martes, 21 de enero de 2020

Amigdalectomía en tiempos de huelga (parte 37)

Aunque la solución o detonación del problema no se avizore por el momento, cierto es que he tenido muchos días de calma en mi lugar de trabajo en que, prácticamente, no he tenido que agarrar el pañuelo. Sin dudas, que esto ha sido menos preocupación para mí y para mis compañeros de labor.


Por Iván Ottenwalder



En lo que a mi caso concierne julio y agosto de 2019 pasaron sin penas ni glorias. Mis molestias, escozor y pinchazo constante en el paladar superior derecho, no cedieron ni un ápice ...como tampoco en los meses posteriores. Sin embargo, septiembre me trajo algo de paz.



Las dos primeras semanas de septiembre las vacacioné en La Habana, capital de Cuba. Asombrosamente, valga decir, mis secreciones nasales se redujeron al mínimo, pero no así la comezón y pinchazo en el paladar. No sé si haber dormido con aire acondicionado todas las noches que duré hospedado en la pensión de Barbarita, influyó en algo. Lo cierto es que, extraño o no, tuve un gran alivio y prácticamente no me vi en la necesidad de usar el pañuelo para sacudirme.



Cuando regresé a Santo Domingo la mejoría seguía su curso, sin embargo, a partir del 22 de septiembre, las necias secreciones volvieron con fuerza. Hubo semanas horribles (secreciones y molestias del paladar incluidas), pero también las hubo de aparente calma. En esos vaivenes me las pasé el resto del año.



Algo que sí me mantuvo menos ansioso fueron mis cortos amoríos con Yajaira (finales de septiembre a finales de diciembre de 2019), una mujer de 35 años, muy delgada y muy atractiva con la que pasé unos momentos maravillosos los cuales nunca olvidaré mientras vida tenga. Más bien se trataron de lindos momentos sentimentales, besitos y abrazos incluidos, aunque no llegamos a realizar el amor ...pero ya esto es un tema que amerita un capítulo aparte.



Para la fea hinchazón y molestia del paladar superior derecho he venido tomando calmantes y antiinflamatorios que nada hacen. No he querido visitar médicos estúpidos que NUNCA le prestan atención al asunto, que solo me ven como un número frío o como un paciente del montón. Solo estoy apostado al tiempo, a que ocurra lo que tenga que ocurrir. Pero eso sí, si por H o por R llegase a resolverse mi problema, no me quedaré callado. Este blog hablará y denunciará con nombres y apellidos a los médicos que no me creyeron, que me trataron como un paranoico y que fueron INCAPACES de resolver el asunto. Me importará una mierda que me caiga encima alguna que otra demanda económica, pues, al fin de cuentas, no soy millonario y los millones, no los tendrán. Hundir el buque, con todo y tripulación, no es problema para mí.



Aunque la solución o detonación del problema no se avizore por el momento, cierto es que he tenido muchos días de calma en mi lugar de trabajo en que, prácticamente, no he tenido que agarrar el pañuelo. Sin dudas que esto ha sido menos preocupación para mí y para mis compañeros de labor. Otros días sí que han sido horrorosos. Antes, en 2016, 2017 y 2018, todo era pésimo; ahora, los días buenos van y vienen.



Sin embargo, estas aparentes mejorías no las veo como un aliciente para el conformismo. Aún deseo que la cabrona molestia del paladar, con todos los síntomas ya antes descritos, lleguen a su fin. En caso contrario, esta historia






Continuará...

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