viernes, 28 de junio de 2013

La memoria del buque María Herrera debe ser honrada



Sus tripulantes cubanos enseñaron a jugar béisbol a los dominicanos.

Por Iván Ottenwalder


Para la mayoría de los historiadores deportivos residentes en la República Dominicana, el origen del béisbol dominicano se remonta al año 1886, traído por los tripulantes cubanos del buque María Herrera.

Los primeros en sostener esta tesis fueron los venezolanos Juan Vené, Eleazar Díaz Rangel y Humberto Acosta, en su libro Un siglo de béisbol.

Según estos estudiosos, aquellos marinos cubanos, desembarcaron en el puerto de San Pedro de Macorís y pocos días después, el 25 de septiembre, en las proximidades de la playa de Pita, escenificaron un partido de béisbol, ante las curiosas miradas de los pobladores del lugar.

Al final de aquel encuentro los jugadores regalaron sus guantes, bates y pelotas a los impresionados espectadores.

Se trataba de un deporte nuevo, desconocido, no solo en San Pedro de Macorís, sino en todo el país. Aquel acontecimiento, sin dudas, sentó la base de lo que sería, posteriormente, el béisbol en nuestro territorio.

El próximo 25 de septiembre se cumplirán 127 años de aquel memorable hecho y me llama sorprendentemente la atención de que en la República Dominicana no haya un estadio, una avenida, una calle, un sector o un centro comercial que lleve el nombre de María Herrera que, como señalé al inicio, fue el nombre del barco en que vinieron los marinos cubanos que nos enseñaron a jugar el deporte del bate y la pelota.

A mi juicio esto es una injusticia histórica y otra prueba fehaciente de que los dominicanos, incluyendo a sus intelectuales, olvidan su propio pasado.

No voy a pedir que le cambien el nombre al Estadio Tetelo Vargas, de San Pedro de Macorís, ya que Juan Esteban Vargas Marcano (Tetelo) fue una súper estrella del béisbol y merece todo su reconocimiento. Sugiero que, por dignidad y agradecimiento, bauticen una calle, avenida, escuela, urbanización o plaza comercial de esta provincia con el nombre de María Herrera.

Insto a los historiadores deportivos dominicanos, a los representantes de la Cámara de Diputados y el Senado a tomar en cuenta el valor histórico que representó el buque María Herrera para este país. Que les gravite en sus mentes que esta no fue una embarcación cualquiera, sino el vehículo que trajo la semilla del béisbol a nuestra nación.

sábado, 22 de junio de 2013

Águilas Cibaeñas, campeones 1986-87

Derrotaron a las Estrellas Orientales en cinco juegos (4-1)

Por  Iván Ottenwalder

Imágenes de la celebración de las Águilas Cibaeñas, ganadores de la serie final temporada 1986-87.



















Fanáticos de las Águilas vitorean a sus jugadores.
















































Jugadores de las Águilas levantan trofeo de campeón.

































La frustración se apoderó de los integrantes de las Estrellas.
















Jugadores de las Estrellas impotentes ante la adversidad.
















Los Orientales recibieron el trofeo de subcampeón.




















FUENTE: Periódico ÚLTIMA HORA, 27 de enero de 1987. Fotos de Claudio Hanley y Héctor Trinidad.

jueves, 20 de junio de 2013

Fotos históricas Toros del Este y Caimanes del Sur

Por Iván Ottenwalder

FUENTE: Periódico ÚLTIMA HORA de los años 1985 y 1993.


Partido de la semifinal entre los Tigres del Licey  y Caimanes del Sur, en San  Cristóbal (temporada 1983-84).

Toros de Este y Caimanes del Sur en un momento de acción en 1985.

Primera victoria de los Toros del Este en un juego de serie final. Esto ocurrió el 25 de enero de 1985 en el Estadio Francisco Micheli, de La Romana. Los Toros ganaron 6 - 0, con victoria para Marty Clary.


Fanáticos de los Toros del Este en un juego de la final de 1992-93 ante las Águilas del Cibao.

Arroyo Hondo, campeón baloncesto distrital 1983

Derrotaron a Naco en el séptimo juego de la final.

Por Iván Ottenwalder

Imágenes emocionantes de la final de baloncesto del Distrito Nacional de 1983, disputada entre los conjuntos Arroyo Hondo y Naco.


































































FUENTE: Periódico El Nacional, julio de 1983.

miércoles, 19 de junio de 2013

Aguilas Cibaeñas, campeones temporada 1974-75



Por Iván Ottenwalder

La final de la temporada 1974-75, disputada entre las Estrellas Orientales y las Águilas Cibaeñas, fue llamada por los periodistas de aquel tiempo como la serie final del campo. Esto así, por ser estos dos conjuntos del interior quienes disputaron el cetro de campeón, mientras que, los de Santo Domingo, Licey y Escogido, se quedaron fuera del escenario finalista. A continuación las imágenes de ese playoff final ganado por las Águilas Cibaeñas.











































































 George foster jonroneó por las Estrellas Orientales.












































Kevin Kobel, pitcher ganador.























FUENTE: Periódico ÚLTIMA HORA, 27 enero de 1975.

viernes, 14 de junio de 2013

¡Bien Paraguay! Así se difunde el scrabble


Por Iván Ottenwalder



Torneo Austral
Hace aproximadamente tres años el scrabble era un juego prácticamente desconocido en Paraguay. Natalia Cabarcos, quien es hoy una de las principales promotoras de este pasatiempo en su país, apenas lo jugaba por Internet, en el portal www.redeletras.com.


A través de ese sitio online pudo contactar a Andreu Pont, nacional paraguayo, quien jugaba scrabble de manera presencial en España. Ellos aunaron la fuerza y lograron hacer del scrabble una realidad en el Paraguay.


Todo comenzó en octubre del 2010. En ese año se llevó a cabo el primer campeonato nacional de scrabble en Paraguay, en el Centro Cultural El Lector.



El Lector se ha mantenido, hasta la fecha, como el lugar principal donde se reúnen los escrableros de Asunción. Posteriormente, en Pedro Juan Caballero, fue abierto otro.



I Campeonato Escolar
Recientemente, Natalia Cabarcos y Carlos Romero, dirigentes y jugadores del scrabble en Paraguay, visitaron al secretario de Deportes, Marcelo Bedoya, para mostrarle y explicarle acerca del juego. El objetivo de la visita: que el scrabble sea reconocido como una Asociación o Federación por parte de la Secretaría Nacional de Deportes. Para conseguirlo, Paraguay necesitará tener, al menos, cinco clubes de scrabble.



Los pasos se han dado correctamente. La creatividad de los directivos del scrabble, también reflejada en la actitud de gente decidida y doliente, como Natalia Cabarcos, ha despertado un boom en los asunceños por este maravilloso deporte gramatical.



El 2013 trajo avances para el scrabble paraguayo. Se pueden citar los más trascendentales.
  • La integración de los niños al scrabble, mediante la creación de la Liga Infantil y la celebración del primer campeonato escolar, llevado a cabo en el patio de comidas del Supermercado El Pueblo, en la localidad de Lambaré. Los niños se reúnen allí para jugar los sábados en la mañana.
  • La celebración del Torneo Austral, en Asunción. Este evento fue todo un éxito, gracias a la logística y la masiva concurrencia de jugadores de otras naciones.

En agenda se tiene proyectado llevar el juego a más escuelas y colegios. Esto servirá para que los estudiantes, jugando en forma didáctica y divertida, puedan aprender mejor el idioma.



Otro objetivo que se busca, es la creación de clubes de scrabble en las universidades. Se tiene como proyección iniciar con dos y luego expandir la cantidad, para que en el futuro, cada universidad tenga su propio club.



También  se ha contemplado la posibilidad de solicitarle a la empresa Mattel, crear una versión de scrabble en el idioma guaraní, ya que esta es una lengua muy hablada en Paraguay.



Natalia Cabarcos
Ahora, no quiero rallar en lo subjetivo o emocional, pero confieso, estoy maravillado por todo el progreso alcanzado por el scrabble paraguayo. Si fuese el mejor jugador del mundo y tuviese que representar a un país, y hacerlo campeón, elegiría a  Paraguay. Obvio, jugando en español, no en guaraní.



Las iniciativas son hijas del desarrollo y la modernidad  y, en materia de scrabble, Paraguay no se queda corta. Apuesto al éxito del scrabble paraguayo.

domingo, 28 de abril de 2013

La mística ganadora, complemento de la estrategia en scrabble


Por Iván Ottenwalder


Se ha dicho que el juego del scrabble es una combinación de conocimiento de vocabulario, suerte y estrategia y que todo jugador que posea, sobre todo, la primera y tercera condición, estará listo para triunfar y ser reconocido entre los mejores.



De manera simple parece una verdad absoluta. Un amplio repertorio de vocabulario y una capacidad estratégica precisa a la hora de hacer las jugadas, cambiar fichas y en alguna inusual ocasión pasar en un turno con un buen atril de letras, son armas de guerra a favor de un escrablero definido como talentoso y de gran nivel.



Aunque, no dejo de hacerme la siguiente pregunta: ¿son estas premisas anteriormente mencionadas las que avalarán a un jugador como campeón? Mi respuesta es un NO rotundo.



Además de poseer una buena estrategia y un conocimiento de palabras rebuscadas, prefiero apostar al escrablero con espíritu de batalla, aquel que nunca se rinde y que domina todo tipo de presión, sobre todo en los momentos que la partida se pone difícil en la recta final.



La mística ganadora, esa intangible, imposible de ser reflejada por la estadística, es la que determina, a mi juicio, qué jugador tiene el bagaje o talante para estar entre el círculo de los mejores y ser un gran campeón.



Puedo citar unos cuantos nombres como Benjamín Olaizola, Airán Pérez, Luis Picciochi, Claudia Amaral, Carlos García y Diego González, todos campeones mundiales en años anteriores y, temporada tras temporada, ubicados entre los mejores del ranking mundial y en sus respectivos países.



Esa fe ciega de creerse el mejor, que todo lo puede, que todo lo tiene bajo control es vital para triunfar en la vida y, por supuesto, para ganar títulos en scrabble o cualquier disciplina deportiva o de la mente.



Finalmente, sostengo, que el scrabble es una combinación de 33% conocimiento de vocabulario, 33% estrategia, 33% factor suerte y un uno por cierto de intangible, o mística ganadora, que nunca la vemos, pero que está ahí, siempre presente entre los grandes que marcan la historia.