sábado, 25 de junio de 2016

Una vez más por la senda del scrabble cubano IV



Lunes 6 de junio: Débil ante Rolando, grande ante Odalys.

Por Iván Ottenwalder


Iván Ottenwalder
Desde la noche del viernes 3 en que aterricé en La Habana venía sintiendo una afección en la amígdala derecha. Se trataba del mismo malestar que me aquejó durante los meses de febrero, marzo y principios de abril: amigdalitis estreptocócica. La infección e inflamación me había regresado. ¡Y en el momento y lugar que menos lo esperaba! La halitosis y el picor me tenían en zozobra, pero no lo quise comentar antes para no preocupar a nadie. El domingo, bien tarde en la noche, cuando Odalys Figuerola me telefoneó a la pensión, se lo conté. Ella  me propuso llevarme a una unidad primaria para que una doctora me chequee. Acepté su generosidad.

La mañana del lunes 6 me preparé para tomar el almendrón en la avenida G con esquina 25 en ruta a la casa de mi nueva amiga. Cuando llegué, allí estaba Rolando. Él espero en la vivienda mientras Odalys me acompañaba a donde la doctora. La especialista me checó la garganta y, en efecto, la amígdala derecha estaba alterada y no se veía bien. Me indicó la azitromicina por tres días, fármaco que ya lo había tomado dos meses atrás sin buenos resultados, y gárgaras de manzanilla tres o cuatro veces al día. También me recomendó hacerme las pruebas bucofaríngeas una vez regresara a Santo Domingo.

Compré las tres pastillas en una farmacia y me dirigí con mi amiga nuevamente a su casa. Llegó la hora de jugar. Mi primer enfrentamiento ante Rolando Guadalupe fue una vergonzosa derrota, 605-411. Metí cuatro bonus al igual que él, pero vocablos cortos de muchos puntajes como EX (36), AJ (34), HAZ (55), ÑAS (44), VIS (40) que le generaron 209 puntos fueron determinantes para su victoria. El haber cambiado fichas cuatro veces contra solo una suya, también me rezagó e imposibilitó alcanzarle.
 
Rolando (izq), Odalys (centro) e Iván Ottenwalder (der).
En mi siguiente match enfrenté a la Figuerola, que tan gentil se había comportado conmigo. El desafío fue de escaso nivel para ambos. Seis cambios y dos errores para ella; cinco cambios y dos pifias para mí. Gané 428-398 porque fui el que menos mal jugó …e inclusive, perdí 20 puntos tras jugar dos minutos en negativo después de haber agotado mi reloj. En caso contrario, el marcador hubiese sido 448-398.

En mi próximo encuentro de nuevo ante El Guada. Ambos iniciamos cambiando en nuestros primeros dos turnos. Juego un pírrico OVA de 12 tantos. Luego me cuelga AMARGASE (66) y cuando me toca jugar cometo un error. Él lo aprovecha con un AX (50) que me dolió y me aventaja 116-12. Mis letras ALARDEAN (60) y me acerco 72-116, pero de inmediato me responde con REFORCÉ (87) y se me aleja 203-72. La partida avanzaba y Guadalupe sacaba cada vez más ventaja. Palabras como PEZ (50), PANDEAD (85), UÑE (26), LLENE (57), BOJ (42), ERRAR (33) y MUCO (33) fueron el complemento que le aseguraron el triunfo, 618-381. Tres scrabbles cada uno, pero El Guada una vez más se la lució.

Odalys, que desde hace ratos se ocupaba de la cocina, preparaba un almuerzo. Se mantuvo allí otro tiempito más, lo que nos permitió a Rolando y a mí, tablero de por medio, bolsa, fichas y atriles, rivalizar nuevamente.

Pasados nuestros primeros tres turnos él lideraba 74-52. Después cambió tres veces seguidas y aproveché para aventajarlo (160-74). Pero aquello era muy prematuro y hermoso para ser real. Al poco rato, un ÑU de 50 y una HONESTA de 79, se encargaron de que todo volviera a la realidad y Rolando retomara el mando 203-177. Dos bonos consecutivos en la recta final, TITEAIS (87) y OCUPANTE (62) lo alejaron de mí 536-345.

La victoria fue para mi adversario, 574-376. La palabra más valiosa y de más puntaje fue suya: SOLLAMAN (119), del verbo sollamar.

Terminado aquel desafío llegaba el momento de comer. El almuerzo ya estaba listo.

Luego de saciado los apetitos fuimos a la sala principal a reposar. Conversamos de distintos temas mientras afuera la lluvia caía con intensidad. Así de mojado estaba el tiempo en La Habana, lluvias continuas con muy pocos intervalos de pausa.

Luego del reposo Rolando tuvo que marcharse a su casa para atender asuntos familiares. Odalys y yo nos quedamos jugando sucesivas partidas unas tras otras.

De nuevo a la batalla

Pasadas las tres de la tarde Oda y yo volvimos al escenario de las letras. En una reñida batalla de principio a fin, llevándose de paso 4 puntos descontados de mi atril, me derrotó por 480-469.

Coloqué 4 scrabbles contra tres de ella. La J, Z, LL y X, letras de altos quilates, fueron muy bien potencializadas por la vencedora. CEJAN (34), IZAS (45), LLE (34) y EX (43) le aportaron 156 tantos.

Ya en la última curva y casi llegando a la recta final me vi debajo, 377-425, pero, vocablos cortos como HI (22), CHARRÉ (31) y RABOS (14) me pusieron en delantera 444-435. La V de VI (9) igualaron las acciones 444-444; un escaso TAPEE (7) me dieron el control otra vez (451-444), pero como ella es MUY (14) optimista la ventaja volvió a su lado (458-451). Creí que con CEJAREN (16) podría garantizar la victoria pero el margen seguía siendo corto, 467-458. Ella AÑORÓ (14) y tomó el mando 472-467. Un insignificante ID (6) me sirvió apenas para liderar por un punto 473-472. El broche de oro y la decisión final fue un CU (4) de mi oponente y, sumando mis cuatro puntos de mi descuento, finalizó el drama.

En seguida iniciamos la otra. Arranqué mejor al aprovechar dos bonificaciones cortesía de CHIPEASE (75) y DESCAMÓ (92) más una EFE (21), para comandar la batalla 188-74. El liderato fue siempre mío. Las MOTEADAS (65) y el INCOARE (72) de mi atril fueron la estocada final que me aseguraron el triunfo, 467-451, a pesar de tragarme la Q, que no le hallé espacio en el tablero. Loable el esfuerzo de Oda al acercarse poco a poco en el tramo final, 434-474, gracias a los ENCAUCEN (83), RIÑO (24), AZAR (16), AZARÉ (16) y GOZAR (15). De todas maneras se quedó alicorta y muchos menos le sirvieron DOLÍ (5) y NEN (5).

Las bonificaciones quedaron a mi favor, 4 a 1.

En el siguiente cara a cara acaeció otro final espectacular. Llegando a liderar 384-315 recibí tamaño susto en los turnos finales que metieron en la pelea a Odalys. Con el marcador adverso (406-425) logró deshacerse de la Q y escribirme QUÉ (26) para así tomar el timón (432-425). Pero el final estaba en mis manos al lanzar como una RED (4) la última D que me quedaba y sumar los 3 puntos de descuentos de mi adversaria para llevarme los lauros 432-429. De mi lado 4 bonus frente a solo 2 de ella.

Eran más de las 8 de la noche sin que aún llegara a oscurecer. La lluvia caía con la peor de sus furias acompañada de mucho viento. No me iría a la pensión en ese tipo de condiciones. Mejor esperaría, con el permiso de Madre Naturaleza, a que amainara.

Volvimos a jugar otra. La gané 463-411. Tres scrabbles ambos. Mi amiga descontó 8 tantos de la RR. En los cambios de fichas, 7 para ella y 6 míos. Cometí dos errores contra ninguno de mi rival.

El último match de la jornada también fue mío. Este lo gané de manera convincente. Seis bonus: BORRARES (72), ESCARBAD (78), CALCIOS (82), TAPIADO (64), EMPINAS (88) y ANADEEN (66) fueron mis mejores cartas de juego y la sepultura para mi oponente. TAQUEADO, bonus de 66, fue lo mejor de Oda. La pizarra, 689-328.

Mis estadísticas:
De 9 partidas gané 5 y perdí 4, promedié 457.33 puntos  y 3.55 scrabbles por juego.
Frente a Odalys:
6 partidas, 5 victorias y una derrota, 491.33 puntos por partida, 3.83 scrabbles por juego.
Frente a Rolando:
3 partidas, 3 derrotas, 389.33 puntos por partida, 3 scrabbles por juego.

Eran ya las 10 de la noche y no podía perder más tiempo. La lluvia había bajado de intensidad y ahora caía una tenue llovizna. La jornada había llegado a su fin y yo tenía que marchar. Para mañana martes 7 de junio el scrabble recesaría. Mis amistades tendrían otros compromisos. El miércoles 8 volveríamos al escenario y otro actor ya conocido haría presencia: Raúl Báez.

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