domingo, 19 de junio de 2022

Los estadios de béisbol dominicano de antes. ¿Cuáles eran? ¿Cómo eran?

Antes del Juan Marichal, Cibao y Tetelo Vargas hubo otros parques beisboleros. Las sedes de Licey y Escogido así como la de las Águilas y las Estrellas no siempre fueron las mismas

Por Iván Ottenwalder

Tres de los actuales estadios beisboleros de la República Dominicana fueron edificados en los años 50 del siglo XX en plena era del gobierno de Rafael Leónidas Trujillo. El Estadio Juan Marichal (hace pocos años llamado Quisqueya), el Cibao y el Tetelo Vargas tienen el sello de marca de la dictadura trujillista.

Con el nombre de Estadio Trujillo inaugurado el 23 de octubre de 1955 nacería la nueva casa de los equipos capitalinos Tigres del Licey y Leones del Escogido. Este parque, sería bautizado a principio de la década de los 60 como Estadio Quisqueya; luego, en el decenio comprendido entre 2011 al 2020, pasaría a llamarse Estadio Juan Marichal.
Estadio La Normal, hogar de Leones y Tigres.


Santiago de los Caballeros tendría su nuevo parque el 25 de octubre de 1958: el Estadio Leónidas Radhamés, en honor al hijo menor del dictador Trujillo. En los 60, esta instalación deportiva, cambiaría al nombre de Estadio Cibao, como actualmente se le conoce. Allí juegan como locales las Águilas Cibaeñas.

La ciudad de San Pedro de Macorís, hogar de las Estrellas Orientales tampoco podía quedarse atrás. El 25 de noviembre de 1959 quedaba oficialmente aperturado el Estadio Ramfis Trujillo, que luego devendría en Estadio Tetelo Vargas también en los 60.

Pero, ¿dónde jugaban anteriormente estos famosos y longevos equipos?

Los estadios de antes

Anterior al Estadio Trujillo los equipos Licey y Escogido tenían como sede el Estadio La Normal, un parque beisbolero construido en la década del 40 del siglo pasado. Ciudad Trujillo era la capital de la República Dominicana. Sí, la histórica Santo Domingo de Guzmán había perdido su nombre por órdenes expresas del gobernante quien, en 1936, instruyó al Senado de la República para tales fines.

El Gimnasio Escolar fue otra sede de Licey y Escogido.
Antes de La Normal, el hogar de Tigres y Leones era el Gimnasio Escolar, un campo deportivo habilitado para jugar al béisbol. En este escenario se disputaron memorables episodios de la época romántica del béisbol, como, los campeonatos de 1936 y 1937, el primero ganado por las espectaculares Estrellas Orientales y, el segundo, por los inolvidables Dragones de Ciudad Trujillo. Más atrás en los años 20 el protagonismo lo tuvo el Hipódromo La Primavera. En el terreno de esta estructura hípica, apta para la carrera de caballos, los eternos rivales de la pelota local escribieron grandes leyendas: el torneo de 1922 (ganado por el Escogido), el interrumpido de 1923, la venganza de los Tigres en el certamen de 1924 así como la justa de 1929, de nuevo obtenida por Licey.


El hogar de las Águilas del Cibao antes de 1958 era el Enriquillo Park, un viejo parque de béisbol edificado mayormente en madera. Sus graderías y bancas eran puras maderas. Se le conocía también como Play Enriquillo. Los norteños jugaron allí desde finales de los años 20 hasta que, en el otoño del 58, el dictador Trujillo les construyó el moderno - para aquel entonces - Estadio Leónidas Radhamés.
El Enriquillo Park, antigua casa de las Águilas Cibaeñas. 

Las Estrellas Orientales sonaron grandes batazos y dejaron impregnadas grandes labores monticulares (de pitcheo) en el antiguo Oriental Park, también conocido como Estadio Oriental o, Estadio Municipal de San Pedro de Macorís. Eso fue antes del otoño del 1959.


En ese Oriental Park, los paquidermos, campeonaron en el verano de 1954, su primer título de la era moderna del béisbol dominicano. Su corona anterior, la de 1936, [también en ese parque] corresponde a la etapa romántica del juego de pelota

Al igual que el Enriquillo Park, de las Águilas, las graderías y los asientos del Oriental Park estaban hechos de madera. A pesar del aspecto anticuado de estos estadios, en ambos se llegaron a disfrutar momentos apasionantes con los ánimos hasta el tope. Los fanáticos eran felices, amaban a sus equipos y concurrían masivamente para verlos jugar frente a sus oponentes. Lo mismo solía ocurrir en Santo Domingo [Ciudad Trujillo a partir de 1936], en los tiempos del Estadio La Normal, el Gimnasio Escolar e Hipódromo La Primavera. Los hinchas del Licey y Escogido, colmaban hasta el último de los asientos de aquellas longevas instalaciones.

Estadios más recientes

En los años 70 del pasado siglo, el desarrollo de nuevas estructuras beisbolísticas no se detuvo. En los gobiernos del presidente Joaquín Balaguer se levantaron los estadios Julián Javier (1975) y Municipal de San Cristóbal (1978). Por parte del sector privado se construyó el Estadio Romana (hoy Francisco Micheli). Este fue financiado, en 1979, por el Central Romana Corporation uno de los principales emporios azucareros de la nación.

Desde la temporada 1996-97, el Julián Javier es la sede de los Gigantes del Cibao y, el Francisco Micheli, de los Toros del Este (desde 1983-84). El Municipal de San Cristóbal fue el domicilio de los efímeros Caimanes de Sur (de 1983-84 hasta 1988-89). Este último parque, hoy lleva el nombre de Temístocles Metz, Secretario de Deportes en 1990, durante otro de los gobiernos de Joaquín Balaguer.


Pizarra de anotación del Enriquillo Park. 
















El Hipódromo La Primavera se habilitó para jugar pelota. 


























Acción en el Oriental Park.


























Jugadores del Licey posan para una foto en el Hipódromo La Primavera.


















Estadio La Normal. 
















Estadio Temístocles Metz, en San Cristóbal.








































Fuentes:
Periódico Diario Libre

Listín Diario

Enciclopedia digital Wikipedia

Béisbol Dominicano. Su historia, desde 1886. Héctor J. Cruz.
1ra edición, año 2003

Historia del béisbol dominicano. El campeonato de 1937: El mejor de todos. Cuqui Córdova.
1ra edición, año 2009

jueves, 16 de junio de 2022

Leones del Escogido, los mayores monarcas en décadas ganadas del béisbol dominicano con tres

Las Águilas Cibaeñas han comandado en dos decenios y los Tigres del Licey, asombrosamente en ninguno.

Por Iván Ottenwalder

La mayoría de fanáticos del béisbol dominicano conocen los equipos Tigres del Licey y Águilas Cibaeñas como los más ganadores de campeonatos, ambos con 22. Mayoría aplastante, de aficionados, saben que los Tigres son los que más veces, representando a República Dominicana han campeonado en la Serie del Caribe (10 ocasiones). Todo eso, es una historia patria del deporte dominicano, a leguas sabida por los niños, adolescentes y adultos que llevan la cultura beisbolera en el ADN.
Corona número 16 de los Leones en 2015-16.

Pero, ¿quiénes saben realmente cuál es el conjunto que posee la mayor cantidad de décadas siendo monarca del pasatiempo favorito de los quisqueyanos? Quizás muy pocos. Talvez los fans que, en estos tiempos, cuentan con más de 45 años de edad. Sí, posiblemente estos últimos tengan la respuesta a mano. Este escritor, editor de Scrabble del bueno …béisbol del bueno también posee la respuesta acertada.

Los Leones del Escogido, escuadra con 16 títulos, cifra menor a la de Águilas y Licey (22) ha sido amo y señor de tres decenios con más coronas obtenidas (4 en los 50 del siglo XX, luego, 5 en los 80 y, por último, 3 en la comprendida entre 2011 al 2020 de este siglo XXI). Las Águilas, le pisan los talones con dos décadas siendo mandamases de la pelota. Esas fueron, la de los 90 del siglo XX (5 títulos) así como la abarcada entre 2001 al 2010 (4 diademas).

Licey nunca ha ganado una década

El hecho de ser, junto a las Águilas, el más ganador, de señorear con más series del Caribe (10), por encima que cualquier otro representante de los países caribeños, le confiere a los Tigres del Licey una cúspide admirable y envidiable que cualquier novena anhelaría. Sin embargo, las estadísticas revelan, que este conjunto capitalino nunca ha sido monarca absoluto en algún decenio. En la accidentada década del 60, campeonaron dos veces, al igual que sus adversarios de los Leones y las Águilas. En los 70 ganaron cinco certámenes, empatados con los aguiluchos que obtuvieron igual número.

La vida, está llena de fenómenos asombrosos, si se quiere, podemos llamarlos misterios o enigmas. Se puede ser el más ganador en algo en específico, pero, en ese algo, otro pudo haber logrado una hazaña más impactante. Esto ocurre en cualquier disciplina deportiva u oficio profesional.

Equipos más ganadores por décadas


Década

Equipo ganador

Temporadas

Cantidad  títulos

1951-1960

Escogido

1955-56, 1956-57, 1957-58 y 1959-60

4

1961-1970

Triple empate entre Escogido, Licey y Águilas

Escogido (1960-61 y 1969-70), Licey (1963-64 y 1969-70) y Águilas (1964-65 y 1966-67)

2 cada uno

1971-1980

Empate entre Águilas y Licey

Licey (1970-71, 1972-73, 1973-74, 1976-77 y 1979-80); Águilas (1971-72, 1974-75, 1975-76, 1977-78 y 1978-79

Cinco (5) cada uno

1981-1990

Escogido

1980-81, 1981-82, 1987-88, 1988-89 y 1989-90

5

1991-2000

Águilas

1992-93, 1995-96, 1996-97, 1997-98 y 1999-00

5

2001-2010

Águilas

2000-01, 2002-03, 2004-05, 2006-07 y 2007-08

5

2011-2020

Escogido

2011-12, 2012-13, 2015-16

3

 

martes, 19 de abril de 2022

Iván Ottenwalder señorea de nuevo en el scrabble venciendo a Guillermo Bodden en cuatro de seis partidas (4-2)

Por Iván Ottenwalder

Es sábado 26 de marzo del 2022. La noche antes Guillermo Bodden y el autor de esta crónica habían apalabrado echar una jornada de scrabble en Bella Vista Mall a partir de las diez de la mañana del día siguiente.

Bien claro tuve aquellas 10:00 a.m. como punto de partida, pero no pude acudir puntual por otro pendiente: la espera de que un viejo amigo, que me debe una suma monetaria desde hace año y medio, me depositara quizás una tajada. Con celular en mano y Whatsapp abierto, me mantuve atento y, a eso de las 10:15, recibo su respuesta con fotografía del recibo incluida, de que me había depositado dos mil quinientos pesos de los nueve mil ochocientos que me debía. También lo confirmo en mi muro de la página web del banco y sí, había pagado. Le doy las gracias por el chat y le actualizo su cuenta: 9,800 – 2,500 = 7,300. “Me debes ahora 7,300”, le hago saber por escrito y hablado. A decir verdad, el caballero, a quien conozco desde 2004, me debía desde finales de 2021 un total de 12,800 pesos. Para diciembre me había abonado 3,000. Tuvieron que transcurrir tres meses y, a pura insistencia, para que realizara otro giro a mi cuenta.
Primera partida

Finalmente me apersoné a la cita a las 11:45 a.m. Mi viejo oponente me reclamó haberme esperado por cerca de 40 minutos. Le expliqué lo sucedido y, al poco rato ya estábamos disputando el primer pulso en cruzaletras (este es otro de los sinónimos del juego de scrabble). Lo sucedido, ha de quedar escrito, por eso, se relata a continuación.

Primera batalla

No recuerdo si alguna vez en mi experiencia como escrablista he registrado cuatro cambios de letras consecutivos, especialmente, en los primeros cuatro turnos de una partida. Pues, eso me pasó, en este desafío inicial frente a mi rival.


Segunda partida
Guillermo se vio al frente durante buen trecho del partido (94-64, 180-142, 221-193) gracias a la optimización de vocablos como APEASEN (74), ACHICADO (84) y EX (38) en las ubicaciones más apropiadas. BORRÉ (34) me otorgó la ventaja por vez primera (227-221) hasta que YETIS (32) de nuevo lo adelantó (253-227). Me acerqué con ME (20) a tan solo seis (247-253). LLENANDO de 108 tantos lo acomodó bastante (361-247), pero esto no era el fin. Luego de mi JADE (77) que me pegó 324-361, Bodden cambió letras en sus próximos tres turnos, lo que me permitió remontar y tomar la cima (441-361). La jugada clave en ese lapso, fue COGIESE de 101 puntos. Nunca pudo recuperarse de aquello, el marcador no volvió a registrar virajes en el comando. Terminé ganando 540 a 362.

Segunda batalla

Inicio muy reñido, en el que me vi comandando en solo dos ocasiones (82-76, cortesía de un ACUDIERE de 82 y, más tarde 170-107 por unas ZURDERAS de 88), controles precarios por parte de mi adversario hasta su despegue definitivo en la recta final (403-297 por DESALES de 67) sin ceder un ápice el resto del camino, para llevarse la victoria contundente (431-364), caracterizaron esta segunda partida. El ganador no desaprovechó las oportunidades en las que puntuó sin desperdicios. Valiosos fueron sus bonus como FRONTAL (76), MACERES (84) y DESALES (67); así también las cortas OH (26), JUAN (39), GARREO (26) y DESOLLÓ (28).

Tercera batalla

Tercera partida
El tercero de los combates fue, exceptuando un efímero 71-70 a favor de mi contrincante, todo a favor del autor de esta crónica. Mi victoria fue apabullante; por soberana paliza de 552-384. GOTEASE (70), RASPILLÓ (109), ANIDARE (74) y FUNDARÉ (68) fueron aniquiladores contra mi rival. También de mucha valía fueron mis vocablos cortos CHORRAS (34), QUERÉ (34) y COLGAD (36).

Cuarta batalla

Una zurra peor que la anterior cuya definición quedó 561-361 (una diferencia de 200 puntos) y en la que volví a salir airoso. Al igual que en la tercera Bodden tan solo acarició la cima una sola vez (74-22) cuando la partida apenas había
arrancado. Él se equivocó dos veces y cambió de letras en cuatro, amén de haber bonificado en tres ocasiones (COBRASES de 74, FUNDASTE de 80 y RONCEEN de 78). Mis bingos fueron cuatro: REPLETAD (62), FISGONA (82), ENCIMADO (92) y RONCEABA (89). También me sumaron pequeñas gigantes como TULLO (33), OSEE (34), HALLÉ (38) y AJ (25).

Quinta batalla

Cuarta partida
El arranque fue muy disputado. En la aceleración él dominaba (70-0 con una ADULADA de 70), entonces con LICUADOS (90) rebasé (90-70) y luego una HEZ de 46 lo adelantó 116-90. Fue la última vez que el oponente conocería la cima. VOTANDO por un 74, TELÓN de 18, DOTARÉIS de 70 y SAETAMOS de 64 motorizaron mi accionar ofensivo. El marcador iba 316-234 de mi parte. CHIMU (45) me avanzó más en la punta (361-234), pero nada definido todavía: AHORNAIS (91) lo puso en pelea (325-361).

Solo fue un amago, pero no fue capaz de dar más. El trayecto restante fui consolidándome con buenos aciertos: ENSACA (29), CURRA (26), YETI (26) y QUERRÁ (21). Finalmente, me llevé el triunfo, con score 530-425, 105 tantos de diferencia. La jornada era un pedir de boca.

Sexta batalla

Ya eran más de las seis de la tarde y decidimos echar el último combate, cual resultó en otro duelo de sustos, un toma y daca cada quien sacando sus mejores garras.

Quinta partida
Si HENDIRÍA (76) lo ponía en ventaja (76-38), tres turnos después, en el que aproveché unas muy DEVOTAS letras, que me puntuaron 80 tantos, le robaba el liderato, 152-96. Pero él no ha TEMBLADO (88) por lo visto, y se va al frente (184-152). Con solo PECH, un vocablo corto, sumador de 39, tomo la delantera (191-184). AYA de 19 se la devuelve (205-191). Tras cambiar fichas me responde con FA (32) y, aunque poco, se aleja (235-191). Mis letras, con mi ayuda, se ORIENTAN (62) y lo apeo de la punta (253-235). Se acerca con COCE (16) 251-253. EX de 40 para mí y TEZ de 42 para él y ya estábamos empate en 293.

Después de mi LLE de 17 (310-293) vino SURJAS de 63 y me arrebató el timón (356-310). Unas jugadas más tarde, me sorprende con PLAGIES (83) y se afianza (443-313). Aún no me he rendido. Con SANCIONA (77) me acerco, 390-443. Ha sido mi último susto. Tres turnos después, mi oponente finalizaba con victoria, 475-408.
Sexta partida

Estadísticas de la jornada
Iván Ottenwalder (4-2)
Guillermo Bodden (2-4)
Promedio de puntos por partida
Iván Ottenwalder: 492.5
Guillermo Bodden: 406.33
Promedio de scrabbles por partida
Iván Ottenwalder: 3.33
Guillermo Bodden: 2.83





lunes, 18 de abril de 2022

Leones del Escogido, los grandes campeones de 1960-61

Derrotaron a sus rivales Águilas Cibaeñas en siete partidos en una final que estuvo pactada a un 9-5.


Por Iván Ottenwalder


Primer partido
Santo Domingo de Guzmán, 26 enero 1961

Los Leones ganaron la primera duela, 8-2.


























Segundo partido
Santo Domingo de Guzmán, 27 enero 1961


Los melenudos ganan de nuevo. En esta ocasión 9-2.


















































Tercer partido
Santo Domingo de Guzmán, 28 enero 1961


El Escogido sigue imponiendo su ley, derrota a cibaeños 4-0.











































































Cuarto partido
Santiago de los Caballeros, 29 enero 1961


Las Águilas ganan su primer desafío, 6-3.


























































Quinto partido
Santiago de los Caballeros, 30 enero 1961


Escarlatas vencen a los norteños, 4-3






















Sexto partido
Santiago de los Caballeros, 31 enero 1961


Águilas no se rinden tan fácil y blanquean a los Leones 1-0.


Séptimo partido
Santiago de los Caballeros, 1 febrero 1961


El Escogido lo ha logrado y es el CAMPEÓN. Todo ha terminado con una victoria en entradas extras 3-2.



























Fuente:
Periódico El Caribe, enero y febrero de 1961
Agradecimientos:
Área de hemeroteca de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña
Archivo General de la Nación (AGN)

miércoles, 9 de marzo de 2022

Águilas Cibaeñas eliminan a las Estrellas Orientales y a los Tigres del Licey en temporada 1960-61

El equipo norteño, inició la década de los 60 con buen pie, mandando al mundo de los descalificados a las Estrellas de Oriente primero, y luego, a los Tigres del Licey

Por Iván Ottenwalder


Último día de la serie regular
Las Águilas descartaron a las Estrellas Orientales venciéndoles 7 a 0.


































































Semifinal

Las Águilas del Cibao, eliminaron a los Tigres del Licey, por barrida de 3-0. Avanzaron a la Gran Final donde sucumbieron frente a los Leones del Escogido en siete partidos (5-2) *. 




 

 

 
























































































* Queda pendiente la galería de imágenes del título de los Leones del Escogido, en esa temporada, para otro capítulo.

Fuente: Periódico El Caribe, enero de 1961.
Agradecimiento: Área de hemeroteca de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña.

domingo, 6 de marzo de 2022

Scrabble en Bella Vista Mall: Iván Ottenwalder 3 victorias, Guillermo Bodden una

La de Guillermo y yo es una rivalidad longeva, cuyo punto de partida fue noviembre de 2007.


Por Iván Ottenwalder

El 18 de septiembre de 2021 había sido la última jornada escrablera entre Guillermo Bodden y el autor de esta crónica. En aquella ocasión solo disputamos tres desafíos en los que capturé dos triunfos, sufriendo apenas una derrota. Fue un sábado.

El 22 de enero, también sábado, desplegamos nuevamente el tablero, acomodamos los atriles y la bolsa de letras y, de esa forma, dábamos arranque, a nuestra gran pasión, la guerra de las palabras cruzadas, primera del 2022. Distinto a septiembre, en esta hubo cuatro combates.

La de Guillermo y yo es una rivalidad longeva, cuyo punto de partida fue noviembre de 2007.

Las 10:30 de la mañana fue la hora acordada para jugar. El punto de encuentro sería el área de comida de Bella Vista Mall, donde confluyen cafetines y fast foods de diferentes franquicias nacionales y extranjeras. Llegamos aproximadamente a las once. Ubicamos una mesa y par de sillas. Quince minutos después, arrancaba la primera partida.

Primera batalla

Transcurridos cinco turnos, me encontraba al frente, pero por poco margen, 177-161. Poco después mi oponente comandaba 295-254. De momento, su mejor repertorio había sido IDOLATRA (80), COCIENTE (63), APORTABA (82) y AJ (52); el mío, una ESTELADA inexistente pero válida para 77 ya que no fue protestada; DECAÍDOS (86) y LLORE (57).


Concentrado me hallaba cuando, de repente, una voz me saluda: “hola Iván”. Evidente que era una mujer, blanca, pequeña y flaca. No atiné en el momento a distinguir quién era, pues, había seguido de largo hacia una tienda de ropa fashion. Andaba con un bolso bien chic que le combinaba de maravillas con su atuendo. Decidí que no era tan relevante y volví a enfocarme en el juego. Y con el enfoque encontré la jugada ideal para tomar la delantera: CLONAMOS de 65. Con el match a mi favor, 319-295 de nuevo se me acerca la susodicha mujer. Me saluda otra vez. Observo su rostro y correspondo al saludo. Era ella, la peor de las novias. Ésa con la que me había empatado desde finales de 2019 hasta verano de 2020. Fui cortés y dejé el asunto correr. Nada de carota, tan solo una coincidencia de las tantas que ocurren en la vida. Al fin y al cabo fue poco lo platicado. Le presenté a mi amigo, ella me vio jugando scrabble y “gusto en verte Iván”.

Mi adversario apeló a par de cambios mientras yo, me metí en racha. Con SAZ de 32, y HÚMEDOS de 83, el score se puso de un lado, 434-295. Nada cambiaría la tendencia. Guillermo no volvió hallar fórmula de remonte. El combate culminó minutos más tarde. La anotación final fue una zurra, 562 -467.

Segunda batalla

Mi rival, dispuesto a pasar la página, arrancó con buen pie en este segundo enfrentamiento. Bonificó con DILATES (68). Pifié en mi primer turno y él PELEÓ 14 tantos más para liderar 82 a nada. RESPIRAS (63) me acercó 63-82; HIEDE le dio 18 pero FORRES me sumó más, 38, para tomar el mando 101-100. A lo lejos, otra vez ella, haciéndome la seña de adiós con su mano, no recuerdo si la izquierda o la derecha. Iba de retorno, a la tienda. Supuse, que laboraba allí, que por fin había conseguido trabajo, que ya había sentado cabeza. Ojalá, haya sido así. No le deseaba lo peor. Su vida, tanto adolescente y adulta era un desastre, un caos lamentable.

Una buena racha, gracias a OREABÁIS (82), OX (39), ZIS (47) y RUÑE (22), me situaron en el mando, 291-173. Mi oponente, parecía encaminarse a otra derrota. Pero, como buen gallo peleador, que no se rinde, poco a poco se acercaba y, con un extraordinario DENUEDO (74) se pegó a solo 11 puntos (280-291). Encontré CATEARA (73), me alejé (364-280) y volví a transmitirle preocupación. Sus nervios fueron de acero y, con una buena FOJA (42), se acercaría en solo un par de turnos (322-373).

Ya en la recta final el desenlace transcurrió así: su LA de 3, mi GAL de 4, su VE de 5 y mi QUE de 12. Arriba me encontraba (389-330), muy seguro de llevarme la victoria, pero, por confiado me agarró de INCAUTO (69) y tomó el comando (399-389). Acorté margen con TOAD (6), 395-399 y me sorprendió con un inesperado MACH (51) en zona triplera superior céntrica. La partida, se me iba de las manos, ahora debajo 395-450. Me recuperé, un poco, pero finalmente, sucumbí con anotación 481-462.

Tercera batalla

El honor y orgullo por ganar este tercer match pondría de nuevo a prueba nuestros cerebros. Abrí con cambio de letras; él, lo mismo. Coloqué HEDIÁIS (78) y su respuesta fue ENREJASE (83). LLORAS de 40 me ubicó a la delantera (118-83). Poco después CHORREÁIS (72) lo ponía en ventaja, 155-118. Tras cambiar, me aleccionó con el maestro ZEN (37) y se despegó (192-118). SITIEROS (66) me acercaba (184-192). Par de jugadas después, puse AFOLLÓ (45) y agarré el timón, 229-206. Más tarde CALEÑO (46) le devolvía la cima (261-229). El ESTRADO (66) me aventajó (295-261). Vocablos cortos como BATEN (27) y AHUME (44) lo situaron al frente (338-307).

La batalla iba reñida y, cualquier cosa, podía pasar. Era mi turno y colgué un bingo: ANOLASTE (77), con el que me fui arriba, 384-338. Bodden cambió fichas, yo también. Él yerra, yo apenas coloco GEO (8); vuelve mi amigo a errar; yo cambio. Mi rival, pifia de nuevo, su tercera consecutiva y cuarta del partido. Aproveché un monosílabo, pero bien a lo grande, para liquidar, cuan si fuese un puñetazo fulminante. Ese puñetazo, fue DIX, de 52 tantos. El score, 444-338. El resto, no alteró la tendencia. Mi triunfo, contundente, 494-396.


Dónde gané la partida

Utilizando, lo que en el imaginario colectivo de cualquier competidor, se define, como el manual de todo buen jugador. Realicé los cambios de letras, estratégicos, en varios momentos apremiantes del desafío, especialmente, al inicio y la mitad. También, aprovechando los tres errores consecutivos de Guillermo, cuando la partida ya estaba bien avanzada.

Cuarta batalla

La partida más trabajaba para ambos fue esta última. En el inicio y poco más allá de la mitad, lo superaba con holgura, pero, su determinación y empuje, tan admirables, llegaron a situarlo al frente. El resto, lo que transcurrió luego, fue un drama de suspenso.

En el arranque ambos cambiamos fichas en par de ocasiones seguidas. CASEÍNA (72) lo adelantó, pero con CASCANDO (102) viré la pizarra (102-72).

Una buena racha de puntos por vocablos como CONTADOS (72), AMORRÓ (30) y ÑO (36) me acomodaron en el marcador 240-153. Poquito después LEGRANDO (80) me alejaba más, 337-172. Aparecieron para Bodden, cortas como GALLO (51) y SOEZ (42), que lo mantenían vivo (265-337). UH de 14 me elevó a 351.

Tres turnos más tarde, aún lideraba, 363-279. Se le hacía tarde a mi adversario, pero no se sentía liquidado. Sus letras le ASISTEN con 72 puntos para meterse de lleno en la anotación (351-363). Respondo con EX (19); Guillermo con LEA (26). Esto es una guerra a muerte en la que voy dominando 382-377. Suelto TEX (12), él MUÑO (13). Cuelgo NE (14) y él, con HA (21) se ha ido adelante (411-408).

Enfrascados en un tramo final sin margen para errores, continuamos la batalla.

Con un bisílabo, IZA (12), recupero la cima (420-411). Él apuesta a PÚE (8) y yo a DADA (13). VE 13 tantos que lo acercan a uno (432-433). Un pírrico BU que no asusta a nadie me suma solo 4 (437-432). AL le da más, 12 puntos y se sitúa al mando (444-437). Un GRO de 5 me pega a dos (442-444). Una REA le da 13 pero QUIS 18 a mí. Ahora yo comando (460-457). Le quedan dos fichas, pero solo tiene para deshacerse de una, jugando TA (4). El duelo de terror marca 461-460, él al frente. Me queda una, y sí puedo colocarla. Calculo, y el cálculo es bueno, suficiente para el objetivo. Es la L y hallo un hueco. Se la pongo a TA y reformo TAL, de solo cuatro. El score de 464-461 termina siendo de 465-460, gracias al punto de descuento que sumé de mi contrincante. La guerra ha terminado. Me he llevado tres batallas y mi rival solo una.

Estadísticas

Partidas ganadas:
Iván Ottenwalder 3
Guillermo Bodden 1
Puntos por partida (PPP)
Iván Ottenwalder 495.75
Guillermo Bodden 451
Scrabbles por partida: (SPP)
Iván Ottenwalder 3.75
Guillermo Bodden 2.75