domingo, 24 de agosto de 2025

De vuelta en el scrabble. El episodio New York (4)

Por Iván Ottenwalder

Dormí plácido toda la noche y desperté alrededor de las seis de la mañana del sábado 14 de junio.

Me duché y vestí para prepararme a bajar al Over the Moon a tomar mi desayuno. Pedí un yogurt griego, una medialuna y un vaso de leche descremada bien fría. Todo estaba muy apetitoso.

Poco después de las 7:00 ya estaba en la iglesia sede del torneo. Bajé al sótano, donde estaba el famoso e histórico salón donde, el arquitecto Mosher Butts, había inventado el scrabble. Era muy espacioso y bien grande. Allí, me encontré con algunos de los organizadores y ayudé en la colocación de algunas sillas y mesas.

El refrigerio estaba colocado a lo horizontal de una mesa bien larga. Café, bizcochitos, leche, agua, gaseosas, manzanas entre otras delicias. Todo muy bien ordenadito.
Foto grupal con algunos jugadores

Poco después de las 8:00 am, la señora Leslie Ellman, presidenta del Grupo de Embellecimiento de la Comunidad de Jackson Heights (en inglés The Jackson Heights Beautification Group) pronunció unas cálidas y solidarias palabras dirigida a todos los integrantes del torneo histórico de scrabble en español, que se celebraba en la United Community Methodist Church, del barrio de Jackson Heights en Queens.

Fue un momento muy significativo para nosotros como jugadores de scrabble en español por dos razones: por ser un torneo disputado – en su segunda fecha – en uno de los salones principales de esa iglesia metodista donde, Alfred Mosher Butts dedicó gran parte de su tiempo en inventar el scrabble y, dos por el apoyo solidario y deferencia, con la que nos trató la comunidad cristiana de ese centro religioso. Y, más tratándose de la presidenta del grupo de vecinos de Jackson Heights y allegada a esa iglesia metodista. Ella, en nombre de la Comunidad de la Iglesia nos regaló varias cajas de pizza, ensaladas balsámicas y refrescos, que nos llegaron cerca de las 12:30 del mediodía. Norma Garza también pronunció unas palabras, estas de agradecimiento hacia Leslie Ellman por su valioso apoyo a todos los miembros y jugadores de USA Léxico, es decir el Club de Scrabble en Español de Texas. En sí, fue un “gracias” por haber hecho posible, y canalizado todos sus esfuerzos para que, nuestro torneo histórico, resultase en una realidad.

Terminado aquello, nos retratamos – todo el grupo –, con Leslie (la cual estuvo acompañada de sus hijos aunque, estos no figuraron en la foto).

En la hora de almuerzo
Pocos minutos después de terminada aquella fotografía arrancó la ronda número seis. Y mi rival, resultó ser, la mexicana Josefina Alcocer. Me dominó de forma convincente por 524 – 325. Cuatro scrabbles bien letales (TUPIRÉ de 72, AJORASE de 85, ESTOQUE de 66 y CORRIERAN de 95). Y mucho mérito a sus pequeñas gigantes (CALLAN de 28, HILAS de 35, DIEZ de 42 y CESO DE 29). En mi caso también tuve unas buenas pequeñas de mucho valor aunque, de poco sirvieron: FALLO, de 33; ZUECO de 52 y PAÑOS de 44. Sí hubo un momento determinante de la partida en que pude haber cambiado letras pero, no lo hice. Todavía el juego iba joven y yo perdiendo 241 a 171 con un atril con varias N. Son esos los momentos en que se puede apostar al cambio estratégico partiendo de que, el match aún se puede salvar. Nada que lamentar ahora que escribo estas líneas, debí haberlo hecho en el momento real de ese desafío. Mi adversaria se llevó el triunfo porque, simplemente jugó mucho mejor.

En el descanso de 20 minutos reflexioné sobre ello. Apliqué mi monólogo. Me pregunté si sería capaz de ganar las últimas cuatro rondas, o sea partidas. Me lo propuse. Lo necesitaba con urgencia si quería al menos obtener una buena posición, el top – 5 añorado.

En el siguiente pareo me tocó Dulce Tejeira, la esposa de Héctor Klie, el presidente del Club de Scrabble en Español de Estados Unidos (USA Léxico).

Trofeos y medallas del torneo
Cuando arranqué a todo vapor con par de bonus consecutivos creí que mi despertar ya estaba en camino, soñé que sería posible la meta pero, mi adversaria también tuvo respuestas: tres bingos consecutivos: REFORMAS (74), DEBATÍS (97) y ACOJONÉ (87) que la pusieron al frente 258-186. Turnos posteriores y, tras buenas pequeñas de mucho valor (AHÍ de 28, TACHÉ de 31, MIAU de 34 y LAXAN de 33) me situaron al frente 312 contra 287. Ella, tenía lo suyo preparado, sus CÁRCELES (74) con la cual, se fue arriba (361-312). Vino entonces mi desquite: APILONAS de 68, que no existe pero mi oponente no la objetó. Tomé la delantera (380-361). Contestó con un contundente (ARRUGA) no de bonificación pero si válido para irse al frente (424-380). Yo cambié. Ella me ODIÓ (21) y me complicó las cosas (474-380). GUIÉ me dio poca cosa (06). Su DEBED le otorgó más (29). Al final asusté con VEZÓ (78), que me acercó peligrosamente (464-474) pero ella, culminó con TULLA de 22 y puso fin al partido. Victoria dulce para Dulce por 500-460.

Terminada la ronda número 7 aprovechamos para el almuerzo. Las pizzas ya estaban listas. También las ensaladas y los refrescos.

En plena actividad de juego
Hicimos reposo por hora y media para retornar luego a la ronda 8. Mi rival, Norma Garza, mexicana radicada en Tejas, EUA.

Al principio el match resultó bien reñido, teniendo yo ventaja hasta los primeros nueve turnos. Estuve arriba 268-225. Por muy poca cosa, cierto.

Uno de los desaciertos que sí cometí, y valga reconocerlo, fue haber agotado todas las úes, las cinco que me cayeron, bien rápido, sin tomar en cuenta de que la Q, no había salido todavía. Al final, esa fue la letra, la terrible Q que me tocó de la bolsa.

Pero, en verdad, el punto de quiebre fue SORDINA, una jugada de Norma que le valió 84 tantos y la puso en delantera (309-268) para jamás perder la ventaja. Aunque, siempre pisándole los talones, no pude retornar a la cima.

La Q, como expliqué antes, me quedó al final, ya cuando no había nada en el bolso. Tres pases consecutivos debí dar con esa letra colgada en mi atril. Norma, finalmente ganó, 422-396.

Mi próxima rival fue Graciela González, aquella señora que vencí el día anterior por 485-465. Pero, esta vez, la historia sería distinta. Se escribiría a su manera, a su venganza. Y, eso fue, una venganza jurada. Me molió por paliza de 640-341. No siempre ella estuvo liderando. Hasta los primeros seis turnos (la partida aún joven) me vi al frente en el marcador por anotación de 162-153. Hasta que vinieron sus cuatro bonus consecutivos (TAPIARE de 77, LADILLAIS de 96, OFRENDES de 89 y CURABLES de 92). En un abrir y cerrar de ojos la contienda se puso 507-229 …y yo sin poder poner un scrabble. Así de sencillo. ¡NI UNO!
Con mi medalla de participación y diploma
Finalmente me venció con marcador de 640-341. Su último bonus fue TIQUEARE (78).

Este era mi cuarto revés en el día. No había pegado UNA.

Pero al final, sí pude pegar una. Y esa una fue contra Merry Wheaton. La vencí – ya muy cansado y frustrado – con marcador de 425 a 336.

Muchas ideas negativas pasaron por mi cabeza. Una de ellas retirarme de las competiciones del scrabble mundial en español. Me sentía peor que desmoralizado.

Entrega de premios

Ya entrada las seis de la tarde inició la entrega de certificados de partición y trofeos a los ganadores de la contienda scrablera neoyorkina. También, hubo una sorpresa. Se les entregó medallas de participación a todos los participantes del evento, sin importar la posición en que quedasen. Yo, que quedé duodécimo recibí la mía.
Horacio Moavro, campeón del torneo


De igual manera, estaba triste. No tenía mi mejor cara. Raúl Carrillo, jugador venezolano radicado en Tejas, quedó en quinta posición. ¡Obtuvo el top-5 que yo tanto deseaba!

Terminada la entrega de premios nos fuimos a nuestros destinos, que es lo mismo que decir, a nuestras habitaciones de nuestros hoteles. Me regresé al Elmhurst y me di una ducha tibia. Me vestí y me junté con algunos compañeros de juego para cenar - en la última cena que tuvimos - en un restaurante colombiano no muy lejano. La noche estaba muy fría, también muy lluviosa. Fue nuestra despedida. Y, en esa despedida, acordé con Merry Wheaton, tomar el taxi juntos hasta el aeropuerto John F. Kennedy en la mañana del domingo. Nos pondríamos de acuerdo en cuanto al dinero que cada uno tuviera que pagar al taxista de Uber. Ella pediría ese taxi. Acepté de buen agrado.
Horacio Moavro, campeón de duplicada.

Resulta que, ella tomaría su vuelo a Texas, a una hora no muy distante de la que yo tomaría mi avión a Santo Domingo. El acuerdo me convenía.

Me regresé con el grupo de jugadores que se hospedaba en el Elmhurst. Una vez en mi dormitorio, le escribí a varios amigos del scrabble internacional sobre mi pésima actuación. A Rolando Guadalupe (cubano), a Senia Pérez Reyes (venezolana), a Odalys Figuerola (cubana) y a Reisel Murgadas (cubano). Me dolía no haber llenado las expectativas de las cuales yo estaba tan seguro antes de tomar el avión para viajar a New York y competir así en ese torneo. ¡Qué decepción!

A las 10 de la noche concilié el sueño. Dormí tranquilo, despertándome como a las 5 de la mañana.

Más imágenes


























Foto grupal. Todos con sus diplomas
















Tabla de posiciones modalidad clásica















Tabla de posiciones duplicada













viernes, 11 de julio de 2025

De vuelta en el scrabble. El episodio New York (3)

Por Iván Ottenwalder

El viernes 13 de junio me levanté cerca de las 5 de la mañana. Tomé mi desayuno a eso de las 6:45, no en Over the Moon, sino en otro cafetín cercano: Caffe Bene. Allí, desayuné yogurt griego, un vaso de leche fría y no recuerdo ahora qué otra cosa más. Todo estaba delicioso.

Señalización de ubicación Iglesia Metodista.
Al poco rato entraron Rhyta Ripa y Raquel Tropel, ambas venezolanas. Pidieron algo para llevar y se fueron. Yo lo hice después hasta alcanzar la iglesia sede del torneo: la famosa United Community Methodist Church. Me encontré con Norma quien me pidió que le acompañara hasta la tienda de Starbucks a recoger un pedido abundante de café que ella había ordenado la noche anterior. El pedido aún no estaba listo, de modo que, tuvimos que esperar un buen rato hasta que ellos lo prepararan. Una vez todo listo y ya empaquetado, ayudé a Norma con una de las dos garrafas de café hasta la iglesia metodista.

Inicio de la Duplicada

Poco después de las 9 de la mañana dio inicio la partida modalidad duplicada a una sola bolsa completa. Todos los jugadores anotados a participar en esta partida recibimos un obsequio cortesía del grupo de scrabble USA Léxico: un atril de madera muy bien elaborado.

Siendo sincero, ni me fue tan mal pero tampoco tan bien en el torneo de Duplicada. Tuve muchos aciertos empero, también muchos errores. De igual manera, pude obtener la quinta posición. Un top 5 en una categoría que no esperaba.

Después de un receso como de 20 minutos arrancó el torneo modalidad clásica a 10 rondas, las primeras cinco a disputarse este viernes 13. El resto, las otras 5 el día siguiente, sábado 14.
Poco antes de empezar la partida de Duplicadas.


Mi primera adversaria fue Luz Bobadilla, colombiana. El desafío fue bastante reñido al inicio pero, luego ella pudo virar en un momento crucial el score, para jamás perder la ventaja. En otro momento dado, en que estuve debajo en el marcador 303 a 262, pude haber puesto en el tablero la palabra GAGUERA pero, la duda, como siempre, duda, me arropó. Me decanté por un corto RUCAD que, terminó siendo objetada por la colombiana quien tuvo razón. Yo había errado. Perdí un turno valioso.

Mi rival cambió letras en su turno y, de nuevo tuve esa oportunidad de colocar el GAGUERA pero, otra vez la jodida duda. Me acobardé igual que las gallinas. Puse un CURDA de 20 tantos que, apenas me acercó 282 - 303 pero, vino su respuesta: BURRAS (34), que la despegó en la pizarra 337 – 282. El JAGUAR no es mi animal ni vehículo favorito, sin embargo, me dio 26 tantos (308-337). Mi adversaria jugó un cortito LLE de 18 y, mi respuesta, un GIL de 3 que de nada sirvió. Igual había perdido con todo y el descuento de sus 6 puntos del atril. Luz se había llevado la victoria, muy merecida, por la anotación de 349 – 317.

Partida frente a Jessica Venegas, de Panamá.
Hora del receso. Comimos hamburguesas de Shake Shack y reposamos. Tras dos horas después del almuerzo, retomamos. Listos ya, para la segunda ronda.

Pero antes, revisé en el Lexicón de mi celular sobre la palabra GAGUERA. La escribo en la aplicación, pincho y, luego me dice, que sí, que era válida. Sentí, que el mundo se me quería caer encima. Se trataba de un vocablo que, de haberlo puesto, me hubiese representado un bingo de más 60 puntos, válido para la victoria.

Mi oponente para la segunda ronda resultó ser Jessica Venegas, de Panamá. La había conocido en el Norcenca panameño del 2023 pero, nunca habíamos jugado un desafío. Había llegado pues ahora el momento.

La partida resultó en un toma y daca hasta entrada en calor. El punto de inflexión que lo cambió todo, y a favor de ella no mío, fueron dos cortas de mucho puntaje (XI de 52 y JODÍ de 36), contra los cuales no tuve respuesta pues, había cambiado fichas en dos turnos seguidos. Todo había pasado de un score de 279 – 276 a mi favor, a uno de 364 contra 279 en un abrir y cerrar de ojos. Nada estaba liquidado aún pero, bien difícil, se me había puesto.

En la recta final vino mi FORMASEN de 64 tantos que me acercó peligrosamente (373-395). Su respuesta fue OVE de 14 y mi contra un OH de 26. Ella puso BOL (05) y yo, queriendo jugármelas a todo o nada, coloqué (CABRUDOS), creyendo que aquello venía de ser cabrón o de la cabra. Nada que ver. Jessica (no lleva acento porque este nombre viene de un anglicismo), me reclamó. Investigamos en el Lexicón digital. Tuvo razón. Ese CABRUDOS, ni siquiera en singular existe. No mordió el anzuelo. Tuve que retirar todas mis letras de la última errónea jugada. Era el turno de ella. Entonces sí, vino una que era de verdad: IMPREGNE (89), un bingo letal que puso fin a las acciones. Victoria para la panameña (sumando de paso los 10 puntos restantes de mi atril), 513 – 389. Era mi segundo revés de la jornada.
Fotografía en las afueras de la iglesia


No tenía donde esconder la cabeza. Tantas expectativas se estaban desvaneciendo en un torneo corto, en el que solo se iban a jugar 10 rondas (cinco por día) y ya había perdido en las dos primeras. Reflexión profunda: estaba quedando como un mal bocón pero, nada servía el lamento. Todavía quedaban tres partidas en la jornada del viernes 13. Podía ganar en esas tres y, de paso, meterme en pelea en el standing. Así lo pensé y cambié la actitud. No tenía de otra.

Tras un receso de 20 minutos mi próxima rival fue Itamar Harris, también panameña. Cosa rara que no me había tocado un varón. A esta sí la pude vencer. La derroté con suma facilidad (499-309).

Tomé un nuevo respiro antes de la cuarta ronda. Mi oponente sería Merry Wheaton, conocida veterana jugadora del scrabble tejano (en español por supuesto). Ella salió al frente digamos hasta la mitad de la partida hasta que, vino la bomba, mi bomba, más bien y, siendo exactos, un nónuplo de 131 tantos. Esa bomba fue HULEASEN, la que me puso en explosión ofensiva y mental. Ella estaba arriba antes (272-157) pero, tras el estallido, tomé el mando (288-272).

Otra foto grupal.
Wheaton volvió a tomar el timón con CERRO (26) (298-288) pero siempre y, apelando a pequeñas gigantes de muchos puntos, supe apañármelas para colocarme al frente. Primero GIS (22) que me situó arriba 310 a 298. Después otros como BESE (19), ICHU y MEA (ambos de 30) y QUE (22) fueron suficientes para jamás perder el control y mantenerme cimero. Definitivamente, hice un trabajo soberbio, que valió la pena y me garantizó la victoria, por marcador 460 a 434. Indiscutiblemente, me sentía ya otro jugador. Estaba dispuesto a todo.

Llegaba el momento de la quinta y última ronda de la jornada del viernes. Mi rival sería la veterana y gran jugadora Graciela González, argentina. El inicio del match fue súper reñido. Una especie de tú me das y yo te doy hasta casi la mitad del duelo. Dos scrabbles consecutivos (AHORRAREN de 86 y TEORICE de 81) me afianzaron en el timón (de haber estado dominando 197-182 pasé a comandar 364-220). Mi oponente amagaría con un buen ÑA (52) y ENTALLADA (69), pero insuficientes para darme caza. Mi última jugada fue un QUIERA de 22 y, la última de ella, siempre seria y con una cara no muy amistosa mientras se juega al scrabble, fue un soberbio y plausible ZUREASE (90) pero, también insuficiente para darme cacería. La historia estaba sellada. Gané 485 a 465. Una diferencia, de 20 tantos.

Mi ánimo era diferente. Mi karma ya era otra. Tenía razones de sobra para creer en lo imposible. Había entrado en ritmo y, si se hubiese jugado una más, hasta dos o tres, quién sabe si las hubiese ganado por igual. Pero, era momento de partir y, mañana sábado, se definiría todo con las últimas cinco rondas a disputar. El sábado me esperaba. El salón sería diferente. Disputaríamos las últimas cinco rondas en el sótano de la United Community Methodist Church, precisamente en el salón donde Mosher Butts, dedicaría muchas horas de su vida para inventar su juego …el juego también de nosotros y, de millones, y cientos de millones de personas en todo el globo terráqueo.

Fotografías

Terminada la actividad scrablera del viernes, nos hicimos muchas fotos a la salida de la iglesia. Todas en grupo. Después, cada uno cogió para su hotel. No sin antes acordar que nos juntaríamos a cenar en un restaurante español, saliendo todos desde el lobby del Elmhurst.

Al regresar a mi habitación, tomé una buena ducha, me coloqué una vestimenta formal para la ocasión y bajé al área de recepción. Nos juntamos, tal cual acordamos, y así nos dirigimos al restaurante, no tan lejano de la iglesia metodista.

La cena estuvo exquisita. Yo me comí una lasaña boloñesa bien apetitosa que la devoré en poco tiempo. Luego, tuve ganas de saber cómo iba el cuarto partido de la final de la NBA entre los Oklahoma City Thunder y los Indiana Pacers. Le pregunté a Héctor Klie quien averiguó en el internet de su celular. 95 a 95, me mostró en la pantalla de su móvil. Yo quería, con toda mi alma, que los Pacers ganaran, no solo eso juego, sino también la finalísima de la NBA. Adoro el baloncesto pero, solo como un aficionado. Durante mi infancia, fui muy mediocre jugando a ese juego, siempre con un estilo ortodoxo en cuanto pique de balón y defensa. Aunque, valga decir, no fui tan malo como tirador.

Después de la cena, cada quien cogió su rumbo. Yo me uní al grupo de los hospedados en el Elmhurst (que éramos la mayoría). Una vez allí enrumbé a mi habitación. Encendí el televisor, solo para enterarme de que los Pacers habían perdido, 111 a 104. ¡Qué pena todo aquello!

Igual era hora de dormir. Cerré los ojos, y me acosté esperanzado con tener una gran jornada – un gran sábado – en las últimas partidas a disputar del torneo de scrabble.


Fotografía en el restaurante español


martes, 1 de julio de 2025

De vuelta en el scrabble. El episodio New York (2)

Por Iván Ottenwalder

Dormí placenteramente la primera noche en el Elmhurst Hotel despertándome a eso de las 5:50 de la mañana del jueves 12. Después de un refrescante baño con agua tibia, me vestí y encendí mi ordenador electrónico para darle seguimiento a mis partidas virtuales en la página de www.redeletras.com, la famosa web escrabblera de ReDeLetras. Tras resuelta esa diligencia salí a buscar desayuno. Y encontré un buen cafetín cuyo nombre era Over the Moon donde me tomé un yogurt griego con fresas y arándanos acompañado de un pan de bono, una medialuna riquísima de crema y nueces junto a un chocolate caliente con leche descremada. Mi calificación interna para ese expendio de comida fue de un 10 de 10. ¡Bravo!

Luego del desayuno compré un diario The Wall Street Journal (todo en idioma inglés) y me lo llevé al hotel. Desde el área del lobby empecé a leerlo y, después, en mi habitación, ya saben, la 603. Eran muchas noticias pero, leí varias que estaban muy interesantes. Sonó mi celular y chequé mi WhatsApp. Norma Garza había publicado en el grupo de chat que nos juntaríamos a las 10 de la mañana en el área de recepción del hotel y, que luego, iniciaríamos nuestro recorrido turístico cultural empezando por Broadway. Desde las 9:45 estuve en las afueras del Elmhurst, esperando a los demás integrantes (todos jugadores de scrabble). Poco después de la hora acordada fueron llegando. Vi algunos rostros conocidos y otros no conocidos. También, jugadores que estaban hospedados en otro alojamiento. Tras un caluroso saludo, conversamos y nos tiramos fotos (más bien selfies, que son las fotos de moda en estos tiempos).


Acorde a como estaba previsto en el plan de recorrido, iniciaríamos tomando el tren hacia Broadway. Allí visitaríamos la famosa juguetería Hex & Company y nos tomaríamos un refrigerio. No solo eso, también nos retrataríamos y tomaríamos algunos videos, dentro de esta famosa tienda de juegos de tablero, en la cual los usuarios, pueden comprar, alquilar y hasta jugar dentro con cualquiera de los pasatiempos colocados en las distintas estanterías. Inclusive, tomar un buen refrigerio en el cafetín del establecimiento. Esto último también hicimos nosotros.

Hex & Company es un maravilloso espacio para el esparcimiento de todos aquellos que adoran (me incluyo como fan del scrabble que soy) el mundo de los juegos de tablero. Esta es una juguetería tan espacial que ya tiene poco más de una década de existencia, convirtiéndose en tan poco tiempo, en un lugar icónico en gran parte de New York.

Seguimos nuestro recorrido caminando por algunas calles y avenidas viendo varias tiendas, hasta alcanzar de nuevo el metro. Nuestro próximo objetivo sería la tienda Macy’s pero, no cualquiera sino, la más antigua de los Estados Unidos. Allí entramos y nos retratamos.

Cuenta la historia que en ese establecimiento comercial tan longevo fue que se comercializó por vez primera el juego de scrabble, sí, ese que había creado Alfred Mosher Butts y que perfeccionó James Brunott.

Al poco rato de haber arribado a ese gran centro comercial llegaron Héctor Klie y su esposa Dulce Tejeira (residentes en Tejas, EUA); Itamar Harris y Jessica Venegas (Panamá) y Raúl Carrillo (venezolano residente en Tejas).


Tras otras sesiones de fotos, salimos dirigiéndonos al Instituto Cervantes. Nuestra guía fue Rosalía, mexicana residente en New York.

Este instituto, es un centro que promueve la herencia cultural española así como el castellano en toda la comunidad hispana que reside en New York. Allí hicimos un recorrido por toda su instalación, escuchamos una charla y nos tiramos un paquetón de fotos.
Hex and Company

Después fuimos a cenar a un restaurante no tan lejano. Luego, un grupo, decidió irse de regreso a sus hoteles mientras que otro – en el que yo estuve -, prefirió seguir andando hasta Times Square.


Observamos majestuosos y emblemáticos edificios como el del New York Times, el de la cadena de televisión NBC, el de Colgate Palmolive y algunos otros que se me escapan en este momento.

Aproveché para entrar en la tienda de chocolates Hershey´s y comprar algunas fundas de chocolatinas para llevarles a mis compañeros de trabajo una vez regresara a República Dominicana. También penetré a una tienda de souvenirs y compré algunos presentes pero solo para llevárselos a unos pocos compañeros de labor en Santo Domingo.

En una partida de Othello frente a Horacio Moavro.
Tras finalizar la agotadora caminata nos fuimos de regreso a Queens en un taxi de Uber. El chófer nos dejó exactamente en el hotel Elmhurst. Finalmente, subí a mi dormitorio, me aseé, bajé luego a comprar unas botellitas de agua, regresé a mi cuarto y, hasta el día siguiente. Era ya demasiado tarde. Tenía que dormir pues, al día siguiente, viernes, iniciaría el torneo de scrabble, la razón principal por la que había volado hacia New York.








Más imágenes del recorrido del jueves 12 por New York


Tablero de scrabble valorado en más de 300 dólares, a la venta en Hex and Co.





En la tienda Macy´s más antigua de New York





Algunas imágenes en el Instituto Cervantes de Nueva York






En Times Square



































































































































































Retrato con Norma Garza frente al edificio de la NBC.
















Edificio de la NBC, canal deportivo.


















Puerta de entrada al NY Times.



jueves, 19 de junio de 2025

De vuelta en el scrabble. El episodio New York (1)

Por Iván Ottenwalder

En el año 2024 estuve cargado de ilusiones por participar en el torneo Norcenca en la ciudad de Fort Lauderdale (Florida). No ocurrió así pues, yo era el único corrector de estilo de manera interina en mi lugar de trabajo de modo que, tuve que tomar mis vacaciones en una fecha ya distinta a la del torneo floridano. Hubiese sido mi segunda participación en un Norcenca de Scrabble pues, había participado en aquel del año 2023, en Ciudad Panamá. Por cierto, me fue horrible. Quedé con esas ganas hecha trizas. Pero, lo asimilé rápido y me preparé mentalmente para otro torneo en el 2025.

A finales del 2024 tanteé posibilidades. Me pasó por la cabeza, entre tantos torneos a disputar en 2025, el Austral (en Asunción). Una tarde me comuniqué con Norma Garza (mexicana residente en Tejas, EUA) y le pregunté si se disputaría algún torneo importante en Estados Unidos para el 2025. Me contó, diría que me convenció rápidamente cuando, me habló de los planes de organizar un torneo de scrabble en New York, específicamente en Jackson Heights (Queens) en una iglesia metodista donde Alfred Mosher Butts dedicó largo tiempo para inventar el famoso juego llamado Scrabble. En inglés el nombre de esa iglesia es el de United Community Methodist Church. Norma me explicó, que esa competición, se haría para el mes de junio. Ya la fecha incluso se había programado para los días 13 y 14 de ese mes. De modo pues, preferí mejor, la opción del nacional de New York a la del Austral en Asunción.

Y una razón de valor por la cual preferí New York en vez de Asunción fue por la necesidad de darle uso a la visa americana, la que se me vence en el año 2030. Sí, sé que es una fecha muy lejana todavía pero, es mejor, así lo creo, tomar decisiones sabias temprano, que postergarlas en el tiempo. Y, si por mí fuese, preferiría viajar todos los años a EUA en lugar de otro país donde también se realizan torneos escrableros en español (incluso mejores que los de Estados Unidos de América). Pero, fue mi decisión, y así la tomé.

Para mediados de mayo del 2025 ya tenía mi boleto comprado. Lo adquirí por Jetblue Airways por 487 dólares americanos. Mi estadía en la emblemática “Ciudad que nunca duerme” sería por cinco días (de miércoles 11 al domingo 15 de junio).

Día del viaje

Amén de la alegría por haber comprado el boleto aéreo y haber reservado en un hotel cercano a la iglesia metodista donde se disputaría el torneo, la espera desde mayo al 11 de junio no fue tan color de rosas. El 8 de mayo mi gastroenteróloga me había entregado los resultados de la colonoscopía y endoscopía que se me habían realizado una semana antes. En los respectivos estudios me habían detectado una proctocolitis y una pequeña úlcera duodenal. De inmediato vino la receta: Secrepán 40, que no es más que el nombre de marca de un pantoprazol de 40 miligramos. Debí tomarlo por 30 días, una pastilla media hora antes del desayuno. Después, tras haberle dicho a la doctora que viajaría a New York en junio, me recomendó que me lo llevara. Entonces, sugirió que comprara dos cajas de Secrepán 40, equivalentes a 60 pastillas, 30 cápsulas en cada caja: después de terminar con la primera caja, debería comprar la otra.

He llevado aquel tratamiento al pie de la letra (incluso todavía lo sigo tomando ya que la segunda caja no se ha terminado), de modo que, no tuve inconvenientes en realizar mi viaje y participar en el torneo.

El miércoles 11 de junio tomé un taxi de InDrive en ruta al Aeropuerto Las Américas por una tarifa de 1,200 pesos. Llegué rápido, muy a tiempo si se quiere. Pero alcanzó para todo: entregar mi maleta en el mostrador de la aerolínea y, aprovechar de paso para desayunarme, ya que, no lo había hecho en casa. También hice un recorrido a lo extenso del segundo piso del aeropuerto observando diversos negocios y todos los counters de las distintas aerolíneas que ofrecen vuelos hasta y desde la República Dominicana.

Elmhurst Hotel, donde estuve hospedado.
Mi vuelo salió a las 10:30 am. Fue placentero aunque, el servicio de refrigerio fue una pura migaja. Apenas me tomé un té verde y dos paquetitos de galletitas que no estaban tan malas. Duró casi cuatro horas el trayecto por aire entre Santo Domingo a Nueva York.

Llegamos bien a tiempo, antes de las 2:30 pm.

Los trámites de recogida de maleta y paso por migración no fueron complicados, diría que bien agilizados. Al poco rato ya estaba afuera en la terminal 5. Y fue allí donde se complicó la cosa.

Cuando tomé mi celular para contactar a un taxi de Uber, tamaña situación se me presentó. Me salía un aviso en la pantalla de mi móvil (todo en inglés) explicándome que los taxistas estaban impedidos de recoger pasajeros en la terminal número 5 del John F. Kennedy debido a que se estaba construyendo una ampliación por esa zona y, me recomendaban que, preferiblemente abordara un tren (el AirTrain) hasta la estación Howard Beach o Jamaica (cualquiera de las dos) y, luego llamara al taxista para llegar a mi destino. Tuve que preguntar dónde estaba el AirTrain ése a alguien que laboraba en el aeropuerto. Pude resolver. Llegué a la Howard Beach y abordé un taxi de Uber para que me llevara al Elmhurst Hotel, mi destino final.

En una habitación como esta pasé mis cuatro noches.
Arribé al hotel faltando poco para las cinco de la tarde. Realicé mi registro (check in como se diría en inglés), luego me entregaron la llave, un recibo de pago por las cuatro noches de estadía y la clave de wi-fi. Subí luego por el ascensor al sexto piso rumbo a la habitación 603, la mía.

Me duché, me comuniqué – vía whatssap – con los integrantes del grupo de scrabble que participarían en el torneo del viernes y sábado (13 y 14 de junio) para informarles que había llegado. Salí después a caminar por los alrededores del hotel …y hasta más allá. Busqué un lugar para comer algo. Caminé hasta donde estaba la iglesia metodista para así conocer el lugar sede del torneo. Observé por los lugares que caminaba, a muchos colombianos, así como una legión de negocios (restaurantes, bares, cafetines…) propiedad de este colectivo ciudadano.

Me encontré con algunos miembros del grupo de scrabble cuando iba de regreso al hotel. Nos saludamos con efusivos abrazos. Ellos iban a sus dormitorios. Después, antes de las siete de la noche decidieron salir a cenar. No pude coincidir con ellos. En ese momento estaba cenando en un restorán mexicano cuya comida no me gustó. Ya para terminar, me dirigí a una heladería cercana a comerme un sundae que no estaba ni tan bueno ni tan malo. Después del helado, regresé al hotel, subí a mi habitación y me puse a ver un partido de la final de la NBA entre los Pacers de Indiana y los Oklahoma City Thunder. Acabado el desafío, apagué el televisor, cerré los ojos y …a dormir.