martes, 16 de febrero de 2021

Wikipedia, la verdad y la mentira en la Web

 Esa ecuación de igualdad, aupada por Wikipedia, ha traído como consecuencia desconfianza. Así como podemos encontrar información veraz y objetiva, del mismo modo la podemos hallar dudosa y cargada de inexactitudes.

 

Por Iván Ottenwalder

El surgimiento de la WWW (World Wide Web), en castellano Red Informática Mundial, a principios de la década de los 90 del siglo XX y su evolución a lo largo de este milenio, hizo posible el quiebre de las barreras de la información y el conocimiento. Actualmente, miles de millones de seres humanos en todo el mundo pueden acceder a Internet desde distintos lugares y obtener la información deseada. Esta herramienta, valiosa y útil, le ha simplificado la vida a la mayor parte de la humanidad. 

Con la aparición del Internet nacieron, no solo los buscadores de información, sino también las redes sociales, los chats, el correo electrónico, las páginas webs, los blogs, los canales de videos y música, así como un montón de otras aplicaciones. 

El cúmulo de conocimientos en la nube, o ciberespacio, está hoy a tan solo un clic de acceso por parte de los habitantes del planeta. La información se ha democratizado, aquellos que no tenían voz y voto, hoy lo tienen. Ya no solo pueden acceder a la palabra hablada o escrita un selecto grupo de eruditos o voces autorizadas como ocurría antes de los años 90; ahora, cualquiera, desde un computador, tableta o celular puede expresar su punto de vista, su verdad, su lógica. 



Así como la WWW le ha abierto grandes posibilidades a la población común y corriente para opinar, denunciar y darse a conocer, del mismo modo se la ha dado a las empresas, instituciones estatales, religiones, medios de comunicación y otros grupos para expandirse, llegar a más personas y fijar también sus posiciones. 

En un mundo ampliamente interconectado si queremos que los demás sepan quiénes somos, qué hacemos, cuál es nuestro objetivo, obviamente debemos insertarnos en la Red. Esta situación tan cotidiana en nuestro presente es lo que ha dado como resultado lo que denominamos Internet de las cosas.

Casi todo en la actualidad gira en torno al Internet. La vida de las personas se ha vuelto un Internet mediante

Ese Internet mediante es un gran generador de ideas y emprendimientos. Lo puede ser en aras del conocimiento, de los negocios y hasta de las causas nobles. Le ha dado muy buenos resultados a muchos, y muy malos a otros. La Web, abre posibilidades, cierto, pero no necesariamente garantiza el éxito del 100% de los emprendedores.

Wikipedia, la enciclopedia libre, fue una gran idea de un grupo emprendedor y gestor en favor del conocimiento, o sea, de todo el saber universal. Fue creada en enero del 2001 con el bienintencionado propósito de transmitir de forma gratuita, a través de su website https://es.wikipedia.org/wiki/Sitio_web,  toda la inagotable fuente de información histórica que se tiene, en todos los ámbitos, tanto del pasado como de nuestro presente. Es una mina de información, sin dudas. Pero, la pregunta obligada y que por desgracia muy pocos se están plantando es la siguiente: ¿Es cien por ciento fiable todo lo publicado en Wikipedia? Desafortunadamente no. 

No han sido pocos los eruditos y expertos en las diferentes ramas del conocimiento que han externado sus críticas contra esta gigantesca enciclopedia digital. ¿Y eso por qué? ¿Qué ha pasado?

Ha ocurrido lo que quizás nunca previeron los creadores de Wikipedia. Ellos, cargados talvez de muy buenas intenciones y de un sentido justiciero de las cosas, crearon un concepto muy democrático basado en la participación de todos, sin importar credenciales, nivel académico o erudición. En pocas palabras, permitieron que cualquiera, sin necesidad de ser un experto o pluma autorizada, pudiese publicar información de cualquier tipo. Quisieron igualarlos a todos y eso fue un gravísimo error. Todos sabemos que en materia de conocimiento específico avanzado jamás seremos iguales. No es lo mismo permitir que opine sobre un episodio histórico determinado un investigador reconocido que un Juan Pérez cualquiera, por citar un ejemplo. No se le puede conceder el mismo derecho a publicar una información delicada a una principiante que a un PhD en la materia. Siempre, la opinión del profesional que se ciñe a los pasos del método científico tendrá mucho más peso que la del novato.

Esa ecuación de igualdad, aupada por Wikipedia, ha traído como consecuencia desconfianza. Así como podemos encontrar información veraz y objetiva, del mismo modo la podemos hallar dudosa y cargada de inexactitudes. Todo ello nos complica a la hora de determinar la fiabilidad de la información buscada. Y es que, la igualdad de la Wiki ha provocado, como bien señalé en un párrafo anterior, que las informaciones puedan ser subidas a la red por cualquiera, tanto por un intelectual como por un mediocre, por un honesto como por un deshonesto, por un cronista deportivo como por un fanático, por un asiduo a la lectura y la hemeroteca como por un inepto y sin criterio de lo que debe ser una buena investigación. En fin, al darles la misma oportunidad a todos, crearon tremendo rollo.

Los arquitectos de Wikipedia, quizás movidos por conceptos de justicia, igualdad e inclusión, terminaron engendrando un disparate, tollo mayúsculo. Eso, un TOLLO, con todas sus MAYÚSCULAS. Creyeron que funcionaría, pero terminaron mordiéndose la cola.

Puedo reconocerlo, hay personas anónimas o del montón, bien intencionadas e instruidas, apegadas a la seria investigación en un campo determinado del conocimiento, merecedoras de elogios y aplausos, pero, desafortunadamente, son muy pocas.

Estoy firmemente convencido de algo: el que quiera protagonismo, participación y reconocimiento, que se los gane. Defiendo las oportunidades - que no necesariamente implican igualdad-, siempre y cuando sean bien aprovechadas. El norte ha de ser siempre calidad y profesionalismo, no meras chapuzas.

martes, 26 de enero de 2021

¿Derrotó el covid-19 a los Gigantes del Cibao?

A mi juicio, las Águilas Cibaeñas de ninguna manera se iban a entregar así de fácil, iban a batallar hasta morir, pero considero, que tanto Valdez como Espino las hubiesen frenado en el sexto o séptimo desafío.

Por Iván Ottenwalder

El pasado lunes 18 de enero del presente año un gran coloso del béisbol dominicano se coronó campeón de la temporada 2020-2021. Y ese coloso posee nombre, apellido y lugar de residencia: Águilas Cibaeñas, equipo que tiene su domicilio en Santiago de los Caballeros, la más desarrollada y pujante provincia de toda la región norte del país.

Ganó su corona número 22 que lo iguala con los Tigres del Licey como los conjuntos más ganadores de toda la pelota dominicana. ¡Y de qué manera lo han hecho! Remontando un déficit de 1–3 en una serie final que estuvo pactada al mejor de un 7-4. Ya en la final de la estación 1987-88 lo habían realizado los Leones del Escogido, cuando vencieron a las Estrellas Orientales en un séptimo y decisivo choque, también viniendo de atrás de un 1-3.

Los fans de las Águilas lo gozaron y lo celebraron, quebrantando el toque de queda establecido por el gobierno dominicano debido al covid-19. Una inmensidad de gente, aguiluchos desde chiquiticos, se lanzaron a las calles y avenidas de la Ciudad Corazón hasta el amanecer. De nada sirvió el protocolo sobre el distanciamiento social dispuesto desde mediados de marzo por las autoridades de Salud Pública. La hinchada de las Águilas dio riendas sueltas a la euforia y al desacato.

La 2020-2021 fue una temporada corta y anómala precisamente por el coronavirus, pandemia que tiene en pánico a casi todos los habitantes del mundo. La contienda regular inició el 15 de noviembre del 2020 con un calendario de juegos muy reducido. No bien transcurrieron cuatro o cinco días y ya muchos jugadores de los Tigres del Licey y Gigantes del Cibao habían dado positivo al covid-19. ¡Una lástima! La cuarentena provocó que ambos equipos no vieran acción por dos semanas. Al regresar tuvieron que apostar al corre y corre, al todo o nada, en búsqueda de un puesto clasificatorio hacia los playoffs. Los de la capital se quedaron alicortos, sin embargo, los francomacorisanos alcanzaron la tierra prometida.

En las eliminatorias, dos series pactadas a 7-4, los Gigantes descalificaron a las Estrellas Orientales y se clasificaron a la gran final; las Águilas sepultaron a los Toros del Este y también obtuvieron su boleto a la finalísima.

La inédita serie final cibaeña, ansiada por muchos norteños desde hacía varios años, por fin se llevó a cabo. Claro, no en las condiciones que los hinchas aguiluchos y gigantistas hubiesen deseado. Años atrás, cuando la soñaban, jamás imaginaron que un día alguna pandemia aterradora se establecería en República Dominicana y el mundo, que devendrían los toques de queda, el uso de mascarillas, gel desinfectante y distanciamiento social como medidas sanitarias para evitar contagios y muertes de ciudadanos. Y entre esas medidas sanitarias estaría la de no permitir la entrada de público a los estadios donde se efectúen eventos deportivos. Con esa realidad chocaron. Jamás pensaron que ese momento llegaría, a pocos meses de iniciar el año 2020, y que vendría en forma de un terrible virus para quedarse un largo tiempo.

Desde sus casas, a través de la televisión o Internet, tuvieron que conformarse los fans de uno u otro conjunto para mirar aquella serie final que por años anhelaron. No tenían opciones, o la disfrutaban así o se la perdían.

Los Gigantes del Cibao fueron considerados favoritos a ganar el playoff final acorde al vaticinio de la mayoría de expertos en crónica deportiva. Pero una cosa son las apuestas y otras los resultados. Y otra, por qué no, la fatalidad.  Y esta última no avisa, puede llegar cuando menos se espera. Y cuan si fuese una película de terror esta le cayó encima al equipo de San Francisco de Macorís cuando comandaba la serie con ventaja de 3-1. Poca cosa faltó para que aniquilaran a sus rivales, tan solo un juego para coronarse monarcas del béisbol criollo. Pero ese uno no llegó. El sábado 16 de enero las Águilas ganaron y se mantuvieron con vida, acercándose 2-3 en la serie. Entonces, el domingo 17 el covid-19 hizo su presencia. La gerencia de los Potros, con mucho pesar, anunciaba que los lanzadores Paolo Espino, Yerry de los Santos y Edgar Santana habían dado positivo al coronavirus y que César Valdez, un cazador de águilas, estaba aquejado por una pequeña lesión y se perdería el resto de la final. Los nordestanos tampoco pudieron salir airosos en el sexto desafío escenificado en Santiago de los Caballeros. Las envalentonadas Águilas empezaban a volar alto. La batalla se igualaba 3-3. Temprano en la mañana del 18 de enero los directivos de los Gigantes informaban que el dirigente Luis Urueta también había dado positivo al covid-19 y que sería sustituido por el cubano Bryan Peña, exjugador de la franquicia para dirigir el último choque. También que Moisés Sierra, peligroso bateador y gran jardinero, no jugaría en el juego siete, víctima de una lesión. Si eso no es fatalidad seguro que yo debería ser el amo de la fortuna.

Aquel lunes 18, en San Francisco de Macorís, se disputó el último y decisivo enfrentamiento entre los colosos cibaeños. El de Santiago se impuso con score de 7-4 y levantó el trofeo de campeón otoño-invernal 2020-2021. Los representantes de la provincia Duarte no hallaron la fórmula mágica para ganar ese único juego que les faltaba, lo que hubiese significado su segundo campeonato como organización. No pudieron celebrar a lo grande como lo hicieron en la 2014-15. Las Águilas, en cambio, obtuvieron su 22da y empataron con los Tigres del Licey, sus enemigos jurados, como los más ganadores de nuestro béisbol.

No pretendo restarle crédito al empuje y a la gran remontada aguilucha que los llevó al triunfo, sin embargo, es justo destacar lo siguiente: tanto César Valdez como Paolo Espino habían lanzado muy bien frente a las Águilas, siendo responsables de dos de las tres victorias que obtuvieron los Gigantes en la final. Los bateadores del equipo amarillo tuvieron serias dificultades ante esos dos lanzadores del team nordestano. En pocas palabras, no pudieron descifrar los pitcheos de esos serpentineros. Edgar Santana y Yerry de los Santos, pitchers de relevo, también habían hecho un trabajo digno.

Cuando la serie se hallaba 3-1 en favor de los francomacorisanos, esos monticulistas, que habían hecho eficiente trabajo, se vieron obligados a cesar en sus labores. Tres de ellos enviados a la cuarentena por obra y gracia de un coronavirus inmisericorde que puede atacar a cualquiera, sin importar nombres, apellidos, raza, edad, condición social, profesión o estatus laboral. Otro, como fue César Valdez, por una inesperada lesión.

¿Hubiesen perdido de igual manera los Gigantes del Cibao de haber contado con esos lanzadores en buena salud hasta el final? No lo sabemos, pero la pregunta se nos puede convertir en un quebradero de cabeza. Desde el punto de vista de los simpatizantes y expertos analistas de los Gigantes la victoria del team nordestano hubiese sido un hecho; desde la perspectiva de la crónica deportiva santiaguera las Águilas hubiesen ganado de igual forma. La prensa aguilucha quizás argumentaría que un solo jugador no hace el equipo, sino un conjunto de varios jugadores. Esto último puede ser verdad, un jugador no es todo el equipo, pero sí puede ser determinante para la consecución de victorias importantes. Y, en el caso de los Gigantes, no se trató tan solo de un jugador, sino de cinco, entre ellos dos pitchers abridores de altos quilates como Valdez y Espino, dos relevistas que estaban realizando buen rol y un bateador de fuerza, capaz de producir buenos palos como Moisés Sierra.

Con lo bien que habían lanzado estos serpentineros hasta el cuarto partido, cuando el match se había puesto 3-1, nadie hubiese dudado por un instante de un triunfo contundente para los representantes de la Ciudad del Jaya, ya fuese en un sexto o séptimo juego.

Por último, los vencidos tampoco pudieron contar con su mánager, Luis Urueta, para el decisivo choque en el Julián Javier. Otra víctima más cortesía del covid-19.

A mi juicio, las Águilas del Cibao de ninguna manera se iban a entregar así de fácil, iban a batallar hasta morir. Considero, que tanto Valdez como Espino, así como los relevistas intermedios Santana y De los Santos, las hubiesen frenado en el sexto o séptimo desafío. Esos lanzadores, especialmente el par de abridores, tenían el arsenal y el sigilo necesarios para enfriar esos bates aguiluchos que habían hecho explosión en el quinto partido.

¿Y usted amigo lector qué cree?

sábado, 26 de diciembre de 2020

Iván Ottenwalder, amo y señor en Bella Vista Mall

Le pasa la escoba a Guillermo Bodden venciéndolo en cuatro desafíos de scrabble

Por Iván Ottenwalder

La mañana del 29 de noviembre del 2020 estuvo radiante y sin amenazas de lluvia.  Caminaba por la calle con un bolso ecológico en manos. Dentro de este mi tablero de scrabble, uno comprado en septiembre del 2019, pues el anterior, aquel que me acompañó por tanto tiempo, desde el verano del 2015 para ser exacto, lo había regalado a Charlie Castillo, un amigo cubano e integrante del Grupo Promotor de Scrabble de Cuba a quien conocí en septiembre del 2019, durante mi estadía por dos semanas en La Habana.

Foto de archivo.
En el trayecto hasta tomar el carro público que me depositaría en una calle muy cercana a Bella Vista Mall, donde me esperaría Guillermo Bodden para varios duelos de palabras cruzadas, meditaba, llegando a la conclusión siguiente: quien gane la primera, empezará ganando la guerra psicológica y, quién sabe, si la mayoría de las partidas. Sembrado en esa conclusión, arribé al punto de destino. 

El área de comida de la famosa plaza capitalina lucía con buen público, todos con tapabocas y manteniendo cierto distanciamiento para evitar roces continuos e innecesarios que pudiesen poner en riesgo sus estados de salud.

Guillermo Bodden, maestro escrablero por los años 2007, 2008 y 2009, cuando a mucha honra era el mejor de todos, esperaba sentado frente a una mesa desierta y limpia. Pude divisarlo, llegar hasta él para luego saludarnos con choque de puños.

Después de platicar por varios minutos preparamos el tablero, los atriles, hojas de apuntes y bolsa de fichas. Todo impecablemente ordenado y en su lugar.

Primera partida

Con un RODASES que me puntuó 71 tantos arrancó la primera de las batallas. Otras formaciones de altos puntajes como DESEAIS (32), CALCINAN (74), SALTEES (70) y ÉXODO (63) me pusieron al mando 364-258. Nada estaba liquidado aún. Más tarde, ATREVAN (94) y JU (57) le dieron la delantera a mi duro rival, 409-392. Aquel fue el único instante en que pudo soñar con la victoria, pues, la pesadilla, no tardaría en hacer presencia. Y la hizo, con ATERRÓ (60) y RUMBA (40), vocablos con los cuales me hice con el timón, 492-409. El resto, se puede relatar, pero en nada cambiaría la tendencia: Mi DEY de 25, su PUÑETE de 38; CUI de 12, QUI de 5, GEL (8) y MI (4). El opositor sumó tres puntos de mi descuento, pero, de igual manera, soberana paliza recibió. El marcador final fue de 534-459.

Bonifiqué tres veces gracias a RODASES (71), CALCINAN (74) y SALTEES (70). Mis cortas que más puntuaron fueron DESEAIS (32), ÉXODO (63), ATERRÓ (60) y RUMBA (40). Bodden tuvo en RETORCIÓ (68), ADOSARAN (94) y ATREVAN (94) su tripleta de scrabbles, mientras que, en CHE (34), BEZO (35), JU (57) y PUÑETE (38), sus pequeñas letales.

Segunda partida

En un solo instante mi oponente estuvo al frente, 16-0, al colocar OHM (16) en su segundo turno. ¿Qué pasó después? La avalancha le cayó encima y jamás pudo recuperarse. HORNEASE (83), DESCREYÓ (74), AUDITARÉ (77), ARRICÉ (66) y un ELUIRAIS, conjugación errónea que no objetó, lo pusieron fuera de competencia rápidamente (230-370). LAGUNERO (86) y CHIPEN (42) se las hicieron más difícil, pero más halagüeña para mí (498-315). Tuvo en GUIÑA (63), AX (50) y ZAS (48) un despertar pero ya insignificante (476-569). Su sentencia estaba firmada y con adverso score de 516-591 perdió.

HORNEASE (83), DESCREYÓ (74), AUDITARE (77), el falso ELUIRAIS (70) y LAGUNERO (86) fueron mis cinco bonus. ARRICÉ (66) y CHIPEN (42) mis pequeñas gigantes. El derrotado tuvo en ADOCENE (72), ENTELARA (77) y COLABORA (62) sus tres bonificaciones. BUJE (62), GUIÑA (63), AX (50) y ZAS (48), sus cortas asesinas.

Tercera partida

Reñida es el calificativo con el cual se pude catalogar a esta batalla. Tuve un mejor inicio cortesía de ANOLEIS (66), ZACEO (52) y DESERTÓ y pude verme al frente 203-140. Varios turnos después DESCOGIÓ (92) adelantó a Bodden 295-231 y, aunque nunca he sido SOEZ, este vocablo me granjeó 39 tantos, válidos para acercarme 270-295. Pero fueron los ANUARIOS de los 70 puntos quienes me devolvieron nuevamente a la cima (362-300) para jamás perderla. COCIERAS (86) fue como un balde de agua fría para mi adversario pero este supo responder con BANDEREA (76). El duelo se encontraba 458-404 a mi favor. Lo ocurrido después fueron jugadas de poco valor que en nada alterarían mi tendencia ganadora. Triunfé con pizarra de 505 a 474.

En mi haber tuve cuatro scrabbles: ANOLEIS (66), DESERTÓ (85), ANUARIOS (70) y COCIERAS (86). Mis cortas letales ZACEO (52) y SOEZ (39). El vencido bonificó tres veces al colocar OPACASEN (70), DESCOGIÓ (92) y BANDEREA (76) y, entre sus cortos mejor puntuados, sobresalieron EX (36), JA (34) y BORRÓ (48).

Cuarta partida

Si la anterior fue reñida está lo fue aún más, pero no al principio, sino al llegar a la última curva y, posteriormente, a la recta final. En el inicio y la mitad iba recibiendo una fuerte zurra. Con holgadas anotaciones de 180-79, 208-123, 272-172, 303-199, y 309-214, se vio Guillermo dominando cómodamente, quizás no pensando en una hipotética remontada de su opositor. Pero las batallas no se acaban hasta que no se terminan y aquello, que muchas veces damos por imposible, puede en efecto llegar a ocurrir. ¡Y ocurrió! Mi mala arrancada inicial quedó finalmente SALDADA (68) metiéndome en pelea al descontar margen (282-317). Un poquitín más tarde MULLAS (33) me situaba al frente, 350-337. ESTAÑOS (15) precariamente le devolvía la cima (352-350), pero QUITÉ (18) la diferencia de dos tantos y me adelanté 368-352. Con VUELEN (18) volvió a comandar por dos (370-368) pero una jugada que CLAMA 9 puntos me sitúa adelante, 377-370. ERROR de 12 y se fue arriba por cinco (382-377); RUE (9) me regresa al timón (386-382) y UNGE de 6 lo pone al control (388-386). Me quedaban menos de cinco fichas pero no había espacio ni jugada visible para colgarlas todas. Pensé antes de jugar y me fui por lo que entendí era lo más seguro, un CU de 10. Lideraba 396 a 388 y Bodden tendría la última palabra, un DA de solo 3 tanticos que por milagro no me causó el revés. Se quedó corto y ni siquiera mi descuento de 2 puntos le pudo servir, aunque confieso, me llevé un sustito. Gané, pero por tan solo uno de diferencia, 394-393.

Dos bonos para cada uno. Lo suyos GORJEEN (84) y CASERAS (78), los míos PRECEDO (58) y SALDADA (68). Sus cortas mejor puntuadas HECHOS (38), FREÍ (28), AÑO (28) y DEY (26); las mías ZOO (44), OX (38), RUGABA (35) y MULLAS (33).

Estadísticas

Ganadas y perdidas:

Iván Ottenwalder, 4 - 0

Guillermo Bodden, 0- 4

Puntos por partidas:

Iván Ottenwalder, 506

Guillermo Bodden, 460.5

Scrabble por partida:

Iván Ottenwalder, 3.5

Guillermo Bodden, 2.75

jueves, 26 de noviembre de 2020

Regresa la guerra del scrabble después de siete meses; Bodden gana dos, y yo también

Escenificamos cuatro desafíos, los dos primeros cargados de mucho suspenso; los dos restantes, soberanas palizas. No hubo vencedor ni vencido, sino empate a dos en los matches sostenidos.

Por Iván Ottenwalder

Casi siete meses habían transcurrido desde la última vez que mi amigo Guillermo Bodden y yo disputamos una serie en scrabble. En aquel duelo él se llevó los mayores honores al ganar dos de las tres partidas disputadas. Todas en mi propio hogar, un 19 de marzo.

En mi morada volvimos a encontrarnos un 31 de octubre desde las 10 de la mañana. Escenificamos cuatro desafíos, los dos primeros cargados de mucho suspenso; los dos restantes, soberanas palizas. No hubo vencedor ni vencido, sino empate a dos en los matches sostenidos. Él la primera; yo la segunda; él la tercera y yo la cuarta.

Primera partida

El primero de los duelos fue un toma y daca al principio. Con ROEDORAS (68) y SEXAD (50) él comandaba temprano (143-87). Luego respondí con TIRONEE (73) y me fui al frente 160-143. VISTÁIS (14) y ESPAÑOLA (71) lo situaron de nuevo arriba 228-160 pero MANUDOS de 106 me devolvió a la cima (266-228). Esa fue la última vez en que tuve comando del timón, aunque siempre amagaba con la remontada. Mi rival dominaba, pero siempre por escasa diferencia: 286-266, 337-313, 355-334. Tuve que cuidar bien de algunos flancos y no abrir mucho campo; él, también se vio obligado a lo mismo. Tuve las fichas para el scrabble, varias veces, pero no encontré el espacio para colocarlos. Realizamos cambios estratégicos, todo por el miedo a no cargarnos la Q en recta final. Llevaba bien mis cuentas y preferí jugar conservador, cuestión de no ser sorprendido con un contragolpe letal. Llegaba la curva final y Guillermo dominaba 378 -364. Era su turno y pudo zafarse de la Q, jugándola en QUID (31) y ampliando el marcador 419-364. BAR (34) me acercó 398-419. El bolso ya estaba vacío. Colgó un GAL de solo seis tantos (425-398). Tenía cuatro fichas por jugar. Observé bien el tablero, busqué opciones salvadoras y ganadoras pero no las hallé. Finalmente me decidí por MOLE (14) y, sumando cuatro tantos descontados a mi adversario, perdí la partida 416 a 421. Asusté pero no gané.


Ambos colocamos dos bingos: él ROEDORAS (68) y ESPAÑOLA (71); yo TIRONEE (73) y MANUDOS (106). Sus cortas letales fueron SEXAD (50), JU (45), ZAS (29) y QUID (31); las mías FELPAR (30), HALLEN (32), HENOS (47) y BAR (34).

Segunda partida

La más dramática de las partidas fue sin dudas la segunda. Un toma y daca absoluto de principio a fin. Si VEDADAS (82) me situaba al frente iniciando el match, él era capaz de responder con CAREASES (90) para adelantarse 90-82. Con sus CURROS (30) dominaba 181 a 161. TORNEADO (77) me puso arriba 238 – 181, para que luego Guillermo virara la pizarra con BUCEADOR (82), 263-238. LOBATAS (73) y JE (52) lo mantuvieron al frente 388 – 356 pero llegó mi AX de 49 que me puso a comandar 405-388. Sostuve el mando (505-447) con palabras como LEY (22), PINOS (24), BINEN (22) y HUMA (32) y, entonces ...suspenso ...llegó RETACEA (77), que puso a creer a mi oponente con la victoria (524-505)

, pero no contaba con el RESULTES (77), cuando ya la bolsa estaba vacía. Aquel bonus, más los puntos añadidos (10) por el descuento, definieron la partida a mi favor, 592-514.

Mi adversario bonificó cinco veces: CAREASES (90), INDECORO (61), BUCEADOR (82), LOBATA (73) y RETACEA (77). Sus cortas letales fueron CURROS (30) y JE (52). De mi parte hubo cuatro bingos: VEDADAS (82), TORNEADO (77), POLLEARAN (100) y el ganador RESULTES (77). Mis pequeñas gigantes HIZO (65), AX (49) y HUMA (32).

Tercera partida

En este desafío solo me vi al frente en tres ocasiones: al inicio con HORREN (38), después con DATEARON (80), 118-100 y, finalmente, con LLAR (36), 154-134. Todo fue muy efímero,

muy pasajero. Después que RENEGARE (63) lo puso al frente en el score, 197-154, la partida fue absolutamente suya. Poco a poco iba sacando más ventajas hasta que terminó ganando con holgura, 494-362.

CAMELIA (100), RENEGARE (63), ARÁCNIDO (67) y ACULADAS (63) fueron sus cuatro scrabbles. Sus duras asesinas JO (34), VEZÁIS (36), SOÑÁ (31), YODO (27) y GUSTE (25). Yo en cambio tan solo un solo bonus: DATEARON (80). Mis cortas que mejor puntuaron fueron HORREN (38), LLAR (36), AXIS (41) y RECHINO (44). Todo el crédito para mi vencedor.

Cuarta partida

Si recibí una paliza en la anterior, ahora me tocó a mí propinársela a mi rival. Bodden empezó a todo vapor, tomando la cima bien temprano, 196-186, gracias a PEZ (28), REBUZNES (68), ASOMARÍA (68),

CUBITO (18) y LAUREL (14). Solo hasta ahí. Luego viré el marcador con HOLLÉ (49), OCUPARA (77) y RECITAL (82), consolidándome con una cómoda ventaja de 146 tantos, 394-248. La tendencia no cambió y al final me llevé el desafío, 522-409.

Por Guillermo hubo tres bonus: REBUZNES (68), ASOMARÍA (68) y RELIGADO (61). Sus cortas más valiosas fueron SEXTA (52), UÑE (35) y BOJ (43). De mi lado hubo cuatro bonificaciones: INSTARÁN (66), ASEASEN (77), OCUPARÁ (77) y RECITAL (82). Entre mis pequeñas gigantes estuvieron MIDO (43), HOLLÉ (49) y AFEADO (36).

Estadísticas finales

Ganadas y perdidas:

Guillermo Bodden 2 y 2; Iván Ottenwalder 2 y 2

Promedio de puntos por partidas:

Guillermo Bodden 458.75; Iván Ottenwalder 473

Scrabble por partidas:

Guillermo Bodden 3.5; Iván Ottenwalder 2.75