viernes, 19 de marzo de 2021

Scrabble en Bella Vista Mall y mi casa; tres para mí y dos para Guillermo Bodden

 Por Iván Ottenwalder

Aún estamos en tiempos de covid-19, los contagios y muertes aumentan por doquier y, según los mejores expertos de la salud el final no luce estar muy cerca. En la República Dominicana empezó la primera fase de vacunación desde el pasado mes de febrero, gran parte de la población se muestra optimista; otra desconfía de las vacunas y no la ve como una posible solución final a la pandemia. Los dominicanos, eso sí, han perdido el miedo y, aunque con tapabocas y obligados a cumplir las normas de distanciamiento social y a higienizar sus manos con geles antibacteriales como manda el Ministerio de Salud Pública para evitar mayores propagaciones de la enfermedad, salen a las calles, trabajan, se reúnen con sus seres queridos y amistades, viajan y no han perdido la alegría y ese calor humano que siempre les ha caracterizado. Cada ser humano de Quisqueya ha seguido disfrutando de la vida, haciendo lo que le gusta; lo propio hicimos Guillermo Bodden y el autor de esta crónica, el domingo 7 de febrero de este 2021, reuniéndonos, primero en el área de restaurantes de Bella Vista Mall y luego en mi casa, y todo por un objetivo común: el scrabble.

Primer desafío

Cuando el reloj marcaba las 10:30 de la mañana dimos inicio a la primera de las batallas. Mi oponente arrancó con buen pie colgando RUINABA (74); yo cambié fichas y una jugada suya, bien CHIC (17), puso las acciones 91 a 0. Aún era muy prematuro para cantar victoria. Respondí con un AUMENTO de 75 y él dejó CAER una jugada de 24 tantos, pero no contaba con mi HEZ de 42 con la cual tomé la delantera (117-115). Mi rival cambió letras, entonces aproveché una HABA de 61 para afianzarme 178-115. ABUENARA (70) lo devolvió a la cima (185-178) pero no por tanto, pues ROLASEN (83) me regresó al mando (261-185). Nunca más pudo mi contrincante levantar la cabeza, me fui alejando paulatinamente hasta ganar el match con marcador de 604-423.

AUMENTO (75), ROLASEN (83), LAUREADO (60), ÍNDIGOS (82) y COMPUTE (81) fueron mis cinco scrabbles mientras HEZ (42), HABA (61) y TEÑIDO (45) mis pequeñas demoledoras. En el caso de Bodden RUINABA (74), ABUENARA (70) y DESCARRIÓ (118) sus tres bonificaciones mientras NO (30), SELLOS (26), NEXO (24) y CAER (24) sus mejores cortas.

Segundo desafío

Otra victoria para mí y esta por la vía de la paliza, 655-324. RETARES (78), HOMBREEN (65), RULASEN (71), INCOASTE (78) y MATEARÍA (70) fueron mis cinco bonificaciones y JET (52), PEZ (49), HIÑO (45) y CALLAD (76) mis pequeñas mejor puntuadas. Bodden apenas marcó dos bingos: YODASEN (79) y POSADERO (76). Solo tuvo una corta de amplio valor, que fue ERRA (37).

Tercer desafío

Al principio un toma y daca. Abrió con COCHEARA (86), respondí con AÑADIERE (74), luego cambió fichas dos veces seguidas, lo que aproveché para irme al frente (122-86) con PRO (26) y MOQUE (22). Su ACOCASEN (86) le devolvió el liderato 172-122. Cambié y soltó un QUI (09), pero vino DESALMES (74) y tomé las riendas, 196-181. ABATIDO (85) no estaba y recuperó la delantera 266-196. IZA (74) me situó al timón 270-266. Sendos cambios. Más tarde ARRUÍ le genera 22 puntos; USE me brinda 9; GIL le da 8 y TEN me da 18. En ese instante yo lideraba por un solo tantico, 297-296, última vez que comandaría. HEDER de 40, PUNTALES de 80 y ELUCIDO de 74 se encargarían de anegar mis esperanzas de ganar. El triunfo fue suyo, y bien merecido, 527-472.

El mejor arsenal del ganador fueron sus cinco bonus: COCHEARA (86), ACOCASEN (86), ABATIDO (85), PUNTALES (80) y ELUCIDO (74). Apenas un sola dura de alto valor, que fue HEDER (40). De mi parte solo hubo dos scrabbles, AÑADIERE (74) y DESALMES (74); las duras que mejor me puntuaron IZA (74), OX (38), HOJA (63) y DALLE (32).

En casa

Tras finalizar la tercera partida el tiempo se nos vino encima, eran más de las cinco de la tarde, de modo que decidimos marcharnos y continuar la sesión escrablera en mi casa. Mi adversario andaba en un auto prestado y pudimos llegar con facilidad a la otra sede.

Cuarto desafío

Hasta su cuarto turno se vio al frente mi opositor, 94-86, pero, la felicidad le duraría poco. Tras un CURRASEN de 121 tantos con el cual viré el marcador, 207-94, nunca más volvería a dominar. Dos jugadas después hizo un buen intento de recuperación con MARTILLEA (68), que lo acercó peligrosamente, 189-207. No contaba con un reforme, mi MARTILLEADO en zona triplera inferior derecha, que me granjearía 63 puntos y me acomodaría más, 270-189. ZA (44), ENOJANDO (101), EXIR (36), YACÍ (48) y ZALEO (38) terminaron por desgarrarlo y, finalmente, me llevé la victoria con score de 626-425.

INOCULAN (64), CURRASEN (121) y ENOJANDO (101) representaron mis bonificaciones, mientras MARTILLEADO (63), ZA (44), EXIR (36), YACÍ (48) y ZALEO (38) mis cortas asesinas. Bodden fue mejor en los bonus, con cuatro: TABLONES (70), MARTILLEA (68), MATÉRICA (72) y REHUSASE (65), no así en las pequeñas de gran valor, pues tan solo destacó con un QUIZA (54).  

Quinto desafío

El más emocionante de todos quedó para el final. Una batalla de tensiones desde el inicio a la culminación digna de relatar. Con RUINAIS (62) y LEÓN (5) salí al frente, 67 a 0. CORONASE (74) le dio la cima a mi rival, 74-67, pero MOÑO (43) lo apeó de nuevo (74-110). Un ARRULLO (38) le devolvió el mando (112-110); CHE (16) y VARIÓ (26) lo afianzaron un poquito más, 154-110. Poco después se hallaba liderando 204 a 152 pero unas letras LIGADAS (72) me pusieron al comando 224-204. INFARTE (74) no la conocía, él sí y con esa se fue al frente, 278-224. Contesté con RETARDAD (70) y recuperé el timón 290-278. Sonrió con JA (53); cambié fichas, vino PACTAD (33) y ya se encontraba ganando 364-290. Me acerqué con DESERTES (72), 362-364, pero su EX (33) lo distanció un poco de mí, 397-362. Cambié letras, jugó GEL (04), metí QUECHE (13) y él MÍA (11). Un ZA (22) me mantenía con vida en la curva final (397-412), pero NA (26) me las complicaba (397-438). Con UH logré 12 y él 8 con BEDEL. El marcador estaba a su favor, 446-409. Un SAH (26) lo asustó ya que me acerqué con peligrosidad, 435-446. COSE le sumó 9 tantos, poca cosa, pero aún comandaba (455-446). Ahora llegaba mi turno de terminar la partida, fuese para ganarla o quedarme corto y perderla. Miré opciones, oteé el tablero de arriba hacia abajo, saqué cuentas, pero al final lo mejor que tenía no me garantizaba el triunfo. Ni modo, no había de otra, solo un CON junto a un reforme, CORONASEN, jugada de 16 tantos que asustó a mi oponente, pero no lo derrotó. Sumé un tantico por el descuento y perdí 452-454.

Conseguí cuatro bingos. Estos fueron RUINAIS (62), LIGADAS (72), RETARDAD (70) y DESERTES (72). Apenas tuve una sola corta de gran valor: MOÑO (43). El vencedor solo bonificó dos veces: CORONASE e INFARTE, ambos de 74. Su mayor éxito fue producto de las pequeñas gigantes, entre las que se destacaron ARRULLO (38), ERRE (28), JA (53), PACTAD (33) y EX (33).

Estadísticas de la jornada

Partidas jugadas: 05

Ganadas y perdidas:

Iván Ottenwalder (3-2)

Guillermo Bodden (2-3)

Puntos por partidas:

Iván Ottenwalder (561.8)

Guillermo Bodden (430.6)

Scrabbles por partidas:

Iván Ottenwalder (3.8)

Guillermo Bodden (3.2)

domingo, 28 de febrero de 2021

El comunista que prosperó, se aburguesó y lo despilfarró todo

 Por Iván Ottenwalder

La historia que voy a relataros está basada en un episodio ocurrido en la vida real cuyo punto de partida se remonta al otoño del año 2008 y su fatídico desenlace a la primavera de 2014.

Por cuestiones de discreción he decido cambiar el nombre de casi todos los personajes, incluyendo al del funesto protagonista, así como el de algunos lugares. Eso sí, los hechos han de ser narrados tal cuales ocurrieron, sin medias distintas ni ocultamientos. 

EM, nombre imaginario que le he dado a mi protagonista que realmente existió en carne y hueso era abogado y apicultor. Dos profesiones, la primera, realizada en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y la segunda en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Fue el abogado triunfante que hizo posible, a partir del 2009, que el gremio de los médicos veterinarios lograra una buena tajada presupuestaria por parte del gobierno dominicano de entonces. Una gran conquista para un sindicato que no contaba antes con grandes recursos económicos y que apenas subsistía de las cuotas mensuales pagadas por algunos profesionales de la medicina animal. Digo algunos porque, desafortunadamente, la mayoría de los veterinarios se hacían los desentendidos y no asumían cabalmente sus compromisos de pago. 

Un poco de historia

Desde su adolescencia en la década de los 60 del siglo XX abrazó las ideas más radicales de la izquierda dominicana. Comunista convencido, brillante alumno de liceo y universidad, poeta y defensor de causas justas, cualidades muy comunes en muchos jóvenes dominicanos de aquel entonces. Se autodefinía como un “enemigo jurado” de la “podredumbre capitalista” del gobierno de los 12 años del presidente Joaquín Balaguer (1966-1978), razón por la que se atrincheró en una famosa agrupación marxista en la ciudad de Santo Domingo y que le trajo como consecuencias la cárcel, culatazos, bofetadas, patadas y pescozones por parte de la brutal fuerza policial al servicio del gobierno Reformista. Nunca delató a sus compañeros, mejor prefirió aguantar con estoicismo los golpes del capitán, coronel, sargento, cabo, carcelero o quien fuese antes que abrir el pico. Ni siquiera dejándolo pasar hambre podían los gendarmes sacarle información alguna. Estaba dispuesto a todo, incluso hasta morir, pero jamás desembucharía. 

Logró salvársele a la muerte varias veces. Varios de sus camaradas cayeron asesinados, aún así, mantuvo firme sus convicciones y espíritu de lucha. Renegó toda su vida de Dios, aunque no solía discutir temas de fe religiosa con casi nadie. Se llegó a casar muy joven y tuvo varios hijos. Como jefe de familia fue severísimo en el hogar, tanto con su esposa y vástagos. Fue recto y disciplinado, buen vecino, honrado y puntual en el pago de sus deudas, pero también resentido y muy marcado por la envidia social. Buen escritor y analista de problemáticas político-sociales. En honor a sus principios era capaz de defender a un honesto e inocente, pero también dejar morir a un depravado e inescrupuloso. Y era verdad. A principios de siglo XXI a un sobrino suyo, caído en prisión por posesión de drogas, le dijo frente a frente “usted, coja su cárcel y púdrase que yo no defiendo a sinvergüenzas”, sin embargo, para el 2009 luchó incansablemente por sacar de la cárcel a otro sobrino, a su entender honesto y estudioso. A ese, según me había confesado EM, le habían tendido una trampa los agentes de la DNCD, colocándole cocaína en el bolsillo trasero mientras disfrutaba con sus amigos en una discoteca. “Iván, coño, me van a joder al muchacho y yo sé que él es serio, no como el otro que te conté hace tiempo que era ladrón y droguita”, me confesó todo lloroso una tarde que acababa de visitar a su pariente en un destacamento de Haina. “El jefe del destacamento lo considera delincuente, traté de explicarle, de que entrara en razón, le dije que era un buen muchacho, pero de nada sirvió. ¡Malditos policías del coño, le metieron como 8 gramitos de cocaína en los bolsillos pa joderlo!”, me contaba lleno de impotencia, sentado a mi lado en uno de los cómodos sofás de la sala principal del gremio de los veterinarios.

¿Y qué hacíamos en el gremio de los veterinarios aquel abogado y yo? 

En el plano legal EM había logrado una gran conquista en beneficio del sindicato que agrupaba a los médicos veterinarios. Gracias a su magistral defensa y determinación hizo posible que el gobierno dominicano de entonces, encabezado por el Partido de la Liberación Dominicana, le asignara una buena partida presupuestaria al sindicato ya mencionado. Una larga faena que había iniciado desde finales de 2008 y culminado felizmente en la primavera del 2009. 

Yo en cambio, que estaba sin empleo, a veces me dejaba caer por la oficina del gremio de los veterinarios siempre y cuando su presidenta me necesitara para algún servicio: digitación de un texto, llenar una base de datos o diseñar algunos brochures. Nunca fui un gran diseñador gráfico, con todo y haber realizado un curso de diseño en un prestigioso centro de la capital dominicana. Fui mediocre en la materia, carente de estética y creatividad, sin embargo, pocas veces en mi vida me he visto en la necesidad de diseñar brochures, y esas pocas me tocaron en 2008 y 2009, cuando aquellas chambas temporales en el gremio.  Después de ahí, nunca más.

Fueron en esos años 2008 y 2009 cuando EM y yo nos conocimos. Nos hicimos buenos amigos. A la par de la prosperidad económica que recientemente él estaba experimentando, gracias a unos buenos clientes que había conseguido y con los cuales ganó bastante dinero, aún seguía definiéndose como un comunista convencido. Admiraba a Joseph Stalin, antiguo líder soviético a quien consideraba como un gran referente político; también a Ho Chi Min, líder vietnamita; a Fidel Castro (Revolución cubana); Kim Il Sung (Corea del Norte) y Vladimir Lenin (Revolución rusa). Amén de esas añoranzas, más bien de la boca para afuera, ya su alma era otra, una tan ambiciosa por el dinero como la de cualquier “capitalista de derechas recalcitrante”, como él solía decir para expresarse de los “corruptos y sinvergüenzas” que habían “pervertido a este país”.

Sus sueños

Tras su victoria a favor del gremio veterinario este último tuvo que pagarle por sus honorarios. Se llegó a un acuerdo en el cual el sindicato le pagaría cuotas mensuales de aproximadamente 35 mil pesos por un lapso de tres o cuatro años. Estos pagos se hicieron efectivos una vez el gremio empezó a recibir las partidas presupuestarias mensuales por parte del Gobierno Central.

Por la cabeza de EM corrían sueños, buenos proyectos, entre ellos la apertura de un bufete jurídico “para buscarme lo mío, pero de manera limpia y honrada”. También, tenía contemplado comprarse una buena yipeta y remodelar su vivienda. La primera y la única de esas metas en obtener fue la yipeta, lo demás, quedó en vagas ilusiones.

LLoira

En el otoño de 2009 EM conoció a Lloira, la encargada de una prestigiosa óptica situada por el kilómetro 10 de la avenida Independencia, muy cerca de donde yo residía en aquel entonces. Fue una tarde en que se detuvo a realizarse un examen visual ya que tenía pensado comprarse unas nuevas gafas. Entabló una amigable conversación con aquella elegante mujer, blanca y rubia. Al final, le ofreció llevarla a su casa y aceptó.

Lloira tenía muchas amistades y pretendientes, entre ellos Gustavo, un jevito alto, mulato y bien fornido gracias a las pesas. Intentó varias veces conquistarla pero sin éxito alguno. Era evangélica desde hacía unos buenos años y aprovechaba los viernes y sábados para visitar la iglesia de una pareja de esposos cubanos que eran pastores. Conocí a aquel pastor, un tipo prácticamente de mi edad con quien, en una ocasión, tuve un debate filosófico en la peluquería de Juany, mi peluquero de tantos años. Recuerdo aquella discusión. Yo era un ateo más bien por moda que por convicción o razonamiento lógico. Trataba por todos los medios de negar la existencia de Dios basado en el cacareado argumento científico de la falta de evidencias. El pastor defendía su fe rebatiéndome con un argumento que, dentro de toda lógica, podía ser discutible y sustentable al considerar “que hay situaciones en que la falta de evidencias no necesariamente implica mentira”. Me puso como ejemplo la palabra sospecha, planteándome la siguiente pregunta: “¿Alguna vez usted no se ha visto en situaciones en que sospecha de algo o alguien, asegurando incluso tener la razón pero sin tener pruebas a manos?” Tuve que cederle el punto a favor. “A mí me ha pasado en innumerables ocasiones”, respondió el religioso. Me contó que, durante su adolescencia, había sido drogadicto y bisexual y la fe cristiana lo ayudó a dejar aquello atrás. “Las evidencias ayudan a resolver situaciones pero hay que tener cuidado, pues ha habido muchas verdades carentes de evidencias y no por eso dejan de ser verdades. Hasta la misma ciencia tiene sus márgenes de errores, aunque mínimos, pero en esos mínimos puedan llegar a presentarse casos de difíciles resoluciones”, argumentó.

Aunque sus explicaciones fueron mejores que las mías mantuve mi postura atea por unos cuantos años más, creo que tres o cuatro. Para finales de 2013 había vuelto a creer en la existencia de un ser supremo. De todos modos, aquello no impidió que nos hiciésemos buenos amigos a lo largo del 2010. Después de ese año, en que mudó su iglesia a otro sector, nunca más he sabido de él ni su esposa.

Para noviembre de 2009 me encontré con EM, de nuevo por los alrededores de la óptica donde laboraba Lloira. Acababa de visitarla. Una vez terminada su cita aprovechó para preguntarme por el precio de los alquileres de apartamentos en el Residencial José Contreras, condominio donde vivía junto a mi madre.  “Iván, tú no sabes la hembra que me estoy dando, pero ando buscando un apartamento que no me cobren más de 16 mil pesos mensuales por el alquiler”, me dejó saber lleno de entusiasmo el convencido marxista convertido a capitalista. Le prometí que le averiguaría pero no encontré un precio acorde a lo que buscaba. De todos modos, no tardó tanto en hallar un piso por un monto de 17 mil pesos mensuales pero en otra zona.

EM se sentía todo un ganador, le había demostrado “a esos comemierdas lambones y criminales que me torturaron en los 12 años de Balaguer que yo también tengo derecho a tirarme una buena hembra rubia y blanca”. Lloira era su gran trofeo, su dulce venganza, su amante rubia y blanca que ahora podía exhibir con orgullo. Siempre le mortificó que los políticos corruptos, “ratones e ineptos que no están mejores preparados que yo”, tuviesen mujeres blancas, bellas y rubias, de pelo lacio, mientras él no.  “A esos sinvergüenzas hay que demostrarles que yo soy mejor y tengo más nivel que ellos. ¡Ratas de mierdas, coño!”, descargaba toda su ira contra sus fantasmas del pasado.

Mientras gozaba de lo lindo con Lloira, a quien, no solo le pagaba el apartamento, sino también los servicios de agua, luz y celular; compras de supermercado, ropas de marca y tarjeta de crédito, descuidaba algunos aspectos importantes, entre ellos su hogar y el proyecto de abrir un bufete jurídico. Lloira, sin dudas le trajo satisfacción, pero también desgracias. Las cosas no andaban bien en el hogar de EM, su esposa se enteró de la infidelidad y le entabló una demanda de divorcio. No llegó a remodelar su casa ni abrir el bufete; sus hijos se pelearon con él. A medida que derrochaba el dinero con su amante, otros males devinieron, como el empeoramiento de su salud. Desarrolló en 2013 un severo cáncer que terminó postrándolo en una cama y llevándolo a la muerte en la primavera del 2014. Querido por muchos, odiado por otros, entre ellos varios familiares, así falleció. Mantuvo sus ideales ateos y comunistas hasta el final, sin ceder un ápice.

Lloira, quien lo había dejado a la hora de la enfermedad, ni siquiera se apersonó por la funeraria o el camposanto.  Es más, para el verano de 2014 en que me la encontré en un bus público, me había comentado de lo más calmada, que se había casado.

La vida del ser humano está llena de opciones y decisiones, cuan si fuesen un cúmulo de carreteras o interestatales, las cuales llevan, cada una, a un destino distinto. EM transitó las suyas y descartó otras. Tuvo la oportunidad de conducir por aquella que le hubiese llevado a la instalación de su bufete jurídico y a conseguir, de paso, más clientes y dinero. Pudo haber tomado la que lo llevaría a la remodelación de su casa y la estabilidad familiar, pero giró por la vía que lo condujo a Lloira, y de Lloira se empecinó. No hubo excusas, sus culpables del ayer Partido Reformista, torturadores, corruptos, ineptos y sinvergüenzas, nada tuvieron que ver con su descalabro final producto de resentimientos y no perdones, de sus pésimas decisiones cuando el destino comenzaba a sonreírle. Aquellos fantasmas del pasado, quedaron absueltos por inocencia en 2014; EM, condenado por sus errores capitales, comprensibles en la juventud, pero imperdonables en la adultez y madurez.