martes, 8 de octubre de 2019

De vuelta a La Habana. Por el scrabble, TODO (capítulo 4)

Durante la mañana del 5 de septiembre salí a desayunar a un cafetín de la calle J. Luego enrumbé al parque de Copelia donde me conecté a Internet para mandar unos mensajes de texto y voz. Saludé a Enma por el chateo de Facebook y le dije que en pocos minutos tomaría un vehículo hacia Playa.

Por Iván Ottenwalder  

Enma Morris (izq), Ana Paola (atrás) e Iván Ottenwalder.
La noche anterior me había ido a la cama con el orgullo del deber cumplido. La promesa de que ganaría más del 50% de mis partidas frente a mis rivales cubanos, por el momento, se estaba cumpliendo. El récord de 9-3 durante las dos primeras jornadas en casa de Rolando era equivalente a un 75% de los matches ganados. Razones sobradas las tenía para sentirme satisfecho. Aires de grandeza afloraban en mi mente. Pero… aún quedaba mucho trecho. 

Durante la mañana del 5 de septiembre salí a desayunar a un cafetín de la calle J. Luego enrumbé al parque de Copelia donde me conecté a Internet para mandar unos mensajes de texto y voz. Saludé a Enma por el chateo de Facebook y le dije que en pocos minutos tomaría un vehículo hacia Playa, pero antes, me dirigí a otro cafetín y tomé par de batidos.  

Derrota frente a Enma.
Finalmente abordé un almendrón hacia 3ra y 62. Una vez allí, tuve que caminar muchas cuadras y doblar en otra para arribar a la vivienda de la anfitriona. Al llegar me recibió Mole, un precioso bulldog francés, con muchos ladridos y brincos. El can era todo una monada y siempre andaba pidiendo caricias en la cabeza. ¿Cómo lo hacía? Pues, se valía de una de sus patitas con la cual arañaba la pierna a los invitados, indicándoles de esa forma que deseaba que le acariciaran su cabecita. La anfitriona me brindó café, conversamos un ratito en lo que llegaba Arturo Alonso para unirse a la jornada de juego. Conocí a una de las hijas de Enma, la cual se iría a España dentro de pocos días a estudiar una especialidad. Al poco rato llegó Arturo y seguimos platicando un tiempito más hasta que por fin dimos inicio a la primera partida. Enma y yo nos enfrentaríamos por primera vez en la vida.  


Revés frente a Arturo.
Ese match fue una victoria de principio a fin para mi oponente, aunque, es justo reconocer, que la diferencia de puntaje casi siempre se mantuvo corta: 179-168, 272-262, 330-324, 385-346, 457-404 y, 495-409, como finalmente quedó el score. Para ser honesto, tanto mi rival y yo mantuvimos un estilo de juego muy a la defensiva, tratando de no abrir muchos huecos que pudieran servir de contragolpe a uno u otro.  

Enma, la ganadora, solo metió dos bonus (ORINECE y ADEUDABA, ambos de 74 puntos); yo, tres: LACEADA (67), TROPIEZA (88) y DUCADOS (86). En vocablos cortos de mucho valor la dueña de casa me martilló con BAÑE (60), VIRAD (33) y JEAS (46). 
 
De izquierda a derecha la gata, Mole, Enma, Iván y Arturo ocupando sus asientos.
Otro fracaso ante Enma.
Mi segundo adversario fue Arturo Alonso. Éste se vio al frente casi todo el trayecto y, gracias a jugadas como, ZENES (48), EFE (32), ASONARA (71) y RAPADOS (72), llegó a sacarme una diferencia de 108 tantos, comandando así 284-176. Pero, nada estaba liquidado aún. PINALES (81) y OMITIDO (70) me acercaron peligrosamente turnos más tarde (327-344). Un EX (56) lo alejó de nuevo, 400-327, pero mi OJERA de 57 me puso de nuevo en la pizarra (384-400). Ya en la recta final me tendió un anzuelo, jugando BOYE (09), muy cercano a la zona triplera superior derecha de palabra. Fui torpe, lo admito, al jugar COGE (14), abajo inferior derecha, cuando bien pude haberle cerrado próximo a su jugada. Es cierto que tomé la delantera, 411-409, pero pagué un precio bien caro. Su última jugada fue un precioso GESTASE de 80 que terminó de paso reformando BOYE en ABOYE. Sumó diez puntos por las letras de mi atril y se llevó la victoria 499-401. 

A mi juicio, esta partida la eché por el inodoro. No estoy asegurando que con una jugada defensiva lo derrotase, pero al menos no me hubiese colgado el bingo. Mi deber era cerrarle la posibilidad de bonus y, después, jugármela a lo que fuese oportuno.  

Victoria frente a Arturo.
Para mi tercer enfrentamiento me tocó Enma. Rápidamente arrancó con su ataque demoledor. ENCAJEIS (71), HEREJE (32), ENSAYAN (68), DERRAMO (32), RETUESTO (77), BAH (36), LLE (32), QUELOIDE (86) y OX (31) fueron suficientes para negarme cualquier esperanza que albergase. El score final favoreció a la anfitriona, 471-411. Mis mejores jugadas fueron CHINEADAS (89), BOGA (32), UZO (30), FUROR (35), ÑU (36), MERCASEN (65) y un SOLIDARAN (70) al final que para nada sirvió, pues, igual perdí la batalla.  

Cometí dos errores en el encuentro.  

Ya eran más de la una de la tarde, hicimos un receso y nos pusimos a almorzar. Luego nos sentamos los tres, Arturo, Enma y yo, a reposar en el patio. Tomamos café y platicamos por cerca de una hora. Solo jugaríamos hasta las cinco, pues, a partir de esa hora, iríamos a ver el show de Ray Fernández, artista de quien Enma me había hablado en numerosas ocasiones.  

Volvimos a la contienda luego del reposo. Otra vez me enfrentaría contra Enma. ¿El resultado? Victoria suya por un contundente 555-398. PITASTE (75), CEGASEIS (80), CHUPASTE (82) y HULARÍAS (62) fueron sus cuatro bonus; VOTAN (32), AÑEJE (38), MELLA (39) y CERDAS (37) sus cortas demoledoras. 


Cometí tres errores en ese desafío.  

Mi siguiente rival fue Arturo Alonso y... ¡Por fin pude derrotarle! 


Tres scrabbles consecutivos (ANEGASE de 79, MORREARON de 84 y GRUESOS de 75) unidos a par de cortas asesinas (ZA de 41 y VACÍA de 38) y una férrea defensa fueron suficientes para alzarme con la victoria. La anotación quedó 470-413. 

Mi última partida de la jornada fue ante Miguel Stevens, quien se había integrado minutos antes. Me derrotó 470-369. Logré tres bonificaciones, contra dos suyas. Las mías fueron MONEARE (74), LOSABAS (88) y RONDADOR (65) frente a dos suyas: MUÑERES (96) y SONOCHEIS (64). Sin embargo, el ídolo de la lisa me castigó con pequeños vocablos de muchos puntajes, tales como ZADE (65), VOLCÓ (30), LLEGAIS (48) y JET (34). Solo llegué a verme arriba en una ocasión, 267-242, después de ahí mi rival siempre mantuvo el mando, aunque por poco margen, mientras yo luchaba a puro pulmón por remontar, cosa que no conseguí. Entonces vino el puntillazo mortal de Stevens, cuando me sacó de competencia con LLEGAIS (48) y JET (34). 

Definitivamente mi saldo final durante aquella jornada fue negativo, una victoria y cinco reveses. Aquel maravilloso 9-3 de los dos días anteriores ahora se convertiría en un 10-8.  

Terminada la contienda escrablera nos dirigimos Enma, Arturo, su novia Marta y yo, al Piano Bar El Tun Tun, lugar donde cada jueves Ray Fernández realiza su show estelar.  

ESTADÍSTICAS 5 de septiembre 2019 
Ganadas 1, perdidas 5 
Contra Enma: 0-3 
Contra Arturo: 1-1 
Contra Miguel Stevens: 0-1 
Promedio de puntos por partida: 409.66 
Promedio de scrabbles por partida: 2.66

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