Reflexioné
toda la noche sobre la partida botada en el basurero, aquella que
Enma se llevó con un inexistente TOQUEEN al final. De haber
protestado dicho vocablo la Morris jamás hubiese ganado y, mi récord
en aquella maratónica jornada, hubiese sido 7 y 4 y no el ajustado
6 -5 con el que terminé. Pero lo hecho ya estaba hecho y no había
nada que lamentar.
Por
Iván Ottenwalder
El
martes 10 de septiembre me levantaría temprano, tomaría mi ducha,
me
cepillaría los dientes
y vestiría mi atuendo informal. Comería un yogurt, tomaría
un
vaso de jugo, luego me dirigiría a algún cafetín y picaría algo
más, ya
fuese un emparedado de queso con dulce de guayaba y un cortadito
bien
calientito. La señora rubia, la
dueña del negocio, ya me conocía, pues, en poco tiempo, me había
hecho su cliente.
Primera partida ante Charlie Castillo. |
Para
ser honesto, y creo que casi siempre lo he sido, el estilo habanero
me gusta. Me fascina su cocina, en gran medida, su gente; sus
escritores ...al menos los pocos que he leído; su cine y, sobre
todo, su scrabble. Este
último ha sido la razón principal de mis tres viajes a la capital
cubana. Gracias a las palabras cruzadas he podido construir una
valiosa cantidad de amigos, todos imperecederos, pues nunca morirán
en mi corazón.
Durante
la mañana aproveché para conectarme a internet desde el parque de
Copelia. Me comuniqué con Odalys a quien le pregunté si podía
pasar por casa de Rolando en horas de la tarde. Me dijo que Rolando
estaría en alguna diligencia y que era imposible. Entonces decidí
que me era conveniente volver a casa de Enma, pero ya después de las
siete de la tarde.
Aquella
mañana compré un libro de la autoría de Daniel Chavarría titulado
JOY
en 75 CUP, o sea, en moneda nacional. En la divisa de turistas
costaba 3 CUC. A
eso de la una almorcé en una pizzería local de El Vedado, luego fui
por mi postre: una ensalada de helado (cinco bolas) en Copelia.
Regresé a la pensión a dormir como por tres horas. A la cinco comí
un plato fuerte en un restaurante español cercano. De nuevo regresé
a la pensión, recogí mi mochila y le dije al hijo de Barbarita que
regresaría bien tarde, ya que iría donde Enma a jugar scrabble. “Se
lo dice a tu mamá”, le pido; “si está bien, no hay problemas”,
me responde.
Victoria frente a Alejandro Benítez. |
Me
dirijo
a la parada de vehículos y espero
como 40 minutos hasta
conseguir una máquina que me llevara a Playa. Una vez en casa de
Enma me encuentro con una persona que hasta el momento me era
desconocida. Se trataba de
Charlie
Castillo
quien, desde temprano en la mañana, se hallaba jugando partidas de
fogueo frente a la dueña de casa. Castillo
tenía pocos meses como jugador activo del Grupo Promotor de Scrabble
Cubano.
Pocos
minutos después de mi llegada hace
presencia Alejandro Benítez, otro
miembro de la gran familia escrablera cubana. Enma
nos prepara café, pues ya me conoce bien y sabe que soy cafeinómano.
También
nos preparó unas
maripositas chinas para degustarlas mojándolas en una salsa
especial. A juicio de mi paladar, estaban deliciosas. Al
poquito rato nos alistamos para jugar. El campo de batalla estaba
listo.
Segunda victoria ante Charlie Castillo. |
Mi
primer oponente fue el nuevo amigo, Charlie Castillo. Le vencí, pero
me dio una digna demostración de buen juego. Al inicio se vio
liderando con anotaciones de 69-66, 83-78, 161-142 y 241-240, pero no
pudo resistir mi embestida. La felicidad le duró poco. El desafío
terminó 527-457 a mi favor. Sus mejores aciertos fueron tres bonus
(LIMANDO de 69, ACOGÍAS de 78 y LEÑADOR de 73) y varios vocablos
cortos de mucho puntaje: OX (52), ZAS (36), AJ (41). De
mi lado hubo cinco bonificaciones: SORBIERE (72), SAETEES (64),
ENCIMÉIS (98), DESAPOYO (89) y ACUITARE (64). Mi única corta
mortífera fue CHA (37). “Felicitaciones, me has dado muy buena
batalla, no la esperaba”, le dije a mi adversario.
En
el segundo match
el
vapuleado fui yo (558-392). Esta vez, cortesía de la dueña de casa,
Enma Morris. La
ganadora me colgó cuatro scrabbles: CHULEASTE (63), OTORGASE (63),
LUIRAIS (67) y CAMPANEA (101). HOCES (36), LLENAD (36), JEFA (67) y
EX (41) fueron sus cortas asesinas. En cambio, yo, tuve como
bonificaciones LACEASTE (70), ANONADE (64) y BRONCEAS (88). Mis
pequeñas valiosas CHORRO (31) y ÑÚS (30).
Mi
próximo desafío fue ante Alejandro Benítez, un jugador conocido,
pero con quien aún no me había enfrentado. Le batí de principio a
fin con score
de
493-280. DOLIERAN (63), ATORADOS (68), ALUCINO (74) y MONTADA (76)
fueron mis cuatro bingos, mientras que FASE (44), JUDOS (42) y
CHIRRIÉ (30) mis cortas de mayor valor. Por mi rival solo destacaron
ZINC (30), PACTO (36), RAMPAS (38) y XI (36) como lo mejor de su
repertorio.
El
próximo
zurrado fue Charlie Castillo a quien vencí con holgada anotación de
539-290. DESANDE (68), ENGOLAN (70), ALEONES (62) y RASTRILLO (98)
fueron mis cuatro bonificaciones mientras que ERRO (30) y SEXA (32)
mis pequeñas mejor puntuadas. De parte del derrotado PÍLDORAS (70)
su único bonus mientras que JARRA (63) y SUPERO (37) sus cortas
letales.
Tercera victoria ante Castillo. |
Para
mi quinto desafío mordí el polvo de la derrota. Enma se ocupó de
que así
ocurriera al vencerme con amplio score
de
578-317. Ciertamente que frente a la anfitriona no hallaba fórmula
alguna de ganarle. Solo necesitó tres bonus: HOPARES (84), CABINAS
(75) y OXIGENARE (101) y
unos cuantos cortos asesinos como PEAJE ( 34) y DIEZME (42) y otros
también significativos como CHICS (28), OCURRE (28), HALLO (28) y
ÑOR (26).
De
mi parte solo colgué dos bonus: LASTRADO (80) y RONDADA (69)
mientras que mis cortas valiosas fueron SILGA (30), DE (24) y FO
(23).
El
reloj marcaba más de las 12 de la noche, un
nuevo día, miércoles 11 de septiembre, fecha en la que Charlie
y yo disputábamos la siguiente partida. Don
Hilario, custodio de la vivienda de Enma Morris se ocupaba de
preparar café cada vez que se agotaba el de la greca. “Sigan
jugando, muchacho, sigan jugando, voy a prepará el café”, solía
decir el buen señor, de gran confianza para la dueña de casa.
También se encargaba de traernos el agua de tomar.
Vencí
a Charlie por golpiza de 584- 328. Cuatro bonus en mi haber y estos
fueron ROSANDO (70), CONGUEES (78), CUMPLES (83) y SUBIERA (91). Mis
duras mortíferas CHOLEO (38), FAX (48), YINA (33) y VEZ (35). El
derrotado tuvo un solo bingo: METIDOS (71) y entre sus mejores cortas
destacaron AJ (37), GUERREAD (32), HELADO (33), LLE (43) y AHÍ (39).
Mi
nuevo amigo decidió que jugáramos otra y volví a batirle. En esta,
por score de 484-342. LECTORES (64), PEGADOR (78), PACTARON
(61), RETENÍAN (68) y DESLAZAD (104) fueron mis cinco scrabbles. Mi
oponente apenas bonificó una vez: HECHIZAN (70), pero me superó en
vocablos cortos de amplios puntajes, tales como JI (38), OÍS (34),
ECHAD (30) y UÑE (37), que de nada les sirvieron pues, como quiera
sucumbió.
Victoria inolvidable frente a Enma Morris en horas de la madrugada. |
A
eso de las tres de la madrugada me tocó enfrentar nuevamente a Enma.
Rápidamente salí adelante en mis primeros siete turnos (335-247)
gracias a cuatro buenas bonificaciones como MUTASES (74), GUSTADO
(74), RETASÉIS (77) y RONZARE (86). “Enma, esta la vas a perder”,
comentaba Charlie Castillo que observaba la partida. Pero Enma, una
gran guerrera, nunca se rendiría, todo lo contrario, le echaba más
empuje a su juego. Con vocablos cortos como HOCE (36),
AXIS (33), LLORARE (58), ERRAD (42) y un oportuno AMASADAS (81),
achicaba distancia y se metía en pelea (340-373). Luego
vino mi DECLINAD (78), que
me adelantó más en el marcador (451-340). Enma,
aún confiada en que podía arrebatarme el match,
cometió dos errores consecutivos, y fue esto lo que pudo detener su
embestida. Le cobré su primera pifia con JO
(58), que me acomodó en el marcador, 509-340. Luego,
creyó que BABANCO existía.
La colocó, le objeté y me llevé la razón. BABANCO, que ya la
tenía puesta en zona triplera de palabras, tuvo que quitarla por
inexistente. En verdad, ese vocablo existió antes, pero la Real
Academia de la Lengua lo abolió. El
rostro de Enma era un puro desaliento.
Lo que antes era válido, ahora resultaba no serlo. Suspiró hondo.
Era su oportunidad dorada de remontar, de
reducir distancia.
Todo le salió mal. Su segundo error fue castigado con
CHAN,
jugada
defensiva
y ofensiva,
de
34 tantos, en la misma hilera donde antes
ella
había
errado. Ahora las acciones se colocaban 543
a 340. De
nuevo se escuchaba la voz de Charlie Castillo, esta vez muy
reflexiva: “Enma, no está mal que a veces tú pierdas una. Dime
¿qué sentido tendría la vida o jugar scrabble para ti si siempre
ganaras?” El silencio respondió. Enma no dijo nada, ya
se sabía derrotada; yo, de risitas, pero calladito, completando
mis últimos
turnos. Me
llevé
la victoria,
566 contra
413.
Triunfo de Enma Morris con un TOQUEEN inexistente. |
Dominé
con
cinco scrabbles: MUTASES (74), GUSTADO (74), RETASÉIS (77), RONZARE
(86) y DECLINAD (78). Ella
solo logró uno con AMASADAS (81). Mis mejores cortas fueron JO (58)
y CHAN (34) y las de mi rival las ya mencionadas HOCE (36), AXIS
(33), LLORARE (58), ERRAD (42) y, a último momento, CABO (33).
Me
tocaba jugar con el retador Charlie, pero preferí descansar.
“Jueguen ustedes, voy a tomar un descanso que tengo mis neuronas
cansadas”, les dije a Enma y al nuevo amigo. Así
lo hicieron, disputaron un match
que
resultó ganancioso para la anfitriona y penoso para su débil
adversario.
Durmiendo
en la habitación y cama equivocada
Casi
a las cinco de la mañana decidí
irme a dormir. Entré al dormitorio del primer piso, me quité los
zapatos y me recosté en la cama, no sabiendo que aquella era la
habitación de Enma Morris. Estaba recostado en su propia cama, en la
misma donde ella duerme
todas las noches. Casi
media hora después la dueña entra a su habitación y se sorprende.
Exclama “¡pero bueno, y esto!” y
se ríe. “Enma,
yo pensé que esta habitación era
de
tu hija,
la que se fue de viaje. Por eso me recosté en esta cama. Lo siento y
discúlpame”, me
sinceré. Me contestó que no era nada y me invitó a subir a la
habitación del segundo piso. Tras
arreglarme una cama me dijo “siéntete como en tu casa”. Encendió
el aire acondicionado y se marchó. Yo
me eché a dormir para finalmente
despertar a la 1:30 de la tarde del
miércoles 11 de septiembre.
Últimas
tres partidas
A
eso
de las cuatro de la tarde Enma
y yo disputamos tres partidas consecutivas. La primera, digna para
nunca olvidar por la forma tan
asombrosa en
que terminó.
La
dueña de casa se vio adelante casi todo el trayecto, incluyendo la
recta final. Llegó a dominar con marcadores 129-77, 216-77, 249-168
y 328-305, gracias,
sobre todo, a BERREARE (71), AXÓN (46), LUNEARÍA (59), HUCHEAD (33)
y CAÍDO (35). ¿Qué
pasó entonces en el tramo final? Mi
capacidad de remontar salió a relucir. Enma
no esperaba que mi atril me CAUSASE 84 tantos y me pusiera en la
delantera, 389-328. Poco después me alejaría 438-332 por obra y
gracia de un VARÓN de 49 puntos. Ella, ni corta ni perezosa, se
acercó con OPTIMES (71), 403-438. LIÉ
9 puntitos y ella cambió letras. Conseguí 19 más con HA y me alejé
466-403. Entonces
llegaba su turno. Vio un hueco en el que cabía un bonus, el único
que había en el tablero. Se la jugó como pudo y le dio resultado.
Colocó TOQUEEN en reformación con UVA,
GALEAS, ERE y NO, jugada
que le dio 101. Antes de la sumatoria objeté
GALEAS, pero esta resultó ser válida. La que en verdad debí haber
objetado fue TOQUEEN y no lo hice. Esa sí que era inválida. De modo
que, la anfitriona, sumando también seis puntos de mi descuento, se
llevó la
victoria con pizarra de 510-460. Una partida que la boté por el
inodoro.
Por
la ganadora hubo cuatro bonificaciones: BERREARE (71), LUNEARÍA
(59), OPTIMES (71) y el inválido pero no objetado TOQUEEN (101). Sus
cortas letales fueron AXÓN (46), HUCHEAD (33) y CAÍDO (35). De mi
lado hubo tres bonus: CONTRAS (74), CURSABA (91) y CAUSASE (84). ÑOS
(35), BOYERO (45), DIJ (57) y VARÓN (49) mis vocablos cortos mejor
puntuados.
En
el siguiente desafío recibí soberana zurra por parte de la
anfitriona. El score quedó 592-372. DESOLLAD (86), ACUSADOS
(86), ZAPEARÍA (88) y LUCHADOS (78) fueron sus cuatro bingos. Los
míos CORONÁIS (83), CONTARES (78) y HELEABAS (72). Sus cortas
mayores DESOLLADORA (57), OJEE (36) y DEBITA (30). Las mías ANÓNIMA
(50) y YUTE (34).
Y,
finalmente, el último match también resultó en una
contundente victoria para Morris. 497 para ella y 347 para mí.
MESARA
(74), FREÍAMOS (78), ADOCENA (74), AGRADASE (62) y GRANICES (66)
destacaron como sus cinco bonus mientras que MUE (38) y LLAPE (39)
como sus mejores cortas. Mis scrabbles apenas fueron dos: SONRÍAN
(68) y COLACIÓN (62). Entre mis mejores cortas estuvieron MÍO (36),
JET (37) y DODO (35).
Ya
el reloj marcaba más de las nueve de la noche, tiempo que aproveché
para regresarme a la pensión. Caminé hasta las vías 3ra
y 62 sin
ningún tipo de temor, pues, es bien sabido, que la Habana es una
ciudad con muy bajos índices de delincuencia. Abordé una máquina,
pagando solo un CUC hasta El Vedado y,
finalmente, me deposité en mi destino, la habitación rentada en
casa de Barbarita.
Reflexioné
toda la noche sobre la partida botada en el basurero, aquella que
Enma se llevó con un inexistente TOQUEEN al final. De haber
protestado dicho vocablo la Morris jamás hubiese ganado y, mi récord
en aquella maratónica jornada, hubiese sido 7 y 4 y no el ajustado
6 -5 con el que terminé. Pero lo hecho ya estaba hecho y no había
nada que lamentar.
ESTADÍSTICAS,
10 y 11 de
septiembre 2019
Ganadas
6, perdidas 5
Contra
Enma Morris: 1-5
Contra
Charlie Castillo:
4-0
Contra
Alejandro
Benítez:
1-0
Promedio
de puntos por partida: 461.90
Promedio
de scrabbles por partida: 3.63
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