado. En su casa conversé con sus padres, pero más con Yaismel,
su alegre hermano que habla por los codos y quien se hallaba de vacaciones
junto a su esposa e hijos. Ellos residen en Alemania desde hace buen tiempo y
aprovechan el final de la primavera y parte del verano para visitar a sus
familiares. Él conversa en alemán prácticamente igual como lo hace en español.
Me llevé una grata impresión suya. De verdad que es un chaval muy alegre y
divertido. Tal vez no sea el amigo a la medida para un tipo tan complicado,
reservado y reflexivo como yo, pero de que se puede compartir un buen rato junto
a él y aprender sobre sus anécdotas y vivencias, no es una mentira.
Ya como a
las 11 de la noche me despedí de todos en casa de Diamela y me regresé a la
pensión. Tenía que dormir, pues debía levantarme temprano el domingo para
llegar a tiempo al aeropuerto José Martí. Mi vuelo con destino a Santo Domingo
despegaría como a las 9:45 de la mañana.
A
diferencia del año anterior esta vez no me alcanzó la noche del sábado para
despedirme de la ciudad, pero quizás esto no haya sido algo malo, sino todo lo
contrario, un buen presagio. Al no decirle adiós a La Habana eso podría
significar que no hubo un hasta nunca de
mi parte, y en ese caso quedaría la posibilidad abierta de regresar en otro
momento. ¿Cuándo? Ya lo veré.
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