sábado, 30 de agosto de 2014

Recuerdo de los Caimanes del Sur

Fotos del equipo sureño cuya sede fue la ciudad de San Cristóbal. Su vida útil fueron cinco temporadas: 1983-84, 1984-85, 1985-86, no jugaron en la 1986-87 y compitieron en sus últimas dos en 1987-88 y 1988-89.

Por Iván Ottenwalder

 Este hombre, José Reyes, fue el lanzador que ganó el primer partido en la historia de los Caimanes del Sur (equipo extinguido desde 1989). Su victoria fue ante las Águilas Cibaeñas, el 20 de octubre de 1983, en un desafío disputado en el Estadio Municipal de San Cristóbal y que culminó 2-1.

José Reyes.































































Julio César Paula.














































Gene Lamont, dirigente de los Caimanes en 1983-84.



















































































































































































Freddy Machuca
























Israel Sánchez







































































Julián Yan, cuando era de los Caimanes.



























FUENTE: Periódicos El Nacional y Última Hora, octubre de 1983, enero de 1984, enero y noviembre de 1985 y enero 1986.

viernes, 29 de agosto de 2014

Licey campeón 1984-85

Los Tigres del Licey se titularon campeones nacionales por tercera ocasión consecutiva . Lo habían logrado con anterioridad en las campañas de 1982-83 y 1983-84. En ambas habían derrotado a las Águilas Cibaeñas. En la de 1984-85 las víctimas fueron los Azucareros del Este.

Por Iván Ottenwalder


























Estallido de euforia tras el último out.


















Festejo a lo grande.


Abrazo de campeones.























Terry Collins, un dirigente campeón.























Llueve la cerveza en el camerino de los campeones azules.

















FUENTE: Periódico El Nacional, enero de 1985.

Así eran los Azucareros del Este del 83 al 85

Fotos históricas del equipo romanense desde su origen hasta la final que disputaron ante Licey en enero de 1985.

Por Iván Ottenwalder

20 de octubre de 1983. La Romana. El inicio de todo.
Los Azucareros del Este, en su primer juego en el béisbol dominicano, vencieron a los Leones del Escogido, 10 vueltas a 3. El parque Francisco Micheli fue puro esplendor aquella histórica noche.


El Estadio Francisco Micheli, la noche del debut de los Toros, el 20 de octubre de 1983.

                                                                                                                 

Arturo De Freites
























 






















Gibson Alba, pitcher.
 






















Gerald Perry, de los Toros, se roba la segunda base.


























  



















Temporada 1984-85


Bernardo Tatis






















































































































Tim Tolman




































































Tom Filler, refuerzo.


Jocosa caricatura de la temporada 1984-85.
























En la serie final del 85

 

Toros se la lucieron en el segundo juego. Out en la intermedia.
























25 de enero de 1985. Primera victoria de los Toros en un juego de serie final.


















Héroes de la única victoria de los Azucareros en la final del 85.


















Juan Espino pone out en home a Luis Pujols.








































Fuente: Periódico El Nacional de ¡Ahora!, octubre de 1983 y enero del 1985.

domingo, 17 de agosto de 2014

¡Iván 8 en línea!



La Autoridad le vuelve aplicar la escoba a Bodden en scrabble. Lo vence en 3 partidas.


Por Iván Ottenwalder

Los cinco últimos desafíos, tres en Bella Vista Mall (2012) y dos en plaza Central (2013), habían sido victorias para Iván Ottenwalder. Casi todos con autoridad. Esta tarde, del 16 de agosto, sumó tres victorias más sobre su histórico rival Guillermo Bodden, en el área de comida de la gigantesca plaza de Bella Vista. La pesadilla de la barrida volvió a perseguir a Bodden quien, amén de haber ofrecido una loable resistencia, en todas se quedó corto. Ottenwalder supo sacar la cabeza en las rectas finales.

Los resultados de los enfrentamientos fueron 437–396 en la primera, 519–509 la segunda y 464–431 la tercera.  La Autoridad promedió entre todas 473 y El Profesor  445 (cifras decimales redondeadas).

Bajo puntaje en la primera

En el único instante que Bodden estuvo arriba en el marcador fue al inicio (18-0), luego de ambos cambiar fichas en sus primeros turnos. Después de esa pírrica ventaja todo fue para Ottenwalder, quien llegó a mitad de partida a sacar una diferencia de 102 puntos (273-171). Su oponente creyó y lo intentó, recortando distancias, a 32 y 14 en recta final pero, ya cuando no quedaba nada en la bolsa, su atril no le ayudó y, peor aún, descontó 8 puntos con la H y V, válidos para Iván, quien terminó ganándola 437-396.

Público de gente curiosa

Durante ese match se asomaron curiosos a la mesa de juego. Bien temprano, a poco más de las tres de la tarde, una joven promotora de Jardín Memorial, una empresa de planes fúnebres, se acercó a los jugadores. Primero, para preguntarles de qué trataba aquel pasatiempo, tan extraño para ella. Después, para platicarles sobre los servicios fúnebres que ofrecía aquella compañía. No logró convencerlos y se marchó. Minutos después, el guardia de seguridad de la zona se acercó, solo a mirar. Iván le convidó a que observara e hiciese cualquier pregunta sobre el juego. Tampoco quiso y se fue. Pero en ese momento pasó a toda prisa una señora, parecía mayor de sesenta años y exclamó: “¡Dios mío, scrabble, mi juego favorito!”. Ottenwalder intentó animarla: “señora, venga por favor. Si gusta le dejamos nuestros números de teléfono y así puede llamarnos para jugar con nosotros”. La dama solo atinó a responder un “a mi me gusta, me fascina, pero es que no tengo tiempo”. Y por si fuera poco alguien más pasó por el lado de los contrincantes escrableros. Era el doctor Leonardo de Moya, encargado del departamento jurídico de la Oficina Nacional de Estadística. Reconoció a Ottenwalder, le saludó y se despidió rápido.

La Q echa perder a Guillermo

La que más parecía para El Profesor al final no se la pudo llevar. Encontró el bonus para remontar en varias ocasiones hasta que llegó el tramo final. Iván supo manejar la presión y virar un 363-410 en contra para ponerse arriba, 450-410, gracias a una formación más bono que le totalizó 87 tantos. Faltando una sola ficha en la bolsa y en ventaja 466-425, La Autoridad aprovecha su turno para pasar y acierta. Era la Q la que restaba. Bodden no tenía más opciones que colocar las siete buenas letras de su atril para formación con bono, pues, de irse a los pases para evitar la Q, tenía todas las de perder. La palabra PÓNTICAS, en zona triple de palabra le valió para 89 puntos y la delantera, 514-466. Pero ya el daño estaba consumado, la única restante de la bolsa, la para muchos siniestra Q le tocaba. Ella fue su cementerio. En lo restante, Bodden tuvo que conformarse con observar como Iván colocaba sus últimas letras mientras él pasaba. Formaciones de 22, 13 y 13, más los 5 añadidos por el descuento de la Q, terminaron de inclinar la balanza final a favor de Ottenwalder, 519-509.

Niño inquieto y mirón

Durante algunos momentitos del trayecto de este segundo match un niño, de entre 8 a 10 años, les hizo compañía a los jugadores. Llegaba, tomaba asiento y enfocaba su mirada en el tablero y las fichas puestas. Sus visitas eran ocasionales: de momento andaba con sus padres, compartiendo una mesa; y, de repente, enfilaba rumbo hacia la mesa de los escrableros, para ver la reñida partida.

…Y la tercera para apuntillar

En scrabble no todo es bonificar, sino también conseguir mucho puntaje con formaciones cortas o medianas, usando pocas fichas o las necesarias. Esa fue la clave para que Iván Ottenwalder diera el palo de la gata y termina barriendo a su adversario en la tercera y última partida de la jornada, 464-431. Con ventaja a favor 412-352 y con cero fichas en la bolsa, aprovechó su turno, no sin antes calcular las siete que le restaban a su oponente, pues se dio cuenta que era un buen atril y bonificable. Ottenwalder no pretendía tirar su ventaja por la borda. De sus siete fichas utilizó cinco para colgar un soberbio BRILLÉ en vertical con un EA horizontal, en zona triple tanto de palabra. Ambos vocablos triplicaron su valor, 57 puntos. El marcador también aumentó, 469-352. El margen, de 117 tantos, ya era cuesta arriba para Guillermo. Al fin de cuentas, prefirió perder con dignidad. Colocó sus siete letras para un DONACIÓN  horizontal en zona de doble tanto de palabra, que le granjeó 74 puntos. Cinco más, agregados por el descuento de Iván, y fin de la partida: 464-431.

Mientras en varios países del orbe el scrabble es una cultura, un modo de diversión y competencia, en la República Dominicana aún sigue siendo muy desconocido. Muchos no saben que el juego de Alfred Mosher Butts tiene más de 60 años de existencia. Durante la escenificación de la tercera partida chicos musculosos, de esos que levantan pesas y chicas atractivas, de esas que están como ellas quieren (expresión dominicana que hace referencia a la belleza femenina), merodeaban cerca de los competidores para echar ocasionalmente el ojo. Miraban pero no entendían de qué trataba ese tablero cargado de formaciones horizontales, verticales y paralelas. Uno de los jevitos pasó mirando de reojo y se alejó.