miércoles, 28 de octubre de 2009

Los Caimanes del Sur, entre el deseo de ganar y los problemas financieros

Por Iván Ottenwalder

La gran expansión del béisbol dominicano, llevada a cabo por la presidencia del doctor Salvador Jorge Blanco, a partir de la contienda otoño-invernal 1983-84, no gozó del visto bueno de gran parte de la fanaticada beisbolística, y mucho menos de los dueños de los equipos tradicionales: Tigres del Licey, Leones del Escogido, Águilas Cibaeñas y Estrellas Orientales.
Los contempóraneos a la época recuerdan que la Secretaría de Estado de Deportes Educación Física y Recreación (SEDEFIR) tuvo que encargarse de la organización del certamen de aquella temporada, ya que la Liga Dominicana de Béisbol Profesional se declaró en rebeldía contra las autoridades gubernamentales.
Al fin de cuentas, los equipos Azucareros del Este y Caimanes del Sur debutaron y jugaron durante esa temporada, a pesar de la caótica situación presentada.

Los Caimanes, cuya sede fue la provincia de San Cristóbal y su estadio el Municipal de aquella ciudad, hoy Temístocles Metz y en completo abandono, fueron un conjunto que rápidamente despertaron emociones entre su fanaticada. Y no era para menos, en su primera temporada clasificaron en la tercera posición y, una vez en su primer playoff ante los Tigres del Licey, les dieron una tremenda batalla, digna de los mayores elogios para un equipo que apenas acababa de nacer.
Los Tigres tuvieron que sufrir y emplearse al máximo para derrotar a este equipo en un séptimo decisivo partido.
Estamos hablando que los Caimanes, en su primera temporada (1983-84), estuvieron a punto de eliminar al equipo de más tradición y ganador para la época, que es mucho decir.
No fueron a la serie final de esa temporada, pero demostraron valentía y capacidad para jugar una pelota de alto nivel.
En la temporada 1984-85 los Caimanes mejoraron su juego y lograron escalar a la segunda posición en el standing de la vuelta regular. En la semifinal fueron eliminados por sus compañeros de la expansión, los Azucareros del Este.
No todo se detuvo ahí. En la estación 1985-86 consiguieron un bonito tercer pusto, pero,  no pudieron con la embestida de las poderosas Águilas Cibaeñas, que los batieron en cuatro partidos.
Si analizamos el saldo de esas primeras tres temporadas (desde 1983-84 hasta 1985-86) los Caimanes registraron un récord positivo de 99 victorias con 91 reveses. La única razón para que un equipo tan batallador como el de San Cristóbal, que tuvo marca de 35-35 en su primera temporada, 33-27 en la segunda y 31-29 en la tercera, no pudiera ver acción en el torneo de 1986-87, fueron problemas financieros.
 
Los Caimanes del Sur llegaron a ser una gran escuadra en el terreno de juego empero, como franquicia, no tuvieron un respaldo financiero sólido. No hubo inversionistas de gran envergadura que se atrevieran a invertir por ellos. Llegaron a tener su propia fanaticada, muy entusiasta y numerosa al principio, pero desganada al pasar los años, a diferencia de la de los Toros del Este y demás conjuntos beisboleros, capaces de llenar su estadio con más recurrencia.
El equipo sancristobalense no contó con un Central Romana Corporation, para poner un ejemplo, que los prohijara.
A pesar de aquel receso de 1986-87, los Caimanes volvieron para el torneo 1987-88 y 1988-89, pero los problemas económicos se agudizaron, y la franquicia no aguantó más, de modo que decidieron recesar definitivamente.
En sus últimas participaciones jugaron un béisbol mediocre, diferente a lo que habían demostrado en sus tres primeros años. En esos dos últimos torneos su palmarés fue de 38 triunfos con 80 reveses: 16-44 en el 1987-88 y 22-36 en el 1988-89. No volvieron a clasificar a la postemporada.
Los Caimanes, siendo un equipo joven en la Liga, clasificaron en tres ocasiones a las semifinales, cuando el formato de eliminatorias estaba pactado al mejor de 7-4, midiéndose el ganador del primer lugar contra el cuarto y el segundo contra el tercero. Nunca lo consiguieron en la modalidad Round Robin, conocido como Todos contra Todos.
La desaparición de los Caimanes posiblemente sea una de las páginas más penosas en todos los anales del béisbol otoño–invernal dominicano.

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