La cena estuvo deliciosa, lo mismo que el postre. Me pasé el resto de la noche malhumorado, tanto por la vergüenza ocurrida como por aquello que yo entendía como una injusticia: que el ganador del Extra no recibiera trofeo o diploma alguno, sabiendo de antemano lo difícil que es clasificarse en ese tipo de repechaje.
Por Iván Ottenwalder
A las 8 de la noche se dio inicio a la ceremonia de premiación y entrega de certificados del torneo. Se realizó en el mismo salón donde se habían disputado todas las partidas de la jornada mundialista. Se acondicionó para la ocasión de forma espléndida con grandes mesas para los comensales, decoradas con finos manteles blancos. Asimismo, en otra mesa, se colocaron sabrosos dulces y un gran pastel decorado con todas las banderas de los países participantes.
Antes de la entrega de los premios y diplomas un cantante, guitarra en manos, amenizó el ambiente, cantando temas paraguayos e internacionales. Terminada su actuación arrancó el acto de clausura. Carlos Romero junto al presidente de la FISE, Francisco Javier Guerrero, encabezaron este anhelado momento.
Los certificados fueron entregados de la siguiente manera: llamando en grupo de diez personas, comenzando desde el puesto número 88 hasta llegar al primero. A cada uno se le entregó su certificado de participación. También se hizo entrega de diplomas a los participantes de la Copa FISE, menos a los del Torneo Extraordinario.
Iván Ottenwalder (centro). |
La
argentina Carmen Meizoso fue la ganadora indiscutible de la FISE con un
total de nueve victorias y recibió su respectivo trofeo. El equipo
Felinos se llevó la Copa Amistad y un cheque valorado en 200 dólares. La
Copa de las Naciones correspondió para Venezuela que se llevó además
800 dólares. Luis Picciochi, de Argentina, se adueñó del Mundial de
Duplicadas y 800 dólares. Otra argentina, Gabriela Moscatelli, fue la
ganadora del premio a la mejor debutante y recibió trofeo. El español
Francis Maynard se adueñó del premio de la palabra de mayor puntaje,
JASPEEIS (230 puntos) y un trofeo. Del puesto diez al primero hubo entrega de premios monetarios: el décimo lugar, Luis Picciochi (100 dólares), el noveno, Alejandro Terenzani (150 dólares), el octavo, Airan Pérez (200 dólares), el séptimo, Jhoanna Ramones (300 dólares), el sexto, Jesús Ortega (400 dólares), el quinto, Juan Carlos Ayala (500 dólares), el cuarto, Daniel Ospina (600 dólares), el tercero, José González (800 dólares más trofeo), el segundo, Claudia Amaral (1,400 dólares más trofeo) y el primer lugar, la uruguaya Selene Delgado, 2,500 dólares más trofeo de monarca.
Vergüenza protocolar
Iván Ottenwalder (izq) y Carlos Romero. |
Durante
la entrega de certificados hubo un momento en que se hizo una pausa
para mencionar a los cuatro mejores puestos del Torneo Extraordinario,
incluyéndome a mí, ganador del mismo. En ese mismo instante en que se
menciona mi nombre me paré de mi asiento y, con aires de grandeza, me
dirigí al área de entrega de premios. Cuando arribo Francisco Javier
Guerrero, presidente de la FISE, me dice en voz baja “no debiste
pararte, esto fue solo una mención rápida, ya que para el ganador del
Extraordinario no hay trofeo ni diploma”. Sentí una vergüenza espantosa,
como nunca en mi vida. Y lo peor, delante de todos los presentes. Norma
Garza, tratando de arreglar mi error y apelando a su inteligencia, se
para de su asiento y pide que me realicen una foto junto a Carlos
Romero, presidente de Scrabble Paraguay. Acepté su iniciativa y me
fotografié junto a mi amigo. De todos modos, ya el tollo estaba hecho y
me sentía horriblemente mal por eso. No pude estar feliz nuevamente. Mi
carácter se tornó silencioso y no tenía la más mínima ganas de volver
hablar. Cuando lo hacía era para quejarme.
Trofeos del torneo. |
La
cena estuvo deliciosa, lo mismo que el postre. Me pasé el resto de la
noche malhumorado, tanto por la vergüenza ocurrida como por aquello que
yo entendía como una injusticia: que el ganador del Extra no recibiera
trofeo o diploma alguno, sabiendo de antemano lo difícil que es
clasificarse en ese tipo de repechaje. Quería calmarme pero no podía. No
aguantaba que tantas y tantas malas coyunturas siguieran perjudicándome
el resto de mi vida, negándome un trofeíto o medallita en esta finita existencia. En eso pensaba en aquel momento. Al fin de cuentas,
una vez terminada la cena, solo me quedaba tranquilizarme y sentarme en
el lobby del hotel, a la espera del taxista. Ya había recogido la maleta en el cuarto de equipajes.
Mis estadísticas en el Mundial de Scrabble (no incluye el Extraordinario)
Puesto 69
10 victorias y 14 derrotas
Puntos por partidas: 437.75
Scrabbles por partida: 3.08
Palabra de mayor puntuación: ZOCARÍA, de 148 puntos
Hora de partir
A la una de la mañana un taxista amigo de Carlos Romero pasó a recogerme al hotel. Nos fuimos directo al Aeropuerto Silvio Pettirossi. Le pagué 100 mil guaraníes al llegar, precio acordado previamente. Me despedía de Asunción, de 7 maravillosos días, de La Hamaca Paraguaya, del Gran Paraná, del Mundial, de todo lo vivido en esa maravillosa ciudad.
El vuelo despegó como a las 6:30 de la mañana con rumbo a Panamá. Allí, en el Aeropuerto de Tocumen, abordaría otra nave que me trasladaría de regreso a Santo Domingo.
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